De pegasos y cervezas

Las noches en Almería pueden deparar multitud de situaciones paradójicas que terminan conformando tu 'almacen de vivencias' que luego solemos utilizar en reuniones y que nos permiten mostrar al oyente que nuestra vida social es tan amplia como el culo de la Pataky.  Ultimamente estoy viviendo mucho las noches, no como las mujeres que trabajan (ya quisiera yo que me parezco al caballo de la Pegaso por su fama de poco fornicador) sino porque me he rodeado de un conglomerado de gente que consigue hacer especial un momento que antes declinaba a
postrarme en un sillón y combatir a las fuerzas del mal con mi sable laser o thompson (hablo de los videojuegos para pc, no pensemos otra cosa). Son jornadas nocturnas siempre acompañados por un grasiento y siempre crujiente 'superlays' y en las que no falta la cerveza (ahora empiezo a entender por qué los guiris nos visitan tan asiduamente). Momentos que antes disfrutaba de años a brevas y que ahora, cual droga que te mantiene enfermo de sí misma, necesito vivir diariamente (siempre y cuando el bolsillo te lo permita). Y como una imagen vale siempre, con el remanido dicho, más que mil palabras poco más tengo que decir:



A vosotros, que me acompañais siempre en esos momentos de libertad, GRACIAS

¿Y si me pongo a soñar?

Es la pregunta que me hago todos los días cuando veo que todo sale mal. Sería bonito poder soñar que mi vida marcha sobre cuatro ruedas y que la única piedra que entorpece ese camino triunfante es el amor, un sentimiento, un estado que cada vez empieza a importarme menos (teniendo en cuenta los últimos desencuentros que han marcado mi vida). Lo de soñar es fácil. No es una tarea ardua que precise de grandes esfuerzos físicos o mentales (a no ser que pretendas montarte una bacanal en un afrodisiaco islote caribeño plagado de Elsas Patakys, que eso ya no es sueño si no una utopía jeje). Además, lo bueno que tiene soñar es que es gratis. Yo cada día sueño con que me va genial en el trabajo, que esa persona que tanto he querido volvía a hacerlo o que me toca la lotería y puedo pagar ya mi casa. Sueños, en cierto modo, materialistas que francamente no conforman la idea que ahora, tras varias semanas dubitativo, necesito forjar en mi mente.

Por estas y otras razones que me reservo he decidido ponerme a soñar, pero a diferencia de cómo lo hacía antes, despierto. Ya contaré en qué queda la experiencia. 

Buenas noches...

Nuevos aires

Escapar de vez en cuando de los lugares que habitualmente conforman tu espacio vital es una manera muy sencilla de "desinflar" tensiones y, sobre todo, de descargar el estrés que nos mueve y nos va matando poco a poco en el siglo XXI. Hoy he tenido la oportunidad de viajar hasta Guadix. Un lugar cargado de naturaleza, armonía, tradición y aire puro. Y eso he respirado, sin cesar, sin ahogarme, con agonía pero sereno. Necesitaba nuevos aires y nuevos horizontes que vislumbrar y, aunque mi ceguera muchas veces me limita, mi empeño y tesón me ayudan a seguir adelante cuando la oscuridad se cierne sobre mí.

Y es que ya va llegando el buen tiempo y con él atardeceres luminosos en cualquier cala perdida de la costa almeriense. Mi gordito y yo (aunque podría haber dicho los dos gorditos ya que mi coche y yo lo somos con alevosía) no nos perderemos ni uno. Llegan tiempos de cambios, de nuevas experiencias, de quitarse la coraza que me cubre y que ya empieza a magullar mi cuerpo y, sobre todo, mi corazón. Toca ya respirar nuevos aires...




En algún lugar en las inmediaciones de Guadix. 14 Horas.

Pasando página

¿Quién no ha oido decir la frase "hay que pasar página"? Hoy me la he repetido mil veces en mi perdida cabeza. Me he prometido a mi mismo sellármela con fuego en mi frente y no mirar hacia atrás. Vivir de los recuerdos es un craso error que dilapida tu presente y empobrece tu futuro. Por eso, hoy más que nunca, voy a pasar página tanto en lo personal, como en lo laboral, como en lo moral. Prueba de ello es que comienza a invadirme una templanza que jamás antes había sentido y que en cierto modo, cuando cierro los ojos y me empiezo a venir abajo, consigue sacarme de ese embarazoso momento.
Adiós querido "libro". Mañana comienza una nueva lectura...

Construyendo mi sueño

Ya está aquí. Antes de lo esperado y casi por sorpresa ya ha llegado el primer mueble de mi casa, un sillón monísimo (para eso es mío). Poco a poco empieza a forjarse la imagen que tengo en mi mente de lo que quiero que sea mi casa. Antes de lo que me espero puede que de el paso hacia la independencia paterna...Bonito sueño para tiempos de incertidumbres.



Ya queda menos para la inauguración de mi casa. ¡Id preparandoos que ya huele a barbacoa!

Cambio de look

Porque me apetecía. Porque había que cambiar de look. Porque era un coñazo afeitarse. Porque me dio la gana. Porque me gustaba que la gente me preguntara que porqué me había dejado perilla. Eran algunas de las razones por las que durante un período de tiempo de aproximadamente 2 meses he vivido pegado a una perilla ('bocachocho' para algunos). Un elemento decorativo de mi cara que esta mañana pasaba a mejor vida. Necesitaba volver a verme joven (con la perilla decían las malas lenguas que tenía 10 años más) y dicho y hecho. No se si volveré a "adoptarla" otra vez, pero por ahora prefiero no rasparme más la barbilla cuando beso a alguién o a la almohada mientras duermo.



Y añadir que, para tí, que eres lo más grande (ya sabes que me refiero a ti), decirte que cumplo, una vez más, uno de tus deseos. No comment...

Amigos de guardia

Se cuentan con los dedos de la mano. Siempre están ahí y nunca te fallan. Esa es la idea que transmite Erentxun (si, me ha dado ahora por ahí tras su último concierto,que le vamos a hacer) en la canción titulada 'Amigos de guardia' de su último disco 'El corredor de la suerte' (esto es publicidad subliminal y lo demás es tontería, quiero comisión Mikel!!). En los malos momentos, en los que ahora me encuentro sumergido, siempre encuentras un atisbo de esperanza cuando posan sobre tu hombro una mano y te recuerdan que hay que levantarse y continuar, que no puedes desfallecer. Yo acabo de sentir esa mano tras ver y leer el fotolog de una persona a la que aprecio mucho y que, entre los muchos motes que tiene, le llaman cariñosamente Python, monty Python. Es grande (no tanto como yo, en volumen claro), muy grande, y con personas como él la vida pasa a ser más liviana... Por tí, Javi, y por otros muchos que me vienen a la cabeza y que siempre llevo en lo más profundo de mi ser, soy quién soy (un mileurista, hipotecado y soltero). Gracias por tenerme en vuestros pensamientos y no dejarme nunca caer...



(Porque la vida puede ser maravillosa...)

Soledad

Buceando por internet a altas horas de la madrugada buscando un fondo de escritorio con el que ilustrar mi monitor panorámico de 22 pulgadas encontré la imagen que acompaña a estas líneas. Me inspira tristeza y a la vez un sentimiento de soledad muy profundo. Son tiempos para buscar nuevos derroteros en los que seguir luchando y ese banco es mi descanso idóneo tras salir del ring...



Mañana más. Prometido

Catarros inesperados

Salir a deshoras y sin ropa de abrigo tiene sus consecuencias más o menos inmediatas. Las que me han "tocado" a mi son ya palpables claramente. Si Ronaldinho viera mi nariz, se lanzaría a por ella como cuando tira una falta. ¡Es una pelota roja! Soy una persona que normalmente no suelo padecer nunca de ningún tipo de problemas de salud. Cumplo con mi trabajo de la manera más profesional y nunca he faltado ningún día más allá de los que me pertenecen por trabajar en festivos. Pero fíjate por donde, que en uno de esos días en que libro, cojo un costipado de dos pares de pelotas (por no decir otra cosa). Si ya es difícil concentrarse y escudriñar y otear la capital para buscar temas debajo de las piedras, ahora con el dolor infernal que me acosa la cabeza me va a parecer, como titula mi anterior post, una misión imposible...

Por esta razón, aconsejo a todo hijo de vecino que salga bien arropado a la calle. Así evitará luego tener que estar dopado a base de "Desenfriol" y pegado a un clinex las 24 horas del día.

He dicho.

Misión Imposible

Tomar decisiones cuando entra por medio el corazón, se torna la mayoría de veces, una misión imposible. Y aquí me encuentro: Una noche de "viernes" (si sigues mi blog entenderás el porqué), madrugada, silencio absoluto en la capital, cielo despejado y Erentxun de fondo: "Una caja fuerte sin vigilar, eso ha sido mi corazón". Sincera y sintetizadora frase que resume mis pesares. Bajo el título "Lifting" se esconden tantas coincidencias que cuesta asimilar que una canción puede convertirse en un ejemplo de tu devenir.

Tecleo lentamente porque me cuesta hilvanar lo que necesito extraer de mí. Sólo me asaltan preguntas: ¿Por qué es tan difícil decidir? ¿No hay nadie que te pueda esclarecer cuál es la mejor opción? Me siento como un ciego dando palos al agua y temo equivocarme. Probablemente lo haga. Ya he tropezado muchas veces en la misma piedra y creo que volveré a caer en el barro. Después vendrá la ducha de agua fria y tocará volver a levantarse. Dudas, dudas y más dudas. Malditas dudas...

Mañana a parapetarse. No queda otra.

Fervor musical

Revivir experiencias que llevan dentro de tu ser más de 15 años es algo muy gratificante. La pasión por la música, por un grupo, por un artista tiene su culmen cuando este trío consigue transmitirte en vivo y en directo todo aquello que a lo largo de tu vida va acompañandote y marcando esos momentos tan especiales y tan trascendentales que quedan grabados por siempre en tu devenir en este tortuoso camino. Nunca falla. Mikel siempre ha estado ahí y lo seguirá estando porque es el único que consigue hacerme sonreir cuando todo se torna nublado y las vías de escape ante la presumible avalancha son ínfimas.Es un fervor que me inunda y cala muy dentro de mi y que se debe en gran parte a la facilidad con la que sus letras transmiten sentimientos, ilusiones, momentos mundanos como los que vivo (o desvivo) diarimente. Uno de ellos fue captado en la siguiente imagen y que habla por sí misma...



Que grande eres Erentxun...

Renovadas ilusiones

Cerrar ciclos vitales (hasta que llega la ingrata muerte) era un estadio que hacía mucho mucho tiempo que no vivía. Es fácil acomodarse en la vida de pareja, en la que practicamente está todo hecho y la apatía y el cuidado personal (en mi caso) se convierten en tu mayor hándicap. Ahora, habiendo cambiado de ciclo, habiendo pasado página, habiendo, en definitiva, vuelto al "mercado", me siento diferente. Es difícil explicar la situación que me embarga. Son sensaciones entremezcladas de libertad, locura, alegría, madurez... Nuevas experiencias me esperan. Acontecimientos que antes estaban vedados y remoloneaban en mis pensamientos ahora pueden volver a tomar rienda suelta. Eso me hace sentir, con más ganas que nunca, la imperiosa necesidad de vivir, de renovar mis ilusiones, de plantar cara día a día los retos que se interponen en mi camino y, sin duda, de luchar por afrontar la carrera de fondo que ahora se me presenta: MI casa (un reto que viene acompañado de 30 años con la encomiable compañía de esa "amiga" llamada hipoteca).

Tras pasar página un nuevo YO renace. Abróchense los cinturones...

Bofetón y cuenta nueva

La vida da muchos bofetones. Algunas veces te cogen desprevenido; otras, las menos, te los esperas y aguantas estoicamente a recibirlo deseando que te produzca el menor dolor posible. En mi rumbosa vida he recibido de ambos tipos. Dentro de ellos, los hay más fuertes y también más intensos. Hoy, entrando ya en detalles, he recibido un fuerte bofetón, que no intenso. Era del segundo tipo, es decir, los previsibles. Y de confesar que me ha dolido. ¿Moraleja? Levantarse de nuevo y mirar al frente con ganas de comerse el mundo. La vida es muy bonita para vivirla intensamente y ni uno ni mil millones de bofetones me van a impedir hacerlo.

Por esa razón, pienso tomarme mañana una cerveza celebrando conmigo mismo el bofetón recibido porque gracias a esa persona (que GRANDE eres) me he dado cuenta que las pamplinas no llevan a buen puerto.

Continuará...

Misteriosas confluencias

¿A nadie le ha pasado alguna vez que la confluencia de las más enrevesadas circunstancias le hagan de nuevo ver la luz? No se si seré un bicho raro o no pero si ayer hablaba de desamores hoy hablo de todo lo contrario. Son un cúmulo de cosas, hechos, miradas, gestos, sms, llamadas perdidas, conversaciones hilvanadas, en definitiva, VIDA, que han provocado la irrupción de sentimientos encontrados que vuelven a renacer de bóvedas sepultadas por toneladas de putrefacta arena. Y me viene a la cabeza como mejor ejemplo, tirando de la radio de los éxitos (40 principales, para los menos avispados) la radiada canción de La Oreja de Van Gogh, 'En mi lado del sofá'. Quién escuche la letra me entenderá, quién no, que lo haga y comprenderá mis líneas.

A tí, que sabes que estas líneas son tuyas, mis respetos...

Volveré pronto. Palabra de un GIGANTE

De desamores va la historia

Capear un vendaval amoroso puede ser una ardua tarea si no sabes discernir entre amistad, pasión, amor y porqué no, sexo.  Ando yo en mi divertido sábado (nótese la ironía enfatizada en la palabra 'divertido') cuando una serie de acontecimientos se entrelazan y conforman, en un pis plas, un aparatoso ciclón de lamentaciones. No es momento de sacar trapos sucios, ni siquiera de colgarse medallitas, pero he de confesar que se pasa mal cuando los sentimientos se entremezclan en tu cabeza y no te deja pensar.

Por esa razón he decidido que se acabaron los sufrimientos. Si ayer hacía un ejercicio de crítica a mi jornada laboral, hoy me ensañaré conmigo mismo para dejar claro que ante un desamor lo mejor es capotear como El Juli y salir por la puerta grande (como Dios manda). Hoy me he prometido a mí mismo que el 'motor' que cada día me da la vida no volverá a 'engrasarse' hasta que descubra que merece realmente la pena. ¿Soy un cobarde? ¿Me parapeto con una gran coraza? Ambas preguntas tienen respuesta afirmativa. Y la tienen porque la vida juega malas pasadas y hay veces en las que cerrar los ojos y huir para más tarde dejarse llevar es lo mejor que te puede pasar en un día lluvioso en el que te encuentras clavado en medio del campo con unas bermudas y unas gafas de sol...

Continuará

Fines de semana intensos

Trabajar en un medio de comunicación, como es mi caso, precisa de la aceptación de diversos sacrificios. Obviando las anoréxicas nóminas y por contrapartida, las infladas jornadas laborales, el mayor hándicap se presenta en los fines de semana. Un período de tiempo que todos ansían y que yo, yendo a contracorriente, detesto. Mientras el 99,9 por ciento de los almerienses (sí, centralizo lo de almerienses debido a la constante focalización que desde La Voz de Almería 
se hace de toda noticia convirtiéndola en local) se afanan en gastar los más sosegadamente las 48 horas con las que cuentan y en el que el ocio y el tiempo libre alcanzan su máxima expresión (aquí se puede incluir las maratonianas sesiones de tórrido sexo), mi persona se preocupa únicamente en cómo dotar a la apertura de Alm) del mayor rigor periodístico y en rellenar aquellos jodidos breves que se ubican en la página 12 y que precisan de un ejercicio mental de invención superior al de la fórmula química y matemática para encontrar una mujer que te aguante toda la vida.

Trabajar en un medio de comunicación (y vuelvo a enfatizar en la frase de inicio de este post para denotar aún más mi grado de animadversión a los fines de semana) es un gran sacrificio. A cambio sólo se obtiene un lunes y un martes. Unos días que te permiten errar como
alma en pena mientras el resto de mortales empiezan su jornada de trabajo semanal. Mirándolo desde el lado positivo, te ahorras muchos euros en cervezas aderezadas de una cherigan de jamón a altas horas en el Jaya, o de esa morenaza que te miraba la última vez que saliste (no recuerdo la fecha) mientras te tomabas un copa en La Clásica. No tiene precio... para lo demás La Voz... (como diría el anuncio de la famosa tarjeta de crédito).

Ejemplarizando la situación, mientras el almeriensito disfruta en la playa del cálido sol que le regala nuestra tierra, el menda que escribe tiene que aguantar encerrado entre cuatro paredes como van llegando los teletipos o como el almeriense más aburrido denuncia y clama al cielo porque su vecino del quinto no para de fornicar con la amante y el intenso ruido que provocan los muelles del desfallecido colchón (hago aquí un inciso para recomendar los Bultex, son de lo mejor en el mundo de los colchones; es lo que tiene moverse de manera más o menos ducha entre los enseres hogareños cuando te compras tu propio nidito) no le dejan dormir para olvidar el resquemor que le produce haberle puesto él también los cuernos a su mujer con su cuñada. Más claro creo que el agua ¿verdad?.

Por eso y por otras muchas razones, que iré desgranando en sucesivas entregas, aconsejo al ávido lector que se entretiene en bucear entre mis líneas, que obvie malgastar sus horas laborales en un medio de comunicación. El malsabor que le producirá será tan ingrato que le empujará a enfilar sin ningún tipo de remordimiento las filas del INEM.

Punto y aparte.