lunes, 26 de octubre de 2009

La vita e bella

Fin de semana intenso. Cargado de momentos emotivos. De situaciones y confesiones con alcohol de más en las venas. De sendas visitas a El Indio con tostaducas de tortilla con cebolleta. De reencuentros con dos londinenses que cada vez son menos almerienses. Y, sobre todo, de una boda de dos personas que se han convertido con el paso del tiempo en dos seres importantes en mi vida: Pablo y Lina. Confieso que no pude aguantarme y en la pequeña pero entrañable capilla de la Compañía María lloré de emoción. Era un día muy señalado en el calendario. Era su día. Y quedará por siempre en el recuerdo como una de las mejores bodas (si no la mejor) a las que he asistido. Hacía tiempo que no sentía tanta felicidad. El sábado podría haber contestado sin dudas a aquella pregunta que me formularon hace unos días de forma afirmativa. También hubo cruce de miradas con una gran rosa que se quedó sólo en eso. Fallaron los radares y el envoltorio. No todo puede ser, quizás nunca lo sea. Soñar es gratis. Y soñar soñando soñé que el Almería sería capaz de ganar 2-0 al Valencia de Emery y nos fuimos con el rabo entre las piernas con tres encajados y gracias. El fin de semana que viene más, esta vez, con mi Jedi informático, el caracol gaditano. Y mientras, los enamorados por Italia. Felices, y yo más. La vita e bella...

(En la foto el Alto Cojma al completo sin contar a Pablo, of course, durante la celebración del convite)

viernes, 23 de octubre de 2009

Exhausto

Así me hallo. Cansado, más mental que físicamente. Son días de mucha concentración. De buscar temas de debajo de las piedras para rellenar (sí, porque el periodismo escrito en el siglo XXI va de eso) páginas y más páginas de secciones y suplementos. Ya no hay tiempo para abstraerse. Para pensar aquello que podrías hacer este fin de semana o de quedar con la gente que te hace sentir bien para tomarte la última caña (en mi caso un mosto atómico), antes de zarpar rumbo a La Envía. Un día lluvioso, extraño, de calor y frío. Un día de discusiones innecesarias y de planteamientos y estrategias en el trabajo que no huelen bien y que deberé disipar. Y encima con un dolor de barriga de dos pares de narices. Exhausta. Así se va a quedar la cama en cuanto la visite en unos instantes. Hay que reservar fuerzas para mañana. El Alto Cojma vuelve a juntarse. Toca celebrarlo. La boda del año está sólo a 48 horas de producirse. Pablo se nos casa. Esto es octubre y yo con estas pintas...

jueves, 22 de octubre de 2009

Divagaciones entre delitos de cohecho y malversación de fondos

No se si es que el haber estado al pie del cañón el primer día de la era post-Juan Enciso en El Ejido me ha dejado tocado o la película 7 minutos era demasiado profunda para mi mente (o las dos). El caso es que hoy me han hecho una pregunta que me ha dejado muy descolocado. Versaba tal que ¿cómo y con qué eres feliz?. Y la verdad es que mentiría si dijera que ahora lo soy o que no lo soy porque es que ni una cosa ni la otra. Me encuentro en territorio Comanche. En tierra de nadie. Sin saber si tirar hacia la izquierda, seguir hacia adelante, o mirar hacia atrás y retroceder un par de pasos. ¿Tan difícil es buscarle sentido a la vida?. Y mira que debo de reconocer que me sonríe. Tengo una gran familia, trabajo, salud (aunque de vez en cuando renqueo), un pequeño pero variado y especial grupo de amigos, una casita que me da todo lo que necesito y que alberga mis mayores tesoros, un coche... Ya sólo me falta encontrar esa chispa que me provoque no tener ningún reparo ni duda a la hora de responder a la pregunta que hoy me han formulado. Espero que la solución no sea quemarse a lo gonzo porque más de uno y de dos ya me dicen que enreveso demasiado mi vida como para liarla aún más. En cualquier caso ni se me acusa por cohecho, malversación de fondos ni esta noche voy a dormir en El Acebuche. ¿Por algo se empieza no?