lunes, 30 de agosto de 2010

Resaca de Feria


Mañana de lunes. Atrás quedan 9 días intensos de Feria en los que el menda y una buena compañera de profesión y amiga han trabajado como jabatos todas las noches para mostrar un punto de vista diferente de la Feria de la Noche de Almería. Ahora quedan las secuelas. Me duelen a rabiar los pies, apenas tengo ganas de comer y me ha costado horrores conciliar el sueño esta noche pasada. Resquemores de fiesta que espero que se disipen a lo largo de las próximas horas porque no es de recibo empezar así mi último tramo de (merecidísimas) vacaciones.
El caso es que todo comenzaba a andar a pedir de boca hasta que he escuchado la canción que acompaña esta nueva entrada en mi blog. Han pasado casi cinco años desde la última vez que lo hice. Iba en un coche, como copiloto, con un pañuelo en mi mano mientras me secaba las lágrimas. Cuanto tiempo ha pasado desde entonces. Cuantas cosas han pasado desde entonces... Al final he vuelto a repetir la escena, esta vez solo, en mi terraza. Todo ha sido un cúmulo de circunstancias fortuitas. Cruzo los dedos y cierro los ojos. STOP.

¡Máldita resaca!

lunes, 16 de agosto de 2010

De despedidas (x4)

Ha llorado por primera vez. Era su cuarta despedida. Cuatro veranos huyendo durante dos meses de las infernales temperaturas de África, se dice pronto. Maluma ya marcha camino de Málaga donde cogerá un avión que la llevará al Sáhara, a su casa, al desierto. En esta ocasión ha confesado que no quería irse. Ya va madurando y los cambios físicos en su cuerpo la delatan. Y ese nuevo sentimiento de arraigo la ha llevado hoy a soltar toda la tensión interna contenida de estos últimos días a través de unas escuetas pero cristalinas lágrimas. Yo tampoco he podido evitarlo, y aunque mis nuevas gafas de sol han ocultado mi rostro desencajado, varios lagrimones también han resbalado por mis prominentes mofletes.
Esta vez la despedida ha sido diferente. Todos somos ya más adultos. Los gestos eran más contenidos y más cargados de sentimiento. Y es que a pesar de que vaya camino de la treintena y mi coraza se hace más y más dura y hermética, no puedo negar que no la echaré de menos. Es un catalizador de energía positiva en mi familia y su ausencia se nota, y mucho.
Comienza ahora nuevamente la cuenta atrás. Diez largos meses en los que se sucederán las llamadas desde miles de kilómetros de distancia y las ilusiones, aún latentes, se hacen más fuertes.
Este año puede haber sorpresa. Hay en mente ya un viaje hasta su morada. Todo se andará. Ojalá. Mientras tanto tocará esperar y seguir luchando por avanzar en esta ardua vida, crecer profesionalmente e ir cumplimentando y tachando los objetivos marcados en mi hoja de ruta.

Hasta ese momento sólo toca decir: hasta pronto mi niña del Sirocco...

lunes, 2 de agosto de 2010

La Hégira

El manido tópico de echarse novia y descuidarse tiene un claro ejemplo en mi persona. Con el paso de los años a medida que han ido aflorando y marchitándose las relaciones sentimentales, mi barriga comenzó una carrera de ensanche que no fluctuó como las pasiones y sólo supo alzarse y agigantarse en positivo. Una jodida ecuación que ha terminado por llevarme a un punto crítico en el que los tres dígitos de peso están a tiro de piedra.
Tras dos años prometiendo el día de Nochevieja aligerar lastre, me veo ahora, recién entrado agosto en una disyuntiva un tanto ardua pero que, con un poco de ambición puede llegar a tornarse exitosa.
Y es que ejercicio y calor no son una ecuación muy agradable que digamos, pero tampoco lo es que más de 5 y 6 prendas que el año pasado lucían a la perfección en mi percha corporal ahora han quedado en desuso absoluto.
Para evitar este y otras males mayores, que tantos quebraderos de cabeza le dan a mi santa madre, mañana, en un par de horas, este cuerpo serrano se las verá en el gimnasio. Pocos apuestan por mi continuidad. Razón no les falta. Pero esta vez quiero pensar que se equivocan. Son muchos los alicientes positivos que me llevan a pensar en el éxito de la encomienda. Comenzando por la ilusión por la adquisición de ropa "special transpirable edition" de Decathlon, pasando también por mi nuevo reproductor mp3 "sport edition" y terminando por aprovechar más y mejor el día (aunque eso conlleve dormir menos de lo que siempre he deseado).
El tiempo me pondrá en mi lugar y espero que cuando llegue ese momento, mi objetivo, la pérdida de los 12 kilos marcados con fuego en mi mente, sea una realidad.
Comienza mi particular Hégira, la vuelta a la talla 42, la del fucker de Alhama...