lunes, 31 de marzo de 2008

Ver para creer

Ando intentando aclimatarme de nuevo a la jornada laboral y reconozco que me está costando más de la cuenta. Tantos días de asueto y desconexión informativa han provocado en mí un barrera que esta mañana he tenido que romper a martillazos cuando sonaba el despertador a las 8:30 de la mañana. El caso es que como en esta vida nada es imposible (menos evitar la muerte y pagar la hipoteca)he conseguido el objetivo y pocos minutos más tarde de las nueve en punto ya enfilaba desde mi vehículo, con gafas de sol y variada música dance, la capital almeriense. Quién me iba a decir a mi que esta estampa, otrora tan deseada y soñada, iba a cumplirse. Se afianza la independencia y se alejan las fisuras. Ver para creer (aunque a muchos les cueste aceptarlo).

viernes, 28 de marzo de 2008

Liturgias y misticismos

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Hoy he respirado paz y eso que el oleaje y el viento eran bastante intensos en Cabo de Gata. Dicen que tras la tormenta siempre llega la calma. Nunca he podido estar más de acuerdo con un dicho popular. Un poco de misticismo junto a la Iglesia de Las Salinas, otro tanto de coordenadas sentimentales y vitales junto al Faro de Cabo de Gata y una inmensa playa desierta por la que dejarse recrear la vista. Un cóctel, sin duda, explosivo que me ha permitido catalogar el día que dejo ya paso para el recuerdo como Maravilloso. Hoy la banda sonora ha sido M-Clan y sus Memorias de un espantapájaros -disco que recomiendo encarecidamente escuchar (y no cobro nada por publicitarlo, que conste)-. Y como dice la letra de una de sus canciones:

Aquí se está parando el mundo
en un momento de liturgia
en un mareo tan embriagador.

He recorrido el universo
para llegar hasta tu lado
y aqui me tienes de rodillas, amor.

Unas palabras que resumen a la perfección lo que pulula por mi cabeza y que he rememorado en tan basto paisaje natural, como es el Parque Natural de Cabo de Gata. Ojalá estos días se repitan una y otra vez, porque es así como la vida se hace más amena y enriquecedora, entre liturgías (mentales) y misticismos (olvidados)...

miércoles, 26 de marzo de 2008

Tiempos de asueto

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Vivo tiempos en los que la jornada laboral y de descanso se reparten amistosamente en un cincuenta por ciento (poner en marcha el que se ha consolidado ya como primer periódico de información en la provincia, Almería Actualidad, supone un gran colchón de días acumulados). Un hecho que me está permitiendo hacer lo que mejor se: dormir, abrazar el sofá y roncar (no todo en la misma proporción, obviamente). Días en los que la mayor preocupación pasa por saber que almorzar y cenar (ahí es nada). Son también días de meditación para dirimir nuevos caminos sentimentales o laborales que se abren paso ante mis ojos. Uno de esos momentos lo viví hace unas semanas en Francia. Mi primera visita a un Starbuck Coffee, aderezada con una canción que últimamente tiene mucho que ver conmigo, me permitieron vivir un momento de asueto en mi mente que ahora saboreo placenteramente (quién me lo iba a decir). Para que luego digan que el pasado es mejor dejarlo de lado y vivir el presente sin pensar tampoco en el futuro...

martes, 25 de marzo de 2008

Abrazos inesperados

Conchita - Puede ser

*(que me equivoque otra vez pero ya me toca sentirme bien)

Un abrazo cuando menos te lo esperas se convierte en el mejor regalo que pueden hacerte. Yo hoy he recibido uno bien fuerte y cargado de cariño y sigo sonriendo cuando recuerdo ese momento. Era el que mejor podían darme. Mi madre, esa pequeña gran mujer, me ha vuelto a devolver la energía que necesitaba y de paso me ha enseñado a poner la lavadora (porque las tareas domésticas han invadido mi vida). Una llamada, una visita, un momento de unión y varias lecciones maestras para saber manejarme en este nuevo mundo que me toca vivir en el que como Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como (además de verdad). Y así, entre centrifugado de ropa y reordenación de electrodomésticos varios, he llegado a la conclusión de que, como bien dice el videoclip que acompaña estas palabras, puede ser que me equivoque otra vez pero todo va a ir bien y si una puerta se cierra otra se abrirá. Yo hoy he vuelto a sentir que la vida es eso, equivocarse y levantarse y no dejar de hacerlo. Mi corazón, mis ganas de vivir, mi forma de ser en la que darlo todo y lanzarme a la piscina sin esperar nada a cambio me identifica, no van a menguar. ¿Acaso es un delito ser así? Ciegos son aquellos que no valoran todo eso y se quedan por encima de la piel. Allá ellos.

Nunca Mais

Homenaje a Los Secretos - Déjame

*(porque segundas partes nunca fueron ni serán buenas)

He dormido a pata suelta. Lo necesitaba. No se si habré roncado más de la cuenta o no (eso que se lo pregunten a mi vecino) pero me he despertado un poco afónico. Ayer, en cierto modo, enmudecí. Hoy poco a poco vuelvo a recuperar mi característico timbre de voz. De todas formas, poco puedo y debo de decir. La boca es mejor que esté cerrada. Para bien o para mal, es lo mejor. Me he mirado al espejo y no me reconocía. Además de porque las ojeras que calzaba eran bastante abultadas y el color más ennegrecido de mi piel ha comenzado a asentarse, mis ojos no brillaban de igual forma. Un buen lavado de cara ha cambiado todo. Un poco de Duncan Dhu aderezado con un rato de aspiradora y unos macarrones que apuntan maneras están siendo la mejor fórmula para superar una situación, que aún conociendo de su más que probable aparición, ha sido un tanto inesperada y por otro lado, deseada (yo valgo más que todo eso). Sigo mi camino y como siempre, mirando al frente. Y la sonrisa, esa que maximizo cada día y que no se despega de mis gestos, seguirá haciéndolo. Don´t worry, be happy podría decir en inglés, pero hoy toca, como diría una persona gallega bastante maja que he conocido este fin de semana: Nunca Mais.

Lunes al sol

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Veinte grados de temperatura. Sol primaveral. Una playa totalmente desierta. Rachas intermitentes de viento. Esa era la estampa que lucía hoy el litoral almeriense visto desde el siempre acogedor rincón de San José. Mi cara, para aquellos que han podido vérmela tras casi 5 horas expuesto al gran astro, me delata. Mi piel ha comenzado a tornarse, como suele comenzar a suceder por estas fechas, más oscura. Quizás en sintonía con mi forma de ser, como siempre a contracorriente. Ahora que se estila eso de que con la primavera la sangre altera, yo debería puntualizar que la mía ya se ha alterado de más. Tener cada vez menos pelo no tiene porqué entrañar que te tomen el pelo. Equivocarse es de humanos, y siempre hay riesgo de hacerlo más de una vez con la misma piedra pero llega un punto en el que esa piedra ya estorba en el camino y hay que quitarla. Así que, dicho y hecho. Y hablando de piedras, la tarde en la cala a las afueras de San José ha dado, además de para debatir de muchos temas y reir hasta la saciedad, para celebrar unas Olimpiadas playeras que buscaban drenar la grasa acumulada por el gran bocadillo (pan de Mercadona) de embutidos varios que acababa de ser devorado. Y debo de confesar que de las dos pruebas disputadas, distancia de salto y lanzamientos de pedrusco, he quedado vencedor indiscutible y absoluto en la segunda. Supongo que mi dilatada experiencia en esto de tropezarme con piedras y apartarlas de mi camino bien lejos me ha posibilitado realizar un lanzamiento a tanta distancia que ni siquiera el siempre gitano y berraco Víctor ha podido superar. Sea como fuere, y aunque hubiera quedado último también, siento que hoy he ganado en honestidad y entereza. Las dudas se quedaron hace tiempo en el recuerdo y un lunes cualquier como este me ha servido para reafirmar los pensamientos que pululaban por mi mente últimamente. Y es que sigo creyendo fehacientemente en el destino y las casualidades, otrora tan veneradas, han comenzado a tener poco sentido en mi vida. Pienso y creo que no voy a dejar de hacerlo, que las casualidades no existen y lo que pasa cada día tiene un sentido y una razón de ser. Hoy, primer día de playa oficial en mi haber en este movidito, ajetreado y variado 2008, quedará marcado en el calendario porque todos los días se aprende algo y hoy, además de reirme con mi gente, con los que nunca me fallan y no me pegan puñaladas traperas cuando menos te lo esperas, he dado un paso más en esa carrera cuasi universitaria que es la de quererme más y más y más. En ello estoy, y aunque no narcisista, creo que merezco más la pena de lo que algunas personas me han valorado, ¿no?. Y como diría Fito "y es que no tengo nada más que decir".

lunes, 24 de marzo de 2008

Una declaración (de intenciones, anhelos y barreras esquivas)

No hay amantes en la estratosfera,
demasiado lejos pa vivir.
No queda café en la cafetera,
pero hay una taza para ti.

Nos vemos, desnudos como siempre.
El mundo está vacío y nos amamos.

Te quiero, te quiero
te quiero porque quiero
Una lágrima en el aire
que apagando mis incendios.
Te quiero sin remedio.
Te quiero, te quiero,
te quiero porque quiero.
Una página no vale
porque tú eres mi cuaderno,
sigamos escribiendo.

No hay poetas en la carretera,
pero hay poesía pa seguir.
Cada vez más discos en la acera,
pero hay melodías para ti.
Nos vemos, temprano como siempre.
La noche está vacía y la llenamos.

(Amantes en la estratosfera - Sergio Dalma)

domingo, 23 de marzo de 2008

Devociones y realidades

Llega el Domingo Santo y las últimas procesiones se lanzan a las calles con el ánimo y el fervor a flor de piel. El cansancio de una semana de penitencia se deja ya notar y cada vez son menos los que aguantan el alto ritmo marcado durante tantos y tantos días. El hastío es la sensación que imprime mi cuerpo en este día tan cargado de simbolismo. Por diferentes motivos, yo también termino abrumado y con la lengua fuera tras esta larga y ardua semana. Confieso que no he procesionado. Tampoco me ha hecho falta ya que la mía ha ido por dentro. Ahora resoplo tranquilo. Se acabaron las devociones hipócritas. Mañana la normalidad vuelve a la ciudad que me amamanta y el trasiego de cornetas, tambores y penitentes da paso al bullicio de los miles de conductores que se empecinan, como cada día, en aparcar en el mismo centro neurálgico de la capital almeriense. Al menos, me congratulo, las falsedades dan paso a la cruda, pero a la vez reminiscente y anhelada, realidad. Mañana se acabaron las lagrimas desangeladas (y de cocodrilo). Mañana los mortales bajan del cielo y las hipotecas y el no llegar a final de mes vuelven a ocupar la cabeza de los sufridos "penitentes". Yo, como siempre, a contracorriente. Desconectando y meditando. Esos son los verbos que voy a conjugar hasta la saciedad esta próxima semana y el Capitán Alatriste volverá a ser mi fiel compañero. ¡Arriba las espadas!

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(Mientras el fervor popular se entremezcla entre la potente y desgarrada voz de los saeteros en el Sábado Santo, yo a mi rollo: con mi Heineken y mi gente. Esta es mi vida)

sábado, 22 de marzo de 2008

El ritual del silencio

Son días de devoción y exaltación de los rituales religiosos estos que vivimos durante la "bendita" Semana Santa. Como en muchas facetas de mi vida, vivo estas fechas un poco a contracorriente. La gran cantidad de trabajo que me abruma y el aprovechamiento exhaustivo de las pocas horas libres que tengo con mi gente han conseguido que tenga un casi total abstraimiento de la misma. Pero he de confesar que yo también vivo mi particular ritual del silencio. Como si de una procesión al uso se tratase, estoy aprendiendo a sólo observar y callar. Hago ultimamente muchas referencias a eso de que en boca cerrada no entran moscardones. Y esto es causa y consecuencia del discurrir que estoy trazando en estos momentos. Callar y seguir adelante. No es la opción más sensata, ni tampoco la más coherente. Pero siendo sincero, es la única que consigue transmitirme la serenidad suficiente como para no caer en el craso error de volver a liarla. Los acontecimientos deben de precipitarse por sí mismos e interceder para que se produzcan, es cuanto menos, contraproducente. Por eso prefiero continuar con mi hastío comunicativo. Si llegan a producirse, enhorabuena por mi paciencia. Si no, a otra cosa mariposa. Así es la vida.

jueves, 20 de marzo de 2008

Algarabías

Jarabe de Palo - Agua
*(Porque nunca serás mi amiga)

Es incómodo tener un nombre poco común porque, además de que cuesta pronunciarlo bien, si éste es propiedad de una persona que habla atropellando palabras, la situación se convierte aún más caótica. Siempre me gustaron la radio y la televisión, pero hoy por hoy son dos medios de comunicación que no están a mi alcance por el gran hándicap que atesoro -y si no que se lo digan a las guiris que intentan entender con sus nociones básicas de español lo que digo-. No soy un Schumacher o un Alonso de la pronunciación castellana, sería un calificativo demasiado crítico para tan noble arte (como es el de orar y comunicar), pero sí reconozco que más de una vez me trabo con las palabras. Alguna que otra persona me ha llamao "arrebatao". Un "piropo" que tiene su gracia y todo. En cualquier caso, haciendo símiles (algo que tanto me gusta), podría decirse que a la hora de la verdad siempre he sido muy claro en mis pensamientos (que no en mis decisiones) y eso creo que tiene ya bastante peso como para dejar en la sombra las algarabías en las que más de una vez me he visto envuelto sin comérmelo ni bebérmelo. Quizás por esa razón mi vía de escape haya sido siempre la palabra escrita. Aquí no puedo amontonar las palabras a no ser que me coma los espacios, algo que por otro lado y tal como ando en casi mi inexistente y volátil dieta es poco probable. Y hablando de decisiones, hoy he dudado de más de una y de dos. Supongo que los sentimientos, aunque férreos, también tienen su punto débil. Hoy se vaticinan lluvias. Espero que limpien un poco el fango y de paso, cierro la boca, porque como siempre, así no entran moscardones...

miércoles, 19 de marzo de 2008

Sonrisas no forzadas

Leona Lewis - Better in time


Ultimamente sonrío más de la cuenta. Lo hago de manera inconsciente, para nada forzado y reconozco que me encanta. Veo discurrir los días con tranquilidad y en silencio. Ya no hay agolpamientos y estreses innecesarios. Ya todo comienza a perfilarse. Todo es mejor a medida que pasa el tiempo. No se si será porque he dejado de preocuparme por el futuro sólo lo justo y necesario o porque estoy rodeado de la gente que realmente necesitaba o por ambas. El caso es que sigo sonriendo y ya no paro de hacerlo. He encontrado un hueco donde sentirme seguro y eso se nota. También un pecho al que abrazarme cuando siento nostalgia. Porque la vida puede ser maravillosa y ahora me toca a mí decirlo (y sobre todo llevarlo a la práctica) me reafirmo en lo dicho. Sonrío.

P.D. El video va dedicado a una persona que me hace sonreir constantemente. Gracias pupitas ;-)

martes, 18 de marzo de 2008

Repaso efímero

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Ella llevaba esperándome 27 años y 3 meses. La obra arquitectónica mejor engrasada del mundo a la hora de hacer dinero (subir hasta la cúspide supera los 11 euros y allí había más guiris por metro cuadrado que granos de arroz en una paella valenciana) aguardaba impaciente mi visita. Fue un momento extraño. La había visto en tantas fotos y desde tantas perspectivas que, cuando la tuve justamente en frente, a una altura considerable para mirarla de tú a tú, sentí que nada ni nadie enturbiaba ese momento y que sólo yo estaba allí. Y es que, si de algo puede vanagloriarse París es, además de por tener el café más caro del mundo (¡cuatro euros una insignificante taza!), porque vayas por donde vayas encontrarás arte, aires bohemios y grandeza. Todo en la denominada ciudad del amor está hecho a lo grande, lo que por otro lado, te hace a tí sentirte más pequeño e insignificante. Un claro ejemplo es la Torre Eiffel, pero a éste le pueden acompañar la Catedral de Notre-Dame, el Arco del Triunfo o los inmensos e interminables Campos Elíseos. Ahora, tras más de 24 horas desde la finalización de este extraordinario y gratificante viaje, hago un repaso efímero por mi mente y me doy cuenta de que ha calado hondamente en mi ser (mucho más de lo que yo siquiera imaginaba). Compartir 8 días de ilusión, alegrías, estrés, incomprensión (el francés no es lo mío) y añoranza son demasiados aderezos como para dejar a alguien indiferente. Y así ha sido. Vuelvo con muy un buen sabor de boca. Un pulular que me ha permitido estrechar lazos más fuertes si cabe con mi familia a la par que discernir con mayor claridad sentimientos e ilusiones otrora enterradas y ahora cada vez más cercanas a la superficie. Una breve revisión de lo vivido en tierras galas que, por otro lado nunca viene mal, y que consigue arrancarme, como ya viene siendo una constante, una gran sonrisa. Me quedo con muchas imágenes guardadas ya en mi retina para siempre. La que nunca olvidaré, sin duda, la cara de emoción de mi madre el día de su santo ante ese gran amasijo de hierro de más de 300 metros de altura. Una ilusión cumplida para ella desde hace muchísimos años, y una gran satisfacción para mi al poder haberlo vivido y compartido a su lado. Y luego me quejo...

jueves, 13 de marzo de 2008

Adelantando

Mi discurrir en Francia sigo dando mucho de sí. Hoy, armados de valor y de ímpetu, hemos iniciado mi madre y yo una loca aventura para visitar Saint Victor, un pequeño pueblo de la comarca de St Etienne y que se encuentra abrazado por dos grandes lagos y rodeado de montañas. Debo decir que el lugar era paradisíaco y que para desconectar del estrés que suelen provocar las grandes urbes es todo un acierto. Llegar hasta allí y volver ha sido otro menester, pero eso, como tantas otras cosas, se queda en mis recuerdos con los que esbozaré siempre una fugaz pero sincera sonrisa. El caso es que, estar por tierras francesas me está permitiendo adelantar más de un obstáculo que semanas atrás veía insalvable. Lo de independizarme, ya consumado, ya ha pasado a ser un estadio más de mi vida y no una decisión perenne en mis pensamientos. He metido la quinta (mi C4 no tiene sexta)y creo que ya no voy a mirar más atrás, ni siquiera cuando eche la marcha atrás. Mañana, por si las moscas, visito por primera vez París y espero afianzar, en la que se conoce como la ciudad del amor, algunos sentimientos que comienzan nuevamente a aflorar. Seguro que sí. Demain plus...

miércoles, 12 de marzo de 2008

"I am ça va bien..."

Lo del cosmopolitismo no es una faceta que vaya mucho con mi persona y, fijate por donde, estos días me veo envuelto en él casi sin comérmelo ni bebérmelo. Un poco de francés por aquí, un poco de finlandés por allá, un chapurreo medio entendible de inglés más allá... pero nada de español. La lengua de Cervantes, esa que creo que domino tan bien, me sirve de poco por estos lares. Mi inglés del Zapillo me está salvando de algún que otro obstáculo pero no de todos los que yo desearía. Me planteo ahora, a la vejez (como siempre me tilda una que yo me conozco) lo de estudiar de nuevo inglés. O bueno, mejor dicho, lo de estudiar la lengua de Shakespeare porque mi nivel es de parvulitos tirando para suspenso. En cualquier caso, I am ça bien, que traducido y tras separar la mezcla chapucera de inglés y francés, "yo estoy muy bien". Y es que, hoy he visitado Lyon, la tercera ciudad más grande de Francia por población tras París y Marsella y me he sentido tranquilo, feliz, condescendiente y pequeño, en exceso. Todo aquí es grande, gigante. Parques, catedrales, plazas, estaciones de metro o tren... Me he acordado mucho de una persona que estaría gozando con cada uno de los rincones entrañables que alberga esta ciudad y las sonrisas se me escapaban solas. Vuelvo a reiterarme en eso de que la distancia me está haciendo ver, ya sin aguaderas (como las que antiguamente portaban los burros y mulas de mis abuelos), qué cosas y qué personas son las que realmente echo de menos y necesito tener a mi lado... y me encanta!. Mañana toca aventura sin intérprete cerca (es lo que tiene tener una hermana erasmus con exámenes) y espero, que con la chuleta en francés que llevo y mi caradura no nos perdamos mi progenitora y yo. Todo se andará. Pero como siempre digo: Ça c´est ma vie!

martes, 11 de marzo de 2008

Por la boca vive y muere el pez (según se mire)

Ando estos días por Francia. Era un viaje que llevaba mucho tiempo apuntado en mi agenda personal y que tras más de un titubeo y escarceo en la misma, ya se ha consumado. Me está viniendo bien esto de alejarme de mi tierra, de mi gente, de la persona que quiero, para darme cuenta de lo mucho que las echo de menos. Más de 1.600 kilómetros son ahora mi frontera con mi realidad cotidiana. Una realidad, que de vez en cuando, me impide solventar pequeños problemas que magnificados en la distancia, pueden convertirse en podesoros tsunamis. Dicen unos que por la boca muere el pez, y otros (Fito y pocos más) que todo lo contrario, que gracias a ella vive. A mi, como ya me han dicho muchas veces, me pierde la boca (tanto para bien como para mal y eso que nunca lo hago con mala voluntad ni fe). Así soy yo. En cualquier caso, mi transparencia ante cualquier adversidad ha sido mi principal valedora para escapar sin despeinarme de todas esas situaciones. Aquellos que me quieren siempre han confiado en mi, y ahora desde un país poblado de franchutes, vuelvo a pedir su apoyo. Porque debo de decir y digo, que este momento vital no lo cambio por nada ni nadie en este mundo y que, aunque a veces las palabras en distintos momentos se contradigan, se que ahora (porque lo siento) estoy como quiero.¿Más claro que? Pues eso.

sábado, 8 de marzo de 2008

Desafíos desmesurados

Hacía tiempo que deseaba cumplir ese deseo. Pasaban los días y cada vez lo veía más lejos a pesar de acortar poco a poco la distancia temporal respecto a él. Hace tres días lo consumé, y ahora, en la soledad que me depara el silencio de un salón oscuro, me doy cuenta de que es gratificante, mucho. Son esas experiencias, que se dejan vislumbrar en la penumbra y que te tocan suavemente la piel para desvanecerse como el rocío de la mañana, las que más llegan a cautivarte. Yo estoy embriagado, quizás más de lo que pude imaginar hasta alcanzar este estadio. Ese denominado InDePenDienTe. Sí, como suena. He volado del nido familiar. Oficialmente, y tras muchas idas y venidas (conozco mejor que nadie los recovecos de mis viejas maletas) he conseguido mudarme a la que ya es, de manera oficial, mi casa. Ya no hay vuelta atrás. Tampoco me la planteo. He sonreido esta mañana cuando me he levantado y, tras ducharme y desayunar, he marchado a trabajar mientras amanecía. Me he sentido, y lo confieso, un poco más mayor. Ya nada será lo mismo. Ya soy el dueño de mi sino en todos los ámbitos vitales. Ya nada ni nadie puede anclarme a un puerto del que no quiero partir. La independencia, esa sensación tan efímera a veces y tan profunda otras, ya está en mi ser. No sólo ha sido un cambio de aires (que también porque ahora oteo desde mi terraza la gran Bahía de Almería y el extenso mar y puedo respirar aire verdaderamente puro), sino también un giro de 180 grados en mis desafíos personales. Yo los tildaría de desmesurados, pero no por ello irrealizables. La ilusión ya nadie me la quita y escribir estas líneas tirado en mi sofá mientras suena "Feo" de Fito y Fitipaldis y "se que soy mucho más guapo cuando no me siento feo" acompañado de un refrescante Ballantines naranja no tiene precio. Ya era hora me dicta mi subconsciente sin dilación. Eso mismo pienso yo. Esta es mi vida y así soy yo. A dormir...

miércoles, 5 de marzo de 2008

¿Y tú que miras?

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Mirarse de vez en cuando a un espejo y contemplar quién eres y como el tiempo te va haciendo madurar en lo físico y en lo personal es una experiencia que recomiendo a todo el mundo. El problema está cuando otros lo hacen por ti y llegan a juzgarte sin ni siquiera saber de la misa la mitad (como diría una tía mía). Es en ese momento cuanto te preguntas: ¿y tú que coño miras?. Prejuzgar es una acción, que llevada a límites extremos, puede hacer mucho daño. Por suerte, y cruzo los dedos, no han conseguido hacérmelo pero si que he sentido que han mirado más de la cuenta en mi espejo personal. Ese en el que antes me veía tan poca cosa y en el que ahora, pasados los meses (y con más experiencias vitales bajo la espalda), me veo tan atracativo como el que más (aún sigo sufriendo el síndrome 'No tuve abuela'). Sea lo que fuere, ya no me gusta ni un pelo que me miren desde él y mucho menos que me juzguen ya que para eso están los Juzgados... NoR dixit.

lunes, 3 de marzo de 2008

Tardes de sol y refritos

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Siempre me negué a pisar la playa más allá de tres o cuatro veces durante el verano y siempre con una ducha cerca porque mi tirria hacia la arena es de órdago. Últimamente lo estoy haciendo muy a menudo y en un fin de semana mis pies han pululado por las de Carboneras y las de Retamar. Han sido ratos de reflexión, de desconexión. Bien acompañado (no esperaba menos), he podido descubrir que en marzo el mar luce de una manera mágica. Sus pálidos azules llegan a convertirse con la débil pero constante luz del sol en fulgorosas tonalidades turquesas. Parece camaleónico, tanto o más que mi persona. Y en este estado y harto ya de refritos, de mezclas y vaivenes, vuelvo a vislumbrar con fuerza el color azul puro del mar con mi prisma mágico. Y ahora, ya no me falta barco para navegar y tampoco viajo en el Titanic...