miércoles, 31 de diciembre de 2008

De cambios, balance del año que se despide

El 2009 ya asoma por la próxima esquina. Su hermano menor ya languidece y retoza furioso dando sus últimos coletazos reflejados, por desgracia, con los bombardeos a los que está sometiendo Israel a la población palestina. Ecos de una guerra que se nos queda lejana y que aquí se ha transformado en una profunda crisis económica que amenaza hasta al más "colocado". Pero esa ya es otra historia. La de hoy, la que escribo en estos momentos, a las siete de la tarde de un 31 de diciembre de 2008 es otra muy distinta. Despido un año importante en mi vida. El 2007 lo fue y este 2008 al menos ha conseguido mantener las expectativas y ser igual de bueno en muchas facetas de mi vida personal. Si en 2007 despedía a una persona muy importante en mi vida con la que compartí más de 7 años de la misma, en este 2008 al que le quedan horas de vida, he conocido a otra que ha conseguido volver a darle un rumbo a mi existencia, en muchos momentos perdida como velero en altamar. La conocí sin esperarla, haciendo uso de mis estratagemas verbales y mi poemario personal. Ya se sabe, lo del faro y los ojos que iluminan. Desde ese momento ha estado a mi lado y hoy, 364 días más tarde de conocerla esbozo una sonrisa cuando recito su nombre en mi cabeza, ese que tanto me gustaba y que casualidades de la vida me ha tocado ahora pronunciar sin cansancio.
Pero si en el plano sentimental, con algún que otro escarceo (hay cosas que no cambian), he tenido un año copado de alegría, en el laboral el 2008 ha supuesto mi asentamiento como periodista almeriense. Como Coordinador de Provincia en Almería Actualidad (#) he conseguido rozar en algunos momentos la excelencia periodística y gozar como nadie informando cada día a los almerienses de todo aquello que ha acontecido en los 102 pueblos de Almería. Arropado por un grupo de profesionales, muchos de ellos amigos ya, he conseguido afianzarme en una profesión en la que dos fallos es sinónimo de despido, paro o crisis (esa que tanto se pronuncia ahora y que ha tocado a más de un amigo, familiar o conocido).
También ha sido el 2008 un año para el recuerdo por otros muchos motivos que me vienen a la cabeza y que me hacen sonrisar maliciosamente. El año del PRO, de las noches de fútbol digital con mi gente, el AC (##), de los mojitos, de las risas, de las picaeras y los goles de chilena y del fútbol real, con la Unión Deportiva Almería sufriendo y celebrando sus victorias y derrotas.
365 días en los que también ha habido hueco para conocer a más y mejores personas, algunas de ellas ya convertidas en amigos y con los que he podido viajar a lo largo y ancho de la Península o cruzar la frontera y vivir una aventura indescriptible en París con mi familia (tremendo).
Y no podía faltar la llegada de un ser muy especial. Un perro con cuerpo de salchicha, bonachón, dormilón y más bueno que el pan. Si, rima, Patán. Un chucho sin "marca" que ha conseguido llenar los ratos de soledad en mi apartamento en el que en breve cumplo mi primer año de independencia, ahí es nada...
En definitiva, un año muy bueno, sin duda y del que espero que copie y mucho el 2009. Porque grandes proyectos se avecinan y necesito la misma suerte, salud, trabajo y amor para afrontarlos con expectativas de éxito. Así será.

Por eso deseo a todos los que me rodean y a los que ya no están tan cerca de mi un: ¡¡FELIZ AÑO 2009!!

(#) www.elalmería.es
(#) AC = Alto Cojma (para más información consultar este blog)

viernes, 26 de diciembre de 2008

De cumpleaños (+28)

Siempre celebré con entusiasmo cumplir años hasta que llegué a los dieciocho. En ese momento dejó de vetárseme la entrada a aquellos pubs y discotecas maquineras y bakalaeras que ansiaba frecuentar (y frecuenté hasta la extenuación) en mis años mozos y me sentí un adulto (sin serlo física y mentalmente). Después vendrían los 19, los 20, los 21 y hoy, los 28. Ya no los cuento con tanto entusiasmo. Quizás sea porque me voy haciendo mayor y aún sigo, eso dicen, siendo un niño aunque cada vez en un cuerpo más adulto (eso no falla). Siento una sensación extraña que me envuelve. Me miro en el espejo y veo que sigo siendo aquel niño que soñaba algún día con emular a Matías Prats (*) y ganar 200.000 pesetas mensuales con las que comprarme ese gran coche rojo con culo (lo tenía muy claro) como era el Volskwagen Vento (**). Veinte años más tarde, en un momento muy especial de mi vida como es el que atravieso, cumplo sobradamente algunos de esos objetivos (en lo periodística ni por asomo, pero hago mis pinitos) y sin embargo me siento aún incompleto. Y no será porque no he cumplido ya metas, ilusiones y sueños que para otros son inalcanzable, no. Afortunado (o eso creo) en la amistad con personas que me demuestran que merezco la pena; en el amor (por fin) con alguien que realmente me da todo lo que necesito sobradamente y me fortifica mi opinión de que no me equivocaba saltando aquel precipio tan escarpado y profundo; en el trabajo copando casi por completo mis aspiraciones periodísticas; etc, etc, etc. Y sin embargo (y repito esta manida coletilla que me prometí post más abajo no volver a escribir), con 28 tacazos en el cuerpo siento que me faltan muchas cosas y no precisamente materiales aunque en estos días ronden por mi cabeza sueños que empiezan por K terminan por A y casi alcanzan los 30.000 euros (ahí es nada). Hoy vuelvo a soplar las velas, ya con números porque si no no hay pastel que les pueda dar cobijo, y lo voy a hacer con la misma ilusión que antaño en la calle Ronda, cuando la calle era practicamente mi casa y mis canicas y los trompos de púa mis herramientas de trabajo. No prometo que deje escapar alguna lagrimilla melancólica por los que ya no están y por los que no van a poder estar a mi lado en este momento pero sí que, como cada año -porque para eso nací a finales y siempre fui el más chico de mi clase-, intentaré ser un poquito mejor como persona, trabajador, amigo, hijo, novio (y todas esas facetas). De momento, con los treinta más cerca de lo que imaginaba y con planes de futuro a corto/medio plazo, volveré a sonreir en éste mi cumpleaños.
El año pasado, en este mismo día y en este mismo espacio (***) afirmaba que "El caso es que, sea lo que sea, siento que voy camino de lo incierto porque no se lo que pasará mañana y tampoco me importa. Disfrutaré internamente de este momento y, como cada año, pediré volver a celebrarlo, porque eso, obviamente, será muy buena señal". Me reafirmo en lo dicho. Hay cosas que nunca cambiarán y una de ellas es que, como dicen algunos que me conocen, soy de costumbres fijas... Veremos si dentro de 365 días sigo pensando lo mismo (o no).

(*) http://es.wikipedia.org/wiki/Matías_Prats_Cañete
(**) http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:VW_Vento_rear_20071212.jpg
(***)http://norbertol.blogspot.com/2007/12/camino-de-lo-incierto.html

miércoles, 24 de diciembre de 2008

De Navidades

Llega el frío, mi cumpleaños, los buenos (y malos) deseos, las ganas de reunirse y pasar más tiempo con la familia, los mensajes inesperados de esa gente que a pesar de estar tan alejada de tí físicamente se acuerda de que la amistad atraviesa muros de hormigón. En definitiva, ya ha llegado la Navidad. Esa fecha tan entrañable para algunos y vista por otros como la de la vorágine consumista. Sea como fuere, estamos en fechas señaladas para hacer balance del año que ya se va aunque eso ya lo haré dentro de unos días. Adelantando, tengo una sensación de satisfacción por todo lo vivido en este variado y exigente 2008 tanto en el plano personal como laboral. Hoy toca cenar con mi gente, mi familia, los míos y luego soñar, disfrutar de un momento único y pensar en mi padre, a miles de kilómetros de aquí (un abrazo muy grande viejo) pasando frío pero trabajando (porque eso es lo que has hecho toda tu vida). Es Navidad, y es lo que hay. Por eso y por muchas cosas que me callo deseo a todos los que me apreciais una FELIZ NAVIDAD y NOCHEBUENA.


Un fuerte abrazo de mi Patán y mío (él ya mandó su felicitación por correo electrónico hace unos días, es así el jodío :D)

domingo, 14 de diciembre de 2008

Mi madre


Dulce, cariñosa, protectora, trabajadora, amable, atenta, sincera o responsable. Son algunos de los términos que la definen. Siempre está ahí aunque no lo esté. Es la sombra perfecta en los días de lluvia y el ángel de la guarda en los momentos difíciles. Cuanto más lejos estoy de ella más la necesito. Su voz, ese timbre tan característico, tan rajado por el tiempo, tan penetrante y dulce, es un bálsamo siempre en las arduas jornadas laborales en las que los sinsabores abundan en demasía. Trabajadora incansable, de vista ya cansada, hace siempre honor a su nombre y vive siempre entre el dolor comedido de su maltrecha pierna. Apenas se queja, sólo piensa en sus hijos, lo que más ama en su vida. Se le llena la boca cuando habla de ellos (de mí), sus ojos brillan de forma especial. Nació para ser madre, sus gestos la delatan. Se desvive por ellos y sufre y disfruta con sus desgracias y éxitos laborales y personales. Lo merece todo y a veces no recibe nada. Se merece en estos momentos un abrazo cargado de amor y cariño pero no puedo dárselo. La echo de menos en esta noche de lluvia en la que recuerdo cuando de pequeño, cuando los rayos y los truenos me hacían esconderme bajo la almohada y tiritar como si tuviera 40 de fiebre, venía a protegerme con sus mimos y calor maternal y susurrarme al oído que me quería con locura. Lo es todo. Llena cualquier sala que visita con su silenciosa personalidad. Su feminidad no se ha visto alterada a pesar de llevar esas feas y ortopédicas botas. Sus cristalinos ojos y sincera sonrisa la hacen destacar por encima de cualquier superflua prenda. Es tímida, comedida, entregada. Es una gran mujer, mejor esposa y excelente madre. Es mi madre. Mi estrella de oriente. Mi punto de mira. Mi Norte, Sur, Este y Oeste. Mi brujula, GPS... Sin ella, todo se torna más difícil porque ella siempre lo hace fácil. Es Loli, la pequeña gran mujer de poco más de metro y medio de estatura. Es fuerte, ambidiestra, melosa. Es mi madre, la de la la tienda de los zapatos, la lotería y las naranjas. La de la calle Ronda, Barrilerías y Hermanos Machado. La mujer de gran corazón y mente distraida y olvidadiza. La mujer más maravillosa del mundo y a la que todo debo. Por eso, porque cualquier palabra es escasa para definir todo lo que supones, te confieso aunque quizás nunca leas estas líneas (tú y el ratón sois incompatibles) que... TE QUIERO MAMICA

P.D. Fría noche de diciembre lluviosa y ventolera.

domingo, 7 de diciembre de 2008

La familia, que nunca falte


A medida que pasa el tiempo y uno se va haciendo mayor me voy dando cuenta de que la familia es un pilar fundamental para conformar mi personalidad y afrontar los retos de la vida con mayor seguridad y entereza a la vez que me otorga una tranquilidad balsámica. Eso es, al menos, lo que sucede entre los humanos porque entre los perros la cosa cambia, y mucho. Y si no que se lo digan a Patán (para el que no sepa quién es llegado a este punto de mi blog, es mi chucho medio raza medio sin ella de estirpe bodeguera andaluza y de carácter buenazo, dormilón y tragón -como el amo-). Hoy, tras dos meses alejado de su madre y hermana, Julia y Micra, ha tenido la oportunidad de volver a estar con ellas. Un reencuentro que pintaba bien y casi se lo comen. Literal. Con tan sólo cuatro meses, mi chucho ha tenido que aplicar el lema de "huir antes de morir" para evitar que su progenitora acabara con él. Al final la sangre no ha llegado al río y tras más de dos horas de terapia familiar, la alegría, los escarceos y los ladridos al unísono se han dado cita. El olor le jugó una mala pasada a Julia pero no a Micra (la edad es lo que tiene). Aunque eso sí, haciendo valoraciones tras la cita, debo de decir que he erradicado de mi cabeza la idea de que mi perro estaba flaco y era pequeño porque su hermana, nacida en el mismo parto, era la mitad de él (cada vez se hace más patente el dicho ese de que los perros se parecen a sus amos).
Yo, por si acaso, ya he llamado a los míos y me he prometido a mi mismo que estas Navidades voy a estar con ellos más de lo normal. Patán, prometido, hará lo mismo.

P.D. En la foto, mi Conchi con Patán, Micra y Julia (de izquierda a derecha).

lunes, 1 de diciembre de 2008

Va por tí



Allá donde estés, en algún punto del mapa europeo pasando frío, lejos de los que te queremos, quiero decirte viejo que muchas felicidades por tus 54 diciembres. Tu tesón y entrega nunca dejarán de hacer mella en mí. Eres grande, muy grande, aunque te falte ya bastante pelo y tus ojos empiezan poco a poco a rodearse de arrugas.

Un abrazo papá