viernes, 31 de diciembre de 2010

Cuenta atrás

Casualmente estas líneas que refrescan mi blog se han convertido en la historia número 321 desde que comencé a dar rienda suelta a mi imagenio hace ya más de tres años. Cifra, que separada, ejemplifica la perfecta cuenta atrás. La misma que ha comenzado en estos instantes para despedir al 2010 y dar la bienvenida al 2011. Un año, el que se va, que ha tenido de todo y al que quizás sólo le ha faltado una pizca de suerte y un grado de experiencia mayor para evitar desilusiones (in)esperadas. Aún así deja un poso especial, con olores aterciopelados, en el que se han vuelto a fraguar amistades en el paro (término que acuño por estar tan de moda por desgracia esta situación laboral) y en el que se ha dado rienda suelta a experiencias nuevas, gratificantes, responsables.
Lo mejor de todo es que con la treintena recién cumplida afronto con ganas este 2011. No como lo hice hace un año o dos, tampoco nos vamos a engañar, pero hay proyectos en mente, ilusiones nuevas y energías no faltan. Sólo espero que como todos los años, tenga una banda sonora que me evoque lo que sucedió en esos 365 días, y la de éste, la de 2010 es propiedad de El Pescao, nombre de pila de David Otero, ex miembro de El Canto del Loco, que nos ha regalado su primer disco, Nada lógico, con el que me siento totalmente identificado y que me ha deleitado con tardes memorables en el trabajo, en el coche, en la oscuridad de mi apartamento, o en la calle, absorto en mis cosas con mi Nokia N8 y mis cascos.
Y como no podía ser menos, de él extraigo una canción que se ha convertido en uno de mis himnos porque ya todo me da lo mismo, porque me importa lo que siento cuando eres de verdad.


Feliz 2011

domingo, 26 de diciembre de 2010

Treintena


Quién me lo iba a decir. Ya he inaugurado oficialmente la cifra número 3X. Parece mentira que haya pasado ya una década desde que celebré cumplir los veinte aquel día lluvioso entre cervezas en Rioja acompañado de gente que ya no está a mi lado. Han sido los diez años más convulsos de mi corta existencia y en los que destacan momentos tan importantes como terminar la licenciatura en Periodismo, comprar mi primera casa o descubrir el amor en plural. Ahora miro atrás y me doy cuenta de muchos errores cometidos. No se si será porque lo de cumplir treinta me hace más maduro y lo veo todo de una forma totalmente diferente. El caso es que ya nada es lo mismo. Involucrado en multitud de frentes, con muchas preocupaciones en la cabeza y unos cuantos kilos de más que no se terminan de ir (hay que ir más al gym), lo de soplar las velas en un par de horas, rodeado de aquellos que me quieren va a ser una experiencia diferente. Y lo será porque cada día que pasa me alejo más de la alargada sombra que me ha perseguido desde hace muchos años y que por fin está en fuera de juego.
Googleando un poco por ahí, me he encontrado con una serie de cuestiones que se plantean cuando uno llega a esta edad:
1. Sientes que la juventud se aleja de ti , aunque tu físico demuestre lo contrario. [Negativo, me siento igual de joven, y eso sí, mucho mejor físicamente en cuanto a belleza. ¿Seré como el vino?]
2. Comienzas a hacer un resumen, a veces inconscientemente de lo que has hecho y hacia donde está encaminada tu vida. [Correcto. Lo de encaminarla, dejémoslo aparcado de momento]
3. De alguna forma te das cuenta que el tiempo es tu peor enemigo y que definitivamente eres vulnerable a él. [Negativo. El tiemo es mi mejor aliado o eso creo y si no que se lo digan a mi cama :D]
4. Percibes con mayor claridad tus aciertos y desaciertos. [Correcto]
5. Te afianzas a tus objetivos o exploras nuevos horizontes. [Me decanto por lo segundo]
6. Reconoces tus errores porque has aprendido a superarlos sin darte cuenta. [Incorrecto. Más bien los reconoces porque te han dado un buen palo y de eso se aprende, digo que si se aprende... ]
7. Pero a la vez la confusión te embarga. [Nada más que decir, así es]
Lo bueno de cumplir años, es que aún se mantienen intactas muchas ilusiones como la de recibir la felicitación de quién no te la esperas o ese regalo que jamás habrías imaginado. Sea como fuere, en escasas 12 horas me veo soplando las velas y ya tengo claro el deseo que voy a pedir. Algunos que brotaron en mi mente en cumpleaños pasados han terminado por cumplirse y otros siguen en el limbo de los utópicos deseos. Esperemos que éste, precisamente éste, se cumpla.

martes, 21 de diciembre de 2010

Tron Legacy

Ofrece más de lo que uno se espera y encima, para rizar el rizo pone en escena a mi inseparable Nokia N8 (bendito gadget), eso sí en negro y no en el naranja pasión que calzo. Así puede resumirse, de la manera más subjetiva posible Tron Legacy, la secuela de una película transgresora en su época a la que le ha sentado muy bien el paso de los años dado que los efectos especiales, esta vez sí, están a la altura de lo que se pretendía en su predecesora.

Dinámica, entretenida, sin altibajos, por momentos épica (la carrera de motos futuristas pone los pelos de punta) y, también, con una pizca sentimental que no le viene nada mal para conformar un cóctel cinco estrellas.
Para aquellos como yo que no recuerdan nada de la primera, o que por el contrario no la han visto, pueden acercarse tranquilamente al cine puesto que su segunda parte ya se encarga de enmendar ese lapsus y ponernos al día para que no nos perdamos en la trama. Bonito gesto.
Sin duda, un producto altamente recomendable para un sábado lluvioso y resacoso y como no, acompañado de un combo de palomitas y fanta de naranja gigante. No te defraudará.

Maldito

Las conversaciones sin ningún sentido de varios participantes de Gran Hermano rompen el silencio en el dormitorio. La Samsung de 26 pulgadas realiza labores de multitarea y se ha convertido también en un improvisado punto de luz. (¿Por qué carajo nunca antes tuve televisión en mi cuarto?). El insomnio vuelve a hacer acto de aparición y el frío tampoco da tregua. Primer día de vacaciones y ya echo de menos el ruido y el tecleo incesante de la Redacción. ¿Será verdad eso de que los estados de estrés laboral dan paso en los de asueto a los bajones emocionales? Al final soy un conejillo de indias. A cinco días del THE DAY y diez para despedir el 2010, las incongruencias se amontonan en la puerta de mi apartamento. Por si acaso, la puerta está cerrada con llave. Maldito insomnio. Maldito Gran Hermano. Malditas ansiedades. Maldito.

viernes, 17 de diciembre de 2010

De frío, nada y todo

El invierno ha entrado ya con fuerza y virulencia. Su desangelada presencia se filtra por mi terraza y el pijama y la bata se han convertido en los únicos parapetos para aguantar sus continuas oleadas. Lo peor de todo es que este coqueteo con el negativo del termómetro siembra en el interior un espejo del exterior. Nada y todo, todo y nada. Toca volver a oler la almohada y recordar esa sensación. Nada. Tres días y vacaciones, y después, esperemos que Todo. Mientras el ronroneo de Gran Hermano 12 rompe el silencio. Las cascaras de dos naranjas decoran la mesa del salón. Mañana otra jornada de teléfonos sonando, alcaldes al otro lado de la línea, y muchas páginas que pintar. Eso es todo, amigos

miércoles, 15 de diciembre de 2010

De deseos (en el abismo de la treintena)

A escasos cinco días de volver a saborear esa palabra que tanto gusta a los españoles como es Vacaciones, he tenido un presentimiento de esos que sólo afloran en los momentos más cándidos, etapas que todo sea dicho llevan tiempo sin hacer acto de presencia delante de mis narices. El caso es que he presagiado que el 2011 depara muchas sorpresas, tanto laborales, como familiares, como sentimentales, hasta perrunas, ya puestos. Calzando ya para ese momento los treinta, y con más de un amigo, y de dos, y de tres, y de cinco, con la vida más que encauzada (y apalgatada), me veo tomando decisiones de largo recorrido, más allá de lo que te obliga Movistar si te agencias un Iphone 4, es decir, 24 religiosos meses de clavazo constante.
Proyectos que empiezan a fraguar, otros que recorren el camino contrario, e ideas que aunan unos y otros y que tienen más buena pinta a medida que pasa el tiempo y envejecen, lo mismitico que el vino.
Por si acaso, para no perder las buenas costumbres este año estreno Belén de los Playmobil, y es que no hay nada mejor que verlo al entrar en casa para esbozar una sonrisa. Un buen bálsamo para sentir que no se envejece a pesar de que se haga cada segundo que pasa.
Próximo destino, tras volver a escudriñar mis juguetes favoritos: la cama (para seguir soñando).

miércoles, 8 de diciembre de 2010

De diciembres

Ya está aquí, el mes que más me gusta del año. Diciembre ha irrumpido con fuerza en 2010. Éste es especial. Hay historias que lo dulcifican y miradas que lo engalanan. Se acerca cumplir la treintena y aún sigo disfrutando como si tuviera cinco con los Playmobil. El nueve ya se despide para darle paso al 8 tal y como predije y nuevamente El Eco de Alhama me ha dejado un espacio de inspiración. Las fiestas de Alhama de Almería hoy tornan a su fin y el frío está de vacaciones. Luce el sol y hoy una gran niña rubia celebra su santo. Pollo al limón y tallarines con verduras para celebrarlo, te quiero blondie. Y mañana Mikel Erentxun en Córdoba volverá a recordarme en directo porque es el número uno de la música. Esto marcha.