jueves, 30 de agosto de 2007

Dinamita

BON JOVI - IT´S MY LIFE


Anoche grité en la oscuridad de mi cuarto. Tenía la boca y los ojocs cerrados, pero mi mente evadió las fronteras de la física y me trasladó hasta la terraza de mi piso. Allí, en mitad de la noche, bajo un cielo encapotado que debaja vislumbrar alguna que otra estrella, chillé al vacío rompiendo, de esta manera, la aparente calma. "¡Esta es mi vida!" espeté mientras alzaba mis brazos. Fue una manera de expulsar las malas vibraciones que estas últimas semanas me han hecho perder, por momentos, mi particular y característica sonrisa. Quiero vivirla, mientras viva. Quiero disfrutarla mientras siga en pie. Quiero desmenuzarla y ofrecerla a la gente que lo merece. Es mi vida, es ahora o nunca, voy a vivir para siempre (en la memoria de los que me sucedan). Más claro, creo que el agua. Fue una explosión de dinamita. Un reventón que antes o después tenía que llegar y que me ha dejado como nuevo. No dejaré que nadie vuelva a modificar mi camino, más de lo necesario. Es mi vida, grita Bon Jovi, It´s my life! Grito yo.

Continuará...

miércoles, 29 de agosto de 2007

Y regresó...

MIKEL ERENTXUN - ¿QUIÉN SE ACUERDA DE TÍ?


Mi centaura del desierto, mi niña del sirocco, Maluma, se fue hace unos días. Hoy ha llegado otro inquilino a mi casa. Ha regresado. Se llama soledad y cuando la he visto, la he abrazado con todas mis fuerzas. ¿Quién quiere acordarse ahora del pasado? Yo no. He pasado páginas de mi diario personal, otras las estoy quemando, pero ahora me toca abrir los ojos. Tras meses de soledad, ahora me doy cuenta de que estoy solo. Puede parecer una paradoja, una rallada de madrugada o una locura. Pero es así. Un día de poco ajetreo, de no tener nada que hacer en la agenda, me han descubierto que, por ahora, batallo contra la vida yo sólo. Y me gusta. De ahí la canción. Sólo me acompaña esta melodía. Bendita letra. No necesito nada más...

martes, 28 de agosto de 2007

Balances y balanzas

Llega un poco tarde, pero nunca lo es si la dicha es buena. Me refiero a mi balance personal de la Feria de Almería 2007. He ido desgranando algún que otro destello durante la duración de la misma en alguno de mis post, pero no me había parado a perfilarla, una vez acabada. La sensación que me deja, tras vivirla intensamente, es muy muy muy positiva. Han sido días en los que el trabajo no ha faltado y he tenido que intercalar las ganas de divertirme con la responsabilidad imperiosa de dar lo mejor de mi día a día en mi curro. Lo he conseguido, y con creces. Usando las cifras, que tanto gustan a los periodistas, de los diez dias de Feria he hecho pleno, es decir, he salido los diez días. De ellos, he cerrado la Feria (hora aproximada de las 8 de la mañana) en 3 veces. En dos ocasiones me retiré más tarde de las 6. En otras 3 lo hice entre las 4 y las 6 y sólo en una, en la última jornada lo hice antes de las 4. Un record si se tiene en cuenta que mi aportación en años anteriores, también influenciado por mi trabajo en la caseta de La Voz, era de una salida a la Feria con retirada nunca por encima de las 4-5 de la mañana.
Tirando de nuevo de las cifras. He dormido fuera de mi casa en 5 ocasiones, tres en mi piso y otras dos en uno muy especial en el que no me ha faltado de nada(vivan las malagueñas jeje). El resto en el hogar maternal.
Otro dato interesante a contabilizar es el número de copas consumido. Haciendo recuento sería imposible calcularlo. Si se tiene en cuenta que de las 9 noches disfrutadas entre mi gente, he terminado literalmente ciego/borracho (o como se quiera denominar) cinco, pues es un adato más que clarificador. No me gusta jactarme de ello, pero me lo pedía el cuerpo. Una alegría más para una Feria llena de variedad que ha dotado mi vida de una nueva sensación...la de disfrutar.
Como siempre hago, no todo es positivo. Como toda balanza, hay una parte negativa que la endereza hasta dejarla en el punto de la normalidad. He ligado poco en la Feria. Tampoco me ha importado mucho. No es tiempo de mariposas, polvos con desconocidas o rallamientos de cabeza (eso se lo deja a otras personas). En cualquier caso, mi reestyling poco a poco empieza a cuajar en las féminas jeje, y no van mal los tiros (dentro de no mucho se informará :D).
En definitiva, una Feria que se va. Una Feria, la de 2007, que no me ha dejado indiferente, y que por primera vez en muchos muchos años, he disfrutado como un enano, con los míos, con mis malagueñas, con mucha gente. Ha merecido mucha la pena hacerlo. Ha sido correcta, diría un tal Monty. Lo ratifico.
Ahora llega el Espantapitas. Nueva ocasión para despendolarse y poner en escena y en la práctica el nuevo NoR. Que se preparen...

P.D. Me dejo en el tintero miles de vivencias, risas, recuerdos, momentos, que me han hecho reir y llorar. Esos se quedan conmigo y mi diario (que esta vez, no arderá)

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El Alto Cojma ha sido el referente de diversión y alternatividad durante la Feria 2007. Nada ni nadie los separó (bueno si, las malagueñas jeje, pero solo un ratito). En la imagen, noche de Guarapo, noche de pasión desmedida, mi noche...

Bioritmos

He cambiado de reloj. Ya se que resulta un gesto bastante banal y que para algunos puede pasar desapercibido. Para mí ha sido un hecho muy simbólico. Cambiar el elemento que me acompaña siempre en mi muñeca izquierda y que me informa en todo momento de la hora que es y en el día que vivo, es algo que me ha costado decidir. El anterior reloj tenía muchas connotaciones. Había que renovarlo, como signo de transformación -esa que llevo tanto tiempo buscando pero que no llego a alcanzar-. Con él, pretendo (y conjugo este verbo porque no siempre lo consigo y de ahí ser cauteloso) cambiar mis bioritmos para, por ende, cambiar mi forma de actuar y ver la vida. He de decir que me gusta mi nuevo reloj. Me alejo por fin de la sobriedad y madurez del otro (que me ha acompañado más de cuatro años) y me acerco a la deportividad, jovialidad, rabia, y a la pasión (por la gran franja roja que lo atraviesa). Son los rasgos que quiero que me definan de aquí en adelante. Él va a marcar mi ritmo diario, y además de pesar menos que el anterior, me ha quitado también el lastre del pasado. Ese que quiero olvidar YA y enterrar definitivamente. No quiero hablar de él, no lo merece. Mi nuevo Lotus me inspira confianza. La misma que espero tener para afrontar los retos que quiero marcarme (siempre digo lo mismo). Hoy por lo pronto, he llevado a cabo dos. Uno de cierre y otro de apertura de puertas. El primero, doloroso, ya está cicatrizándose (tenía que pasar por él antes o despúes, ley de vida). El de apertura ha sido aún más gratificante, por lo que, contraresto en gran medida el primero. He sentido la sinceridad plena en unos ojos, que casi lacrimosos, lo han dicho todo sin decir nada. Esa es la senda, la verdad siempre por delante. Creo que es la mejor manera de afrontar los problemas, ya sean sentimentales, económicos, o de cualquier otra índole. Como cada día, nunca me acuesto sin aprender nada. Y hablando de dormir, ya va siendo hora de hacerlo. Mañana (o pronto) más.

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Ha sido un capricho en un momento en el que los dineros no sobran precisamente. Pero ha merecido la pena, sin duda, porque la satisfacción que me genera verlo no está pagada por mucho o poco dinero que tenga... Para los interesados es un Lotus Sport Series. Especimen raro de encontrar, todo sea dicho.

lunes, 27 de agosto de 2007

Cenizas malagueñas

Con el final de la Feria de Almería, se inicia, como todos los años, un lento pero progresivo proceso de desintoxicación del verano. Es el momento de hacer cuentas, balances, valoraciones de lo que ha dado de sí este período estival. En mi caso, me voy a dedicar a soplar cenizas y es que he quemado muchas páginas de mi diario personal, en vez de pasarlas, para no tener que volver a verlas. Entrando en el meollo de la cuestión, no puedo afirmar que en el plano sentimental haya sido un buen verano. Todo lo contrario. La ruptura definitiva con mi novia de siempre y las calabazas de la que "raptó" mi corazón durante estos meses han sido los dos hechos más reseñables en ese sentido. Aderezados, en un último momento, por otro rechazo indirecto (lo que me conocen saben de que hablo). Las cenizas, en esa línea, tienen una procedencia muy cercana: Málaga. Ha sido un verano malagueño, podría decirse. Un período en el que dos mujeres de esta tierra han conseguido captar mi atención y conseguir que me olvidase de todo. Ya se van. Una de ellas me da igual (la encubierta). La otra, no tanto. Por un lado deseo que lo haga. Es mejor tener lejos a alguién que no te corresponde en el amor para así olvidarla pronto. Por otro, creo que echaré en falta ese gusanillo de saber que en cualquier esquina de Almería (que es un pañuelo) podría encontrármela y volver a sentir esas manidas mariposas... Quedan pocos días para que lo haga. Los voy tachando todos poco a poco de mi calendario. Y cuando llegue ese día, quemaré la página de mi diario y todo se convertirá en cenizas. Espero que no vuelva a renacer en mi corazón como un ave fénix y me lo martillee con brío como ha hecho hasta ahora. No lo merezco. Ya queda menos... Soplaremos pronto...

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Las dos malagueñas que han rondado mi mente este verano, y una de ellas, mi corazón, tapadas con sus respectivos tomatitos para ocultar su identidad, por si las moscas.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Mañana

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Eran más de las dos de la mañana de la madrugada del martes, cuando enfilaba mi vista en la puerta de la caseta de Bribones. Mi objetivo no era otro que alcanzar ese lugar lo antes posible porque, inesperadamente y contra todo pronóstico, Mikel Erentxun actuaba en un miniconcierto acústico. Era la segunda vez que estaba en Almería desde que tengo memoria, y podía ser la primera vez que lo viera en mi tierra. No había escuchado nada y los rumores sobre ese concierto habían pululado la tarde antes por Almería pero no tenía ninguna confirmación por parte de los fans que conozco del artista donostiarra. Sólo puedo decir que no me defraudó. Fiel a su estilo, desenfadado, era él. En ese momento sonaba "Mañana", single que le catapultó a la lista de ventas de su anterior disco, Ciudades de Paso. Bastaron poco más de 30 segundos para que me colocara en primera fila y empezara a vibrar con su música. Fueron casi una hora de un acústico cargado de temazos de su época duncandhuniana aderezados con algunos de sus mejores temas en solitario. Se metió al público en el bolsillo, a mi ya lo había hecho nada más verlo en el escenario.
He de decir que vibré como un niño pequeño con sus temas. Eso sí, esta vez ya más sereno mentalmente, lo que me permitió disfrutar el doble del concierto. Fue, sin duda, una grata sorpresa para una noche que se me presentaba amarga y que, por azares del destino, terminó a las 7 de la mañana en un piso "conflictivo" con varios amig@s y bebiendo ron sin parar (con lo que yo detesto esa bebida).
Como dice en la canción Mikel Erentxun, "iremos a gastarnos una noche más a las calles más oscuras y gastadas de Almería". Eso será mañana, ¿o esta noche?

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Cazado. Fiel a su cita conmigo cada vez que toca en algún lugar cercano a Almería, Mikel no puso impedimento alguno en fotografiarse conmigo. Noche redonda.

martes, 21 de agosto de 2007

Se fue

No tengo apenas palabras para expresar lo que siento en estos momentos. Mi niña del desierto, la hija del sirocco, Maluma, se ha marchado de mi casa tras finalizar 'Vacaciones en Paz 2007'. Extreme ways (Bourne´s Ultimatum) de Moby a toda voz es lo único que me consiga levantar el alicaido ánimo. Jamás imaginé que lloraría como un crío (algo que llevaba ya cerca de un mes sin hacer por esa persona que nunca quiero mentar pero que siempre termina entrando en todos mis pensamientos y palabras) por una cría, una chiquilla de seis años, que apenas entendía mi lengua y que jamás, en estos dos meses, ha mostrado signos de cariño hacia mi o mi familia. Pero así ha sido. Verla subir en el autobus que la llevaría a Málaga para coger un avión y, más tarde, volar hasta Argelia, ha conseguido arrancar un controlado pero a la vez descosido llanto. No me avergüenzo de haberlo hecho. Llorar es de humanos. Y yo lo he hecho porque sentía en mi interior que se creaba un vacío importante. Y ahora, a medida que pasan las horas y transcurre un poco el tiempo desde que la despedí a las cinco de la tarde, siento aún con más fuerza su ausencia. Verla sonreir, saltar, gritar, reír, llorar, dormir, comer -o millones de acciones conjugadas en infinitivos- me ha hecho tanto bien... Recuerdo que hablaba hace un mes o un poco más, que vivir con ella me estaba cambiando mi forma de ser y actuar con mi familia. Pasado ese tiempo, lo confirmo y reafirmo. Ha sido un faro vigía en un inmenso y agresivo mar de tempestades. Me ha iluminado, ayudándome así a abrirme como persona con mi familia, la que siempre está ahí. Ella, sin saberlo, ya forma parte de ella también. La echo de menos. Quiero verla bailar conmigo mi estridente música mientras me dedica una sonrisa ingenua y cargada de encanto. La echaré de menos. No le quepa ninguna duda. Ahora sólo me queda contar los días que faltan para viajar, en diciembre, para volver a verla. Va a ser un gran esfuerzo económico en tiempos en los que el dinero es lo que más escasea en mi vida. Da igual. Ella lo merece. Necesito volver a verla. Lo cumpliré. Hasta pronto Maluma...

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Maluma, minutos antes de subirse al autobús destino a Málaga. Su sonrisa la define. La llevará siempre allá donde vaya. Es mi centaura del desierto, nadie puede con ella. Te espero de vuelta dentro de 10 meses aquí... en tu casa.

lunes, 20 de agosto de 2007

Pesadillas y sueños

Debo comenzar diciendo, en esta nueva entrada de mi blog, que este fin de semana ha sido mucho más especial e intenso de lo que imaginaba a priori. Fecha señalada para muchos almerienses, el viernes daba el pistoletazo de salida la tradicional y siempre entrañable Feria de Almería 2007. Recurriendo a los recuerdos más palpables de mi biografía, los dos últimos años había vivido esta festividad trabajando de una ardua manera en la caseta de la que ha sido durante casi tres años mi anterior empresa. Comenzaba pues, una nueva etapa en la que volvía a vivir esta solera fiesta como cualquier otro ciudadano de a pie. Y he de decir, con el fin de semana ya terminado, que ha merecido muchisimo la pena.
Sin entrar en muchos detalles, he concluído con éxito, por primera vez en mi vida, el empalmamiento (cuidado con los malpensados) de la Fería del Mediodía y la Noche. Fácil ejemplo, salí de mi casa a las 2 de la tarde un sábado y volví al redil, bastante cargado de whiskey de garrafón, a las 8 de la mañana del domingo. En ese intervalo, dio tiempo para beber cervezas sin parar en el centro capitalino, aderezarlo con copazos, viajar hasta mi piso y encontrarnos allí 5 húngaros que reventaron el jacuzzi, bajar a cenar de madrugada a la Urba de Roquetas para finalmente volver e inaugurar de manera oficial la Feria de Almería bien entrada la noche. Tremenda. Así podría calificar la intensa jornada.
Pero como siempre pasa, con citas como esta mi particular cerebro tiende siempre a sacar conclusiones positivas y negativas de todos mis actos. Y los de este fin de semana han tardado poco en ser analizados y juzgados. Me llevo para el recuerdo la posibilidad de compartir todas mis energias y sonrisas con un grupo de amigos que se han convertido en el motor que me impulsa, en los buenos y malos momentos, a seguir adelante. A ellos, casi sin saberlo, les debo ya muchas cervezas y más de un abrazo. Con ellos he vivido un fin de semana, que sin su presencia, habría sido diametralmente opuesto. Gracias compañeros. Por eso pienso, que ha sido un sueño cumplido. Uno que siempre tuve y del que tampoco hay que ahondar mucho, pero que en definitiva, se ha realizado. Vamos mejorando...
Y de la cal a la arena. Este fin de semana también ha propiciado, jodido y azaraso destino, que me reencontrase con una persona que andaba ya por el baul de mis recuerdos. Y protagonizó, sin esperármelo, una serie de actos que me han vuelto a hacer dudar (cosa que no quiero ni deseo en absoluto). La convertí en mi pesadilla, en mi peor sueño, en lo que todo niño teme desde sus adentros, y volvió a hacerme daño. Opuse toda mi resistencia, blandí mi espada y me parapeté con un gran escudo, pero sus armas consiguieron atravesar mi armadura y, apenas 12 horas después, sigo malherido. Confío en que mi cama y un par de horas de sueño me recuperen pausada pero ininterrupidamente de este mal endémico que me ha vuelto a torturar. Ya quedan menos días...
Pero no podría acabar de esta forma este post tan especial para mí. Decir que la jornada festiva también me deja otros gratos recuerdos tales como la llamada de la selva que realicé en una tarima de Guarapo y que trajo a 5 féminas deseosas de dejarse querer por mis encantos (y que más de una sintió jeje) y las risas, muchas e incesantes, que regalé durante toda la 'empalmada'. Me quedo con eso y con mi Cojma, que nunca me falla. El sábado que viene volveremos a contraatacar, que se prepare la Feria...

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Los Cinco Magníficos inauguran oficialmente la Feria de Almería 2007. Que comience la fiesta y el despiporre...

viernes, 17 de agosto de 2007

Cosmopolitismo

Hoy me he sentido cosmopolita. Una palabra que se estila mucho en los círculos sociales de la capital española y la periferia pero, que rara vez, se suele utilizar cuando se frecuentan los albores mediterráneos almerienses. Podría definir esa sensación como un viaje ultrasónico de miles de kilómetros sin moverme de mi asiento. El que he usado mientras disfrutaba de la segunda jornada del Festival Folclórico Internacional Ciudad de Almería. Poco más de dos horas que me han servido para conocer la ancestral tradición cultural del pueblo mongol, para seguidamente hacer lo propio con los finlandeses y terminar, a golpe de violín y clarinete con los extrovertidos y jocosos serbios. Un paseo cultural que pocas veces he tenido la oportunidad de vivir. Y ahora, recordando ese momento, me siento más mundializado. Empapado de sonidos y bailes (y también de sudor debido al calor que vivimos estos días en Almería) de otros lugares tan alejados de esta tierra que cuesta un poco asimilarlos.
Pero también he de decir, momento cultural cosmopolita aparte, que me he sentido durante ese concentrado y explosivo momento, más maduro. Tiempo atrás jamás habría percibido en mi mente como necesario o interesante un acto como este. Hoy lo he vivido y disfrutado como nadie. Los años no pasan en balde y siento que no soy una excepción en ese sentido. Nada ni nadie ha podido romper el vínculo que han generado los artistas que pululaban por el escenario y mi mente. Empiezo a ser inquebrantable, y me gusta. Si ayer hablaba de experiencias revitalizantes en mi hogar, hoy puedo volver a reiterar lo mismo. Esta vez no he bailado solo, lo han hecho mis sentidos con los mongoles, finlandeses y serbios. Un claro ejemplo de que el cosmopolitismo está más cerca de lo oque muchos imaginamos. Ya miro el programa cultural de esta Fería de Almería y anoto en rojo el próximo 18 de agosto. Nueva función a la vista. Repetiremos.

ACTUALIZACION: Para todos aquellos interesados en saber realmente porqué me sentí cosmopolita, aquí dejo un enlace a la crónica que hoy he escrito desde mi gabinete de Comunicación para todos los medios almerienses. Espero que os guste.

http://www.contraportada.net/detalle_prensa.asp?id_not=2189

(Copiar y pegar en la barra del explorador)

jueves, 16 de agosto de 2007

Experiencias revitalizantes

No lo había sentido hasta hoy. Me fui cansado, agotado mentalmente, y sobre todo, con muchas dudas. He vuelto nuevo. Me refiero a mi hogar. Que fuerte suena aún para mí ese posesivo "MI" delante de hogar. Aún me cuesta creer que soy ya propietario de un pequeño espacio. Como dice un conocido anuncio de televisión: "Bienvenido a la republica independiente de mi casa". Han sido poco más de 24 horas. Las justas y necesarias para desconectar, recargar las pilas y sentirme, coloquialmente hablando, de puta madre. He hecho todas aquellas cosas que, por respeto al hogar materno, no había hecho antes. Me refiero, por evitar malos pensamientos, a caminar descalzo, poner la música al volumen deseado, o bailar (no diré que) en gayumbos. Tonterías, en definitiva, pero que sin embargo a mí me han dado la vida y me han vuelto a recargar mis gastadas pilas. Hasta me ha dado tiempo para olvidar las panochas y pensar en nuevos objetivos... Lo que da de sí un día en mi hogar!!. Ya cuento las horas para volver a escaparme. Y cuento también los días para emigrar definitivamente. Septiembre es un buen mes. Estaremos atentos.

martes, 14 de agosto de 2007

Recogedor de panochas

A estas alturas de la vida sería cómico afirmar que no me gustan los placeres culinarios. Ellos me han llevado a estar como estoy hoy fisicamente. Como diría una señora de avanzada edad, "como un tanque". Lo bueno es que, también con el paso del tiempo, he aprendido a quererme más y más y tener por las nubes -aunque de vez en cuando flaquee- la autoestima. Pero hoy no voy a hablar de mi querida y graciosa barriga, sino de las panoches -metafóricamente hablando- que introduzco en ella. He pasado de las calabazas a un grado superior. Ya no me las dan, sino que las recojo yo mismo. De aquí a unos meses me van a llamar -como tantos motes he recibido- el recogedor de panochas. Ricas están, es indudable. Pero no gusta recibirlas con mucha asiduidad porque si no terminas empachándote y haciendo locuras. En esa fase me encuentro. Pensando cosas impensables, ideas que rondan mi cabeza a mil por hora. Menos mal que mañana llega un día de reflexión. Mi casa, mi pequeño rinconcito donde escabullirme, me va a servir para escapar de ellas. Hasta otra, panochas...

Pañuelos y sal

Variedad y continuidad. Así respondería a cualquier persona que me preguntara como está siendo para mi este verano. No hay día en el que me quede en casa, como antaño, pegado a un ordenador surfeando por internet o ensimismado en el juego de moda de la época. Me asusta el pensar que he sabido dar ese paso. No me creía capaz. Como tantos otros que también he dado y que me han llevado a donde estoy ahora. Prueba de ello es el verano que me estoy raspando (en clara alusión a Fito y sus siempre dignas y profundas letras). Y es que es otro fin de semana que pasa y del que me llevo un grato recuerdo. Si en el anterior me encontré a mi querida amiga María, en este, y por casualidad, hice lo propio con Cisco. Uno de los compañeros de carrera que no olvidas porque has vivido con el grandes aventuras -en este caso, mezcladas siempre con alcohol y grandes dosis de humor-. Dicen que Almería es un pañuelo y qué razón tienen. Siempre te encuentras con alguién que conoces en el rincón más recóndito de la provincia. Sus calas, su sol y esa arena aderezada con sal atrae como moscas a la miel a cualquiera. Tenemos un tesoro, y muchos -entre los que me incluyo-, no hemos sabido apreciarlo hasta ahora. Al menos, creo que lo hago a tiempo.
Respecto a la continuidad, creo que poco se puede añadir. Son una constante, durante esta época estival, las salidas nocturnas. Una tras otra. Positivas por conocer cada uno de los muchos antros y baretos que desconocía de la capital. Negativas por el drenaje que provocan en mi siempre escuálida cuenta bancaria. Me quedo con el lado positivo. El dinero es para gastarlo, las vivencias no se pagan...
Y hablando de pagar, tocar apagar otro día. Este que se va, se cierne helado...No digo más.

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Playa de San José. Cisco y NoR. Los llamados clones en Sevilla volvieron a reencontrarse 4 años después. Como diría Presuntos Implicados..."Aaaaay, cuanto hemos cambiado..."

sábado, 11 de agosto de 2007

¿Confusiones o concesiones?

Ir a un concierto de M-Clan puede llegar a ser algo realmente divertido. Independientemente de que tengan un directo buenísimo y sepan meterse en el bolsillo a la gente con sus letras cargadas de ideas, pueden llegar a surgir situaciones que ni siquiera llegaría a imaginar el siempre irreverente y cómico Woody Allen. Y algo parecido a lo que perfilo ocurrió anoche durante el concierto del grupo murciano en San Juan de los Terreros. No se si es que me vieron un parecido razonable con Carlos Tarque, vocalista del grupo en cuéstión, o qué, pero dos señoras, de avanzada edad (todo sea dicho), me tildaron sin cortarse un pelo (ellas ya tenían bastante poco en la cabeza y en...) de "tanque". "Ahí viene el Tanque", soltaron como el que suelta una bofeta inesperada. En ese momento se me plantearon muchas variables de actuación: hacer oídos sordos, firmales un autógrafo con la punta del carajo o reprimirles educadamente. Opté por la última. Un poco de mi verborrea, siempre cordial y sonriente, bastó para sonrojar a dos señoras que podrían triplicarme en edad y que habían traspasado la siempre incómoda línea del respeto.
Ahora, casí un día después del suceso, y teniendo en cuenta que es sábado con lo que ello conlleva de horas libres, me ha venido a la cabeza la incógnita de que quizás mi plan de choque para dejar unos cuantos kilos de grasa de mi cuerpo no esté siendo satisfactoria. Podría ser, no lo dudo. Lo de tanque tiene tantas lecturas... El caso es que, confusión o concesión (por lo de no dejar kilos y dejarme llevar), ahora sonrío al recordar esa escena tan fuera de lugar e incomprensible.
Cambiando de tornas, he de confesar que el concierto de anoche fue mucho mejor de lo que me esperaba. Tan acostumbrado a seguir fielmente a Erentxun en sus conciertos, me había privado de disfrutar de grupos tan rotundos y completos, que me di cuenta de que aún me queda mucho por ver. Anoche vibré con su música. Carolina, Despierta Maggie, Miedo, Llamando a la tierra... Temas que me hicieron sacar lo mejor de mí, esa sonrisa que me caracteriza y que los que me conocen saben que cada día está mas afilada. Ya cuento los días para cambiar de palo musical y ver a un tal "Muchachito". Espantapitas se acerca...

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El Alto Cojma se reunió con tres amigos míos levantinos, MJ, Sonia y Fer. La buena música nos unió. A ellos me unió antes Erentxun, del que ahora reniegan. Ellos se lo pierden...

jueves, 9 de agosto de 2007

Tiempo muerto

Ayer escribía en mi blog que no padezco de atascos mentales, quizás porque estoy aprendiendo a superar los obstáculos que me impiden pararme en la autopista de la vida. Hoy he tenido una sensación diferente. El tiempo se ha congelado. He mirado hacia atrás y he mirado hacia adelante. Y no he visto nada. El tiempo se ha muerto. Y con él se han ido los recuerdos buenos y malos. Pienso que estamos aquí para vivir un suspiro y después desaparecer. Y en ese instante, en ese microtiempo, en ese flash, somos capaces de hacer tantas cosas... Cuesta creer, teniendo en cuenta estas circunstancias, que el destino puede existir. Yo quiero creer en él. Confío en él, pero es duro hacerlo cuando, aunque el trabajo y la salud no desfallecen y van viento en popa, los avatares de la vida te abofetean en eso que muchos desprecian llamado amor. Me estoy dando cuenta que el tiempo muerto en ese apartado me está haciendo más daño del que podía siquiera imaginar. Tiempo en el que, sin duda, no he estado parado sino que he "trabajado" y sólo he recibido calabazas (palabra que repito últimamente hasta la saciedad). ¿Será que mi destino quiere que pase una larga temporada en tiempo muerto? ¿podré aguantar estoicamente ese período? No sé las respuestas y tampoco quiero pensarlas. Esa es mi respuesta.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Atascos mentales

Lo de vivir en una gran urbe, dígase Madrid o Barcelona, tiene que ser un suplicio para los conductores. Lo digo porque no soporto los atascos. Me jode y mucho tener que tragarme los tropecientos semáforos rojos cada vez que accedo a la capital almeriense desde Huércal de Almería por la carretera de Ronda. Esos 10 minutos que se pierden podrían significar un bonito romance pasional (ojo, intenso) o el tiempo exacto para desayunar un vaso de zumo de naranja con una entera de jamón y tomate. Y ya que hablamos de atascos, más que los de tráfico, los que más padezco son los mentales. Esos que te bloquean la mente y no te dejan ver más allá de tus propios ojos y que muchas veces te llevan a cometer errores imperdonables. La verdad es que no vivo una etapa de entaponamiento, pero tampoco circulo por autopistas de peaje. Dicen que el destino muchas veces es caprichoso y te lleva a interponerte en el camino obstáculos que te obstaculizan el paso y que, muchas veces, consiguen bloqueártelo. Llevo un par de semanas, en las que mi circulación es continua y fluida pero en varias ocasiones ha visto peligar esa normalidad con pequeños y molestos satélites. No interfieren en exceso pero si que joden, hablando mal y pronto. Lo bueno de todo esto es que cuando uno tiene claras las ideas, por muchos satélites que venga, jamás podrán moldearte a su gusto. De hecho, si algo he aprendido esta semana que pasa y la que ahora vivo, es que hasta las malas experiencias tienen su lado positivo. Y si no que lo digan a MRL y las ricas calabazas... Por si acaso, yo ya he puesto un semáforo en mi mente para que cuando todo vaya mal pase del verde al rojo y me permita tener el tiempo suficiente cómo para saber adoptar la decisión correcta. Espero que no se vaya nunca la luz...

martes, 7 de agosto de 2007

De perros-flauta y desayunos de válvula

Han pasado ya poco más de 24 horas desde que volví de mi última aventura con el trío de mosqueteros, la esencia en definitiva de lo que se conoce como Alto-Cojma. Creo que es tiempo suficiente para empezar a valorar lo que ha dado de sí un fin de semana en el que el alcohol y las mujeres perros-flauta se han convertido en las verdaderas protagonistas. El destino, de primeras, era exótico: la cala de San Pedro. Horas más tarde descubriría que no me equivocaba en mis iniciales conjeturas.
Recapitulando, todo comenzó el pasado viernes. Una llamada a una mujer de confianza nos permitió disfrutar de la magia de la noche de Roquetas de Mar, aderezado más tarde con algunas copas de mas y un bañito a las seis de la madrugada en el jacuzzi de mi casa (como diría Monty: fenómeno!!). Desde allí, desde ya mi residencia oficial -dígase La Envía Golf. calle de las Encinas y todo eso- partiríamos tras un receso en el camino en las cercanías del Gonzalos hasta Las Negras. Allí comenzaría, sin hacernos aún a la idea, nuestro pequeño y odisiaco camino de Santiago. Más de una hora de camino, cargados hasta los dientes y sudorosos a más no poder. Así se definiría el tortuoso viaje hasta el paraíso. Y allí llegamos. La famosa y siempre nombrada Cala de San Pedro se abría ante nuestros ojos. Cristalina, radiante, salvaje... pero llena de perros-flauta (en el argot más coloquial hippies pulgosos con perros aún más pulgosos). Y allí, tras una intensa noche de alcohol clavante (que se lo digan a Victor), Mahou clásicas, hormigas asesinas, mucha arena y un desayuno de válvuna también financiado por OBC Víctor (ya es costumbre en él) culminó una bonita experiencia. Esa que llaman libertad. Así me sentí. Y aunque no quiera hablar de mí más de lo necesario en este post, he de decir que experiencias como esta te permiten valorar aún más lo que es la vida y la gente que la quema a tu lado. No es por ser melancólico, ni negativo, ni siquiera pesimista, pero echar a un vistazo a cada una de las 100 fotos que reflejan lo acontecido durante este fin de semana me ha hecho recordar muchos momentos anteriores de mi vida. De esos en los que también fui feliz, inmensamente. No todo el pasado es para olvidar. Hay también momentos para recordar. Y estoy seguro de que este, el de los perros-flauta, no se irá nunca de mi retina (aunque algunos me tilden de topo...).
La vivencia de este fin de semana, resumido en estas escuetas líneas, podría ser más densa y explicativa. Creo que no olvido nada y lo que dejo en el tintero es mejor que se quede allí (momento messenger, por ejemplo), exceptuando el reencuentro con mi gran amiga María Herce, la sevilla más cariñosa y salá que ha parido madre. Tras más de tres años sin verla, volvió a Almería, seducida por sus playas y allí me encontró. Esto es como el anuncio de Martini. Un momento único y en el que tocarse los labios con tus gafas de sol pertrechadas denotan la satisfacción de muchas horas de experiencias únicas, diferentes y cargadas de emotividad. Repetiremos, seguro.

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Foto hecha con Casio EX-Z70 el 04-07-07

Vista de la cala de San Pedro desde un desfiladero. Los tres perros-flauta llegarían media hora más tarde al lugar. Nuestras sonrisas se tornaron en carcajadas cuando disfrutamos de una Mahou fresquita (para eso iba la nevera) en sus cristalinas y frías aguas.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Sonrisas que no se pagan ni con diamantes (II)

Hace algún tiempo, allá por junio, escribía las primeras líneas en mi blog acerca de Maluma. Hoy vuelvo a retomar el título que utilicé aquella vez porque describe perfectamente la experiencia vivida esta tarde-noche en mi casa. Celebrar el cumpleaños de esta pequeña saharaui me ha permitido descubrir, por enésima vez, que estos son los momentos que realmente merecen la pena ser valorados. Los problemas económicos, sentimentales y laborales pasan a un segundo plano cuando ves sonreir con una sinceridad inusitada a una niña de 7 años que lo más que ha tenido en sus manos ha sido un palo de madera con el que guiar una rueda michelín de un viejo camión español a través de la ardiente arena del desierto. Hoy ha recibido multitud de regalos. Se los merece todos. La vamos a echar de menos pero físicamente porque de nuestras mentes nunca se escapará. Hoy ha cantado a viva voz un cumpleaños feliz en español. No lo olvidará nunca, seguro. De nuevo, muchas felicidades Maluma...

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Ocho de la tarde. Su padres de acogida (los míos también jeje) rodean a la cumpleañera. La tarta se quedó pequeña para tanto invitado. Siete velas, siete años y más de siete meses los que pasarán hasta que volvamos a verte...