miércoles, 26 de septiembre de 2007

Tiempos pasados

TEXAS - WHEN WE ARE TOGETHER
Hacerse viejo es algo que no todo el mundo soporta de igual forma. Unos se vuelven con el paso del tiempo más ariscos y reservados. Otros no dejan de sonreir a pesar de que las arrugas comienzan a aflorar de manera paulatina en su rostro. Otros, sin embargo, callan y otorgan. Para variar, costumbre muy arraigada en mí, no me encasillo en ninguno de esos tres estadios. Ayer estuve charlando mentalmente con la luz apagada mientras sonaba de fondo "Careful what you wish for" de Texas. Una canción que escuché hasta la saciedad hace ya 5 años en la residencia de estudiantes en la que pasé mi último año universitario. De aquel año a este 2007 ha llovido mucho. No pude evitar mientras lo pensaba esbozar una discreta y a la vez expresiva sonrisa. Nadie me veía, pero estaba contento. Hace cinco años jamás podría imaginar que me encontraría en el punto vital por el que deambulo. Me veo más independiente que nunca. Un término que puedo aplicar a todas las facetas de mi vida: económica, sentimental, familiar... Por eso pienso que aquel dicho que dice que "tiempos pasados siempre fueron mejores" tiene poco que ver conmigo. Una clarividente afirmación que no hace más que reafirmar lo que no paro de repetir hasta la saciedad ultimamente: Esta es mi vida.
En este momento vuelvo a escuchar "Careful what you wish for", que traducido al español, vendría a decir algo así como "cuidado con lo que deseas". Sólo deseo seguir de esta forma. Que la vida me siga sonriendo con sus inevitables momentos de oscuridad (de los que ya casi ni me acuerdo). Espero que eso no entrañe ningún riesgo...

P.D. El video, como es obvio no es "Careful what you wish for" (no fue elegido como single), pero va dedicado a alguien muy especial que siempre ha estado a mi lado y que consigue que sonría como Sharleen Spiteri en dicho videoclip a pesar de que me voy haciendo cada día más viejo (aunque dice que me estoy volviendo más gruñón, al final si que me encasillo).

martes, 18 de septiembre de 2007

Instantes

Vivir intensamente la vida (y no me refiero al despiporre sexual y alcoholico) es una de las premisas que cualquier persona, en su sano juicio, debería llevar como abanderada cada vez que abriese los ojos y tuviera por delante una nueva jornada vital. Una afirmación que debería ser taxativa pero que, en determinados ocasiones, se torna nublada y deja paso a la incertidumbre y el caos. Son instantes en los que la lógica se convierte en imaginación, el camino prefijado se bifurca en pequeñas e inhóspitas veredas y los sentidos se descoordinan provocando momentos surrealistas. De esos instantes, he vivido y seguiré viviendo, unos cuantos, estoy seguro (bendita experiencia).
El caso es que ya, como suele suceder con la repetición constante, me abruman mucho menos que antaño. Parece que ya empiezo a verlos venir y es que, como bien dice la letra de "Y la tarde está muriendo" de Duncan Dhu: "las palabras duelen más cuando son tan limpias como la lluvia...y la tarde está muriendo". Yo por si acaso ya voy parapetado con una cámara, para captar esos momentos y evitar así que puedan llegar a olvidarseme(viva la monotonía). Por los que he vivido, y por los que viviré, y por las personas que los hacen posibles (porque enriquecen con un poquito de picante la vida que llevo), GRACIAS.

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Una nueva faceta por descubrir. La fotografía toca mi puerta y me está gustando. ¿Me convertiré en un fotoperiodista? Probemos...

sábado, 15 de septiembre de 2007

Laberinto de sueños perdidos

GRETA - QUIEN SERÁ

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Una imagen y un video. Dos elementos visuales que fusionados me permiten transmitir la idea con la que me he levantado esta mañana. He dormido placidamente, todo hay que decirlo. La última vez que lo hice en mi piso apenas pegué ojo y comencé una semana, que ya torna a su fin, en la que he aprendido a girar el cuello y a sentirme muy, muy bien, conmigo mismo y lo que me sucede alrededor. Hoy los tiros van por otros derroteros. Como buen romántico que me considero, siempre tengo en mi mente un rinconcito para dejar volar la imaginación. Allí, en el laberinto de los sueños perdidos, imagino quién será la mujer que me vuelva a conquistar el corazón, esta vez, recíprocamente. Me sale una sonrisa tonta al pensar si será alta o baja, morena o rubia, gordita o delgada, con gafas o sin ellas... En cualquier caso, sea como sea, porque el físico para mí está en un segundo lugar (y si no que se lo digan a mi malagueña), no paro de pensar en como será. No tengo prisa. No voy a forzar la situación. No voy a dejarme llevar de nuevo por los impulsos descontrolados que muchas veces me infectan...

Y es que, si tiene que llegar, llegará. Y si no, pues tocará esperar y ser paciente. Tantos años de noviazgo merecen, como en las cosechas de cereal, una temporada de barbecho. Yo la estoy viviendo ahora, y toca alargarla un buen tiempo. Es la mejor manera de desintoxicarse y llegar pleno y limpio para esa hipotética persona. Mi princesita, como me gusta llamarla en mis sueños. Y de ahí, la razón de ser de la fotografía que adjunto. Aunque ese zapato que aparece tenga mucho que ver con el pasado, representa, en cierto modo, el film de Disney y toda la parafernalia mágica que lo acompaña (yo espero también calzar a esa mujer, mi niña, mi pareja, mi lo que quieras, pero que me quiera, ojo).

Hoy me he levantando romanticón, no puedo evitarlo. Soy así. Esta es mi vida y no me avergüenzo de ello. Un fin de semana tranquilo se me presenta por delante y no voy a desaprovecharlo. Damos paso al deporte y la diversión, y aparcamos, hasta una próxima cita los sentimientos... Todo a su tiempo.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Excesos, gimnasios y estados de ánimo

HOMBRES G - ME SIENTO BIEN



Había llegado al horripilante y traumático número de tres cifras. Eso me acongojó, y mucho. Me refiero a los nada desdeñables 100 kilos de peso. Jamás en la vida había alcanzado, ni siquiera rozado, ese volumen de cuerpo. Me miré al espejo y me dije a mi mismo que ya no era por estética (que también) si no por salud. Había que atajar el problema de manera drástica y hoy, un mes y medio después de esa fatídica fecha empiezo a vislumbrar un horizonte más halagüeño. He dejado ya 9 kilos y pronto abandonaré el "9" para instaurarme si dios quiere en el "8" "bajo" y no moverme nunca más de esa cifra (porque en el fondo también me gusta estar un poco rellenito para que nos vamos a engañar). Cenar de manera más comedida, evitar el pan y en general, picotear muchísimo menos me ha permitido escapar de ese tunel.

Pero hace un par de semanas me quedé estancado y por menos que comiese o me restringiese, mi peso no se reducía. Como siempre, un buen amigo casi me obligó a comenzar en el proyecto en el que me encuentro inmerso ahora (y que ya adelanté de manera indirecta hace unos días). Sí, aunque parezca extraño viniendo de mí, estoy yendo a un gimnasio. Increible pero cierto. Y la verdad es que me siento mejor que nunca. No sólo estoy ejercitando mi cuerpo y cuando salgo a las 11 de la noche siento una extrema liberación, sino que también me está ayudando a capotear las tonterías y las mariposas que aún revuelan por mi cabeza. Está siendo mi mejor medicina. Dos semanas yendo, 20 quebraderos de cabeza menos. Así se resolvería la compleja operación matemática de mi mente/corazón.

Y puede que parezca irrisorio, pero así es. Ahora puedo decir a boca llena que me siento bien, muy bien. Mi vida por fin ha dado el giro que la encumbra en otros derroteros en los que ya no están las manidas historias del pasado. Y me siento bien, aunque resulte repetitivo. Sólo me apetece decir eso, tanto o más de lo que lo repite David Summers. Esta es mi vida, susurro una y otra vez cuando mi mirada se pierde en el horizonte, y por ella voy a luchar. No me cabe ninguna duda.

martes, 11 de septiembre de 2007

Mirando para otro lado

19 dias y 500 noches - Joaquín Sabina

Hay veces que lo mejor que uno puede hacer cuando un hecho, una palabra, un gesto puede llegar a herirte es mirar hacia otro lado. No lo considero como una cobardía, sino como la mejor respuesta (la indiferencia) sin necesidad de faltar al respeto o hacer daño gratuito. Un acto que debería ser reflejo y venir de serie cuando nacemos. No es así. Se aprende, como tantas otras cosas en este devenir. Cada día que pasa me doy cuenta de que la experiencia es un grado, y vaya si lo es. De haber contado con una ración más de ella seguro que habría capoteado con solvencia y eficiencia (términos que últimamente utilizo mucho en mis notas de prensa de empresas) algún que otro desaire. Lo de vivir una segunda juventud tiene estos inconvenientes. El caso es que nunca me acuesto una noche sin aprender nada nuevo y haciendo un poco de ejercicio físico y mental ya me cuesta menos torcer el cuello. Lo tenía anquilosado. Han aparecido un par de grietas que el tiempo sabiamente curará.

Y es que tardaré tiempo en estar en buena forma para conseguir que lo de mirar para otro lado sea ya algo intrínseco en mí y que salga sólo. Pero tardaré menos, mucho menos, como diría Sabina, 19 días y 500 noches, en pasar página. No lo merece. No lo merezco. Asunto cerrado y archivado.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Turronero

Del Levante al Poniente. De la capital al Medio Andarax. De La Envía al jacuzzi. No hay quien me pare. Me refiero a mis fines de semana. He perdido ya la cuenta de cuantos han supuesto una salida más allá de la capital. Lo que no olvido son las buenas sensaciones que se van pegando, como la grasa a la barriga, a mi mente. Si la semana pasada estábamos en Vera, viviendo el Espantapitas, este fin de semana el punto de destino era uno muy distante físicamente al municipio levantino. Adra nos esperaba con los brazos abiertos para hacernos gozar de sus grandiosas (e incido en este adjetivo calificativo porque tiene mucho de real) fiestas. Como siempre, acompañado de los míos, de los que nunca me fallan, volví a vibrar en un fin de semana que se tornaba duro por la despedida de mi malagueña (ya ha asumido un pequeño y especial hueco en mi gran corazón). Me acordé de ella, no lo voy a negar. Pero también me di cuenta de que no se pueden luchar contra los elementos cuando te presentas desnudo y desvalido. Me resigno a aceptarlo, pero lo acepto. Pero lo hago con la cabeza bien alta. No voy a esconderme en mi casa y amargarme, como haría un avestruz con su cabeza debajo de tierra. Este finde ha sido un ejemplo de ello. Me divertí, me reí, vi un precioso amanecer en la cercanía del mar y me recordé, con una inocente sonrisa, que esta es mi vida (y no paro de repetírmelo).
Esta vez, nos acompañaban unas invitadas de lujo. La familia de Giants, en este caso sus primas, aportaron el toque femenino para un fin de semana cargado de testosterona a raudales. Lo bordaron. Ya forman parte también de nuestra familia, ya se han creado lazos de parentesco. Ese es el objetivo. No parar de conocer gente. Personas que me hacen ver con sus comentarios, vivencias, que la vida es para vivirla con la mayor felicidad posible y que de nada vale amargarse, porque el que pierde siempre eres tú. Chapó para ellas (Alicia, Ana y Vicky).
Pero el fin de semana ha dado para mucho más. Sentando cátedra y rompiendo la dinámica de años y años pasados, mi siguiente punto de destino era Vélez de Benaudalla (Granada), para disfrutar con toda mi familia materna de una interesante reunión familiar (de esas que me he perdido a decenas por haber compartido mi vida con una persona antisocial). De esta forma, tras una jornada festiva en la que la hora de recogida alcanzó las 10 de la mañana, yo y mi NorC4, marchábamos hasta Vélez. Ha merecido la pena, digo ahora que me encuentro relajado, en la terraza de mi piso, saciando mi vista en el inmenso mar Mediterráneo. Vuelvo a decirlo... Esta es mi vida.
Como dice mi madre, me he convertido en un turronero. Voy de fiesta en fiesta. Allá donde el jolgorio puede estar presente, allá está mi persona. Vivo una segunda juventud, una que casi no he vivido a pesar de tener ya 26 años. Menos mal que aún me queda tiempo para rectificar y disfrutar. Me lo merezco.
Poco queda más que decir. Se presenta una nueva semana. La primera sin ella. Espero que pronto no tenga que contarlas porque ya no haga falta hacerlo. Eso sí, nunca olvidaré esa noche. Aún siento su corazón latiendo pegado al mío y sus cristalinos ojos oscuros en medio de la oscuridad. Inolvidable...

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Una jornada más de fiesta y despiporre. El Alto Cojma volvió a liarla, esta vez, en Adra. Para nosotros fue la noche, esta vez, acompañados de grandes féminas (viva Raul Piñeiro y sus primas jaja) ¿Dónde iremos el fin de semana que viene? Se estudian propuestas...

viernes, 7 de septiembre de 2007

IM-PRE-SIO-NAN-TE

No estaba previsto en el guión. No era una variable con probabilidades de éxito. Pero así fue. Era un día complicado, hablo del 5 de septiembre. Pero todo salió redondo, ni a pedir de boca. Descubrí esa noche que la vida puede ser maravillosa y que te puede regalar momentos que ni el sueño, ni el cansancio acumulado pueden resquebrajar. Mi lado pasional salió a relucir y ahora esbozo una sonrisa de oreja a oreja. La malagüeña que me ha obnibulado desde hace tanto meses ya se ha marchado. Pero aún percibo el cálido olor de su piel. Sólo puedo describirlo con cinco palabras: IM PRE SIO NAN TE.
Ese día, que se tornaba al principio como para olvidar y desterrar de mi mente (léase post anterior) se ha convertido en todo lo contrario. Jamás lo olvidaré. Este es mi camino a seguir, pienso. Y esta es mi vida, grito.

Gracias... MRL

AÑADIDO (17:40 minutos, 7/9/07): Ya se fue. Me quedo con su sonrisa y sinceridad, esa que hace tanto bien y tanto daño a la vez. Me abrió los ojos y me dio la oportunidad de comprobar que detrás de ese árbol, había mas pinos (como diría mi madre). Pues ala, a pasar página y seguir con mi proyecto...

AÑADIDO 2 (20:18 minutos, 7/9/07): No debería de decirlo. Ni siquiera pensarlo, pero la echo de menos. Esa es una de las grandezas y miserias del amor.Y es que, qué bonito es sentir ese retorcijón en el estómago cuando ves a esa persona tan especial.. pero como bien dice Lara Fabian en una de sus canciones, otro amor vendrá...

AÑADIDO 3 (2:10 minutos, 8/9/07): El mar ya está en calma. No hay nada como un rato de soledad para darte cuenta de que la vida son dos días y no te vas a tirar uno y medio sufriendo. Como diría un amigo, "es correcto". A dormir...

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Doble despedida

CHENOA - ADIÓS (BASICO 40 PRINCIPALES)
Si hay días en los que deseas que las horas pasen lo más rápido posible y que la oscuridad se cierna pronto sobre ti para comenzar un nueva jornada, hoy, miércoles 5 de septiembre, es uno de esos días. Tengo un nudo en el estómago y otro en la garganta. Y es doble porque hoy tengo una doble despedida. Una física, otra mental. Una amarga, otra madurada. En cualquier caso se cierran dos puertas. Otras se abrirán. Cierro dos puertas que nunca olvidaré. He perdido las llaves para abrirlas. Tampoco quiero encontrarlas. Es mejor que queden cerradas a cal y canto para siempre. Es fácil, levantarse y seguir adelante. Es mi premisa, la que nunca debo de olvidar. El tropezón ha sido duro, demasiado quizás. Pero toca volver alzar la vista. No queda otra.
En cualquier caso, son dos despedidas muy especiales. Como he dicho, no se van para volver. Se van para siempre. Dos personas. Dos mujeres. Dos maneras diferentes de entender la vida. Las dos únicas personas que han conquistado mi corazón, han querido por azares de destino, despedirse el mismo día de mi espacio vital. Será una fecha que jamás olvidaré. Quedará forjada con fuego en mi corazón. Mañana todo habrá pasado. La tormenta se habrá disipado y volveré a ver la luz. Hoy por si acaso, me enrolo en una nueva aventura. Ya habrá tiempo para contar de qué se trata (y promete). Sólo puedo decir una cosa: Felicidades y hasta siempre...

Ases en la manga

MOBY y AMARAL - ESCAPAR
Todo buen jugador de poker que se jacte de serlo siempre guarda un as en la manga. Siempre tiene una última jugada, la carta definitiva que le permite la combinación ganadora. Una perfecta jugada con la que evita la denostada, para muchos, derrota. Yo también tengo un as en la manga. A pesar de que me han tildado muchas veces de mostrar todas mis cartas a la primera de cambio, también poseo esa puerta de atrás, esa escapatoria ante situaciones adversas. Estaba escondida. Apenas podía verla. Ya ni siquiera me acordaba de ella. Tanto sayo, escudo y parapetos me habían nublado la vista. Toca desenterrarla. Limpiar la fina capa de polvo que la cubría. Aún sigue brillando como el primer día. No ha perdido la energía que siempre la ha caracterizado. Se llama ilusión. Y con ella voy a escapar. No paro de escuchar esa canción:

"Piensa en las cosas que te hacen sentir
Cada segundo vivir o escapar
Éste momento y la gente al pasar
Sientes por dentro que todo se va

Desde el principio al fin
Sólo quisimos vivir
¿por qué es tan difícil creer
que no habrá un mañana jamás?

Abre las puertas de la percepción
Usa el poder de tu imaginación
Aunque no puedas mirar hacia el sol
Sabes que sigue brillando
"

Habrá un mañana. Habrá ese rayo de sol que me ilumine. Mi ilusión no me abandona, nunca lo hará. ¿Jugamos ahora?... Te gané, escalera de color...

martes, 4 de septiembre de 2007

Cuestión de suerte

Lo de trabajar en un medio de comunicación, o el conglomerado empresarial que se conforma a su alrededor -en mi caso-, te hace con el paso del tiempo ver las cosas de manera muy diferente a las del resto. Departiendo con unos y otros amigos, algunos del gremio periodístico y otros no, te das cuenta de que la visión de la vida de los que son afines a mí profesión es un tanto peculiar. El factor suerte, desde mi punto de vista, se convierte en uno de los elementos que componen la ensalada intelectual del informador/comunicador. En en sentido, entrando en ejemplos concretos, ese condicionante azaroso se traduce en jornadas más o menos intensas de trabajo dependiendo del devenir de la sociedad almeriense. A más homicidios, titulares más grandes con inmensos textos de relleno que, por ende, radican en un mayor índice de cobertura de páginas, y que, como es obvio, se traduce a su vez en un mayor ratio de horas de trabajo, que por desgracia, terminan 'digiriéndose' las del descanso personal. ES por eso, por lo que opino que la forma de pensar del periodista está siempre, con el paso de los años mientras ejerce su profesión, en un constante e incesante cambio.
Y de esos cambios, también me veo afectado, obviamente. Cambios en mi forma de pensar, de ver las cosas, de interpretar los hechos que van sucediendo delante de mis ojos. Cuestión de suerte o no, voy capoteando charcos con chanclas de verano u olas de calor con chaquetones de lana. Y también, cuestión de suerte o no, me voy dando cuenta de que el camino que recorro en estos momentos, y que se trazó hace ya más de un año, comienza a vislumbrarse despejado. Seguiremos confiando en el azar...

domingo, 2 de septiembre de 2007

Silencio

FITO Y FITIPALDIS - ME EQUIVOCARÍA OTRA VEZ

Para los que hablamos mucho y a veces, de más, es todo un lujo muchas veces gozar de un estado de silencio impenetrable. Estoy aprendiendo, con un manual a mi lado bajado con el emule (espero que no suponga un acto de piratería), que el nulo sonido que distraiga mis pensamientos y que me permite abstraerme de la vorágine social que me rodea, es todo un placer a la vez que un reconfortante anestésico para estos tiempos que corren. Un silencio, que por otro lado, se queda departiendo conmigo en el plano sentimental. No escucho nada. Sólo miradas cómplices de una utopía que no podrá culminarse. ¿Por qué a mí? Me lo acabo de preguntar ahora mismo. Con el corazón en la mano, y mi mente en las estrellas (por eso de ser inalcanzables), creo que es lo mejor. Y es que, desde hace tiempo, la única vestimenta que calzo cuando salga a la calle es un manido y resquebrajado sayo y un escudo en el que apenas se vislumbra el corazón de león que porta. El silencio ha dorado a ambos objetos. Los ha curtido en mil batallas ya. Con ellos me siento cómodo y espero no tener que dejarlos en un rincón de mi vida en mucho tiempo. Me viene a la cabeza una canción, como tantas que suponen en sí mismas la banda sonora de mi vida, que habla de volverse a equivocar. Yo lo hago constantemente. ¿Y qué? ¿Es acaso un error equivocarse?. Afirmo y reafirmo tajantemente que no. Equivocarse es un claro indicio de que vivo. Y si vivo es para equivocarme, para abrir los ojos, levantarme y abrazar el silencio. Y es que, parafraseando la susodicha canción, no sé restar -y mira que era bueno en las matemáticas en el colegio- la mitad de esos sentimientos que abrigan a mi corazón y que tanto bien me han hecho.
Por eso, porque me gusta, porque lo necesito, porque me equivocaría otra vez, porque quisiera haber querido lo que no he sabido querer, porque lo malo fortalece y lo bueno complace, porque es mi devenir, porque es lo que toca vivir, porque llegará esa persona que me entienda, porque lo merezco, porque no podría ser, porque el pasado ya pasó, porque el futuro me depara la felicidad, porque rallarse para dos días que vivimos es de un ser kamikaze, porque los recuerdos nunca se irán pero ya están en mi gran baúl, porque enamorarse no es un error que si es no querer aceptarlo, porque mi viejo catalejo se ha gastado de tanto mirar y no encontrar nada y porque SÍ: bienvenido SILENCIO.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Amigos de guardia (II)

AMIGOS DE GUARDIA - MIKEL ERENTXUN

Fue una noche mágica. La liberación de adrenalina, de toxinas, de preocupaciones, fue brutal. El sudor y las sonrisas se entremezclaron con la fusión de la música. Hablo, como es lógico, del Espantapitas 07. Pocas son las palabras que pueden describir una experiencia -esa es la coletilla que antecede a su nombre- única. Como siempre, rodeado de mi gente, de los que no me fallan, de los que me arropan en los malos momentos y consiguen arrancarme una sonrisa, los que me empujan a hacer locuras, a desinhibirme, a ser alternativo, a ver la vida con otro color (y no con el jodido negro), a mirar con ilusión en el calendario cada fin de semana porque puede pasar cualquier cosa, a vibrar con los goles del Almería, a darle un uso intensivo al jacuzzi de mi piso y mi frigorífico (con virtua tennis de maestro de ceremonias), en definitiva, a ser féliz, a ellos les debo lo vivido en el Espantapitas. Recuerdo ahora, con un intenso dolor de cabeza tras los zarandeos que sufrimos entre más de 12.000 personas que vibraban con Manu Chao, que la noche no era estrellada. Un indicio, puede. Una realidad, también. Todo ha cambiado. Ya no miro al cielo con el mismo objetivo. Ayer alcé la cabeza al cielo para pedir más momentos como este. Más Espantapitas, más Calas de San Pedro, más Ferias de Almería, más momentos de jacuzzi a las 6 de la mañana con copa en mano, más momentos de Malevaje atrincherados, más de TODO con mi gente. Por ellos, porque son grandes (no tanto como mi barriga), porque hay veces que me hacen llorar de felicidad en mi intimidad, porque son mis amigos de guardia, porque no todos están a mi lado físicamente pero sé que siempre están ahí -a una llamada de móvil-, les digo: GRACIAS por estar AHÍ.

(Inspirado en Toñeca y sus reflexiones sms)

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La noche Espantapitas dio mucho de sí. Dio para generar situaciones surrealistas en un bar veratense con chorizos y sobaos revueltos y tres mujeres entregadas al proyecto (Rocío, Ana Belén, y la mía jeje, Bea). También permitió conocer in situ el hábitat de los perros-flauta, y como no, de ver a gente de Alhama. Por mis paisanos, un pequeño homenaje para una noche mágica (con extra de queso).