lunes, 9 de julio de 2012

Blanco y rojo (un año de mi boda)


No era fruto de la casualidad que entre ambos fusionásemos con nuestras vestimentas los colores de la Unión Deportiva Almería. El fútbol, y más concretamente el club de mi ciudad, me habían ofrecido la oportunidad de conocer a la que a la postre se convirtió en mi esposa. De eso hace ya un año. Aún recuerdo cuando a las siete de la mañana de aquel 9 de julio de 2011 seguía sin poder conciliar el sueño mientras intentaba, sin éxito, doblegar los nervios. Cinco horas más tarde, a las 12:00 en punto, hace 365 días exactos, esos inmutables nervios me jugaron una mala pasada y no pude evitar que las lágrimas se apoderaran de mí cuando la vi entrar por el gran portón del santuario de la Virgen del Mar. Brillante, radiante, llena de felicidad. Era su momento, el mío, el nuestro. Se cerraba el círculo. Habíamos consumado nuestros sueños, nuestros anhelos, completado ese reto que antes ambos nos parecía utópico. Claro, eso era cuando nos nos conocíamos pero no dejábamos de mirarnos en la grada del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Eran otros tiempos, en los que ambos vivíamos en mundos distintos y a la vez equivocados pero celebrábamos los goles de la UDA juntos. 
Pero todo eso se esfumó con el Sí quiero y un año después aún seguimos diciéndonoslo en la intimidad de nuestros corazones. La llama vibra con fuerza y ya ha dado sus frutos en un pequeño ser llamado Lola que cada día está más cerca de vernos físicamente. Mientras tanto, las sonrisas cómplices, los momentos cotidianos cargados de magia y empatía, siguen su curso imparables, impenetrables, férreos y constantes. Nos nos equivocamos por más que a algunos esta unión les sonase a cuento chino. El tiempo nos ha dado la razón y mi morena de miradas cristalinas y sonrisas infinitas es el fiel testigo de que el amor es una sentimiento puro y sincero que nos une y nos complementa a la perfección. 
De ahí que este primer año haya pasado tan rápido, yo diría que de forma vertiginosa. Ha habido tiempo para todo, para reír, para llorar, para disfrutar, para luchar, pero sobre todo, para cimentar una relación, una unión que día que pasa se hace más y más fuerte y consistente. Por eso no es de extrañar que sigamos sonriendo y disfrutando de la vida sin parar un solo instante, obviando todo aquello superfluo y saboreando  cada momento como si fuese la primera vez que lo vivimos. Así somos nosotros y así nos va. 

Felicidades pivón.

TE QUIERO


viernes, 11 de mayo de 2012

Donde dije digo, digo diego...


Si hay algo que deteste en una persona es la innata facilidad que tienen algunos para desdecirse en aquello que han afirmado y dejar entrecaer que lo que uno ha escuchado es muy diferente de lo que debería de haber interpretado. Lo odio, sin duda. Y por desgracia, en mi profesión pasa muy a menudo. Políticos, artistas, personas de la calle que primero te cuentan una cosa y cuando la ven al día siguiente publicada en el periódico se desdicen y montan en cólera porque lo que han leído no se ajusta a la realidad. Y sucede en la inmensa mayoría de veces porque no hay de por medio una grabadora de voz o un teléfono móvil que capture todas esas palabras que luego se volatilizan en el imaginario de estos 'desdichores' profesionales.
Lo peor de todo es que incluso intentan minar tu moral y herir, o intentarlo, tu sensibilidad y profesionalidad. Por suerte, conmigo no pueden. La experiencia es un grado, dicen. Y tras varios y desgraciados encontronazos de este tipo, la fórmula para actuar pasa siempre por hacerlo con frialdad, dureza, contundencia y seguridad, mucha seguridad.
Así es la vida de un periodista de andar por casa. Y ojo, no me desdigo de nada de lo que apunto en estas líneas. Por eso siempre puedo levantarme y acostarme con la conciencia tranquila. Cuestión de personalidad y sensatez.

lunes, 16 de abril de 2012

Insomnio

Tuve la suerte de conocerla. No la buscaba. Tenía, o eso creía, lo que necesitaba. Pero estaba ahí. Expectante, sonriente. Sabía que era algo más. Esas cosas se saben. El tiempo te ayuda a averiguarlo. Y también el haber estado más de una década agitando el corazón entre bambalinas y flores, algunas malolientes y otras demasiado empalagosas. Es fácil equivocarse cuando se carece de experiencia y la suficiente paciencia y pizca de cordura para tomar las decisiones correcta. Quizás al final la inercia te lleva al camino y dejas de tropezar y caer en el barro entre tanto árbol y hojarasca de mal agüero. Y es que no somos los humanos precisamente un claro ejemplo de éxito dentro de la toma de decisiones vitales y así les va a muchos, perdidos entre los vicios, los ligueros y las líneas blancas de polvo de esnifar. Alejados de la tranquilidad, el sosiego de una vida ordenada, cimentada en una serie de valores tan básicos como la responsabilidad o la sensatez.
E incido. Ahí estaba. Cristalina como el agua. Sin ganas de crear subterfugios innecesarios para dejarse querer. Con miedos, como todos, pero con ganas de desterrarlos. Ahora llegan otros. La sombra de la paternidad es cada vez más alargada. Pero ahí sigue. Impertérrita esbozando entre sus labios la felicidad. Bendita sonrisa, bendita inspiración para estas noches de insomnio en las que evadirse entre palabras es la mejor forma de caer rendido ante los sueños y el futuro.

Buenas noches

lunes, 26 de marzo de 2012

De elecciones y recuerdos

Tras una intensa noche electoral en la que los andaluces han decidido volver a respaldar a la izquierda frente a la marea azul me he acordado de mi abuelo. Se llamaba Juan López López. Fue un hombre de izquierdas, de convicciones, serio, testarudo, a veces tosco en sus decisiones. Yo lo conocí en su etapa de declive. Ya jubilado, con problemas de memoria, de audición, con poco pelo en la cabeza y muy muy gruñón. Aún así guardo un grato recuerdo de él. Hace unas horas me acordé de él. Murió hace ya muchos años, cuando IU aún era una fuerza política con peso en Andalucía y en España. Ahora, dos décadas después de su fallecimiento, los ideales del que fuera uno de sus líderes políticos y humanos, Julio Anguita, han vuelto a florecer, a coger fuerza, a rebrotar, a ocupar el sitio que durante muchos años tuvieron. Hoy mi abuelo, Juan López López, estaría feliz. Por eso, cuando la número 1 de Izquierda Unida por Almería, Rosalía Martín, me atendía para hacerme unas valoraciones tras conocer que la provincia volverá a tener representación de IU en el Parlamento de Andalucía, me emocioné. No por lo que Rosalía me contaba, sino porque había vuelto a mi mente una persona con la que aprendí mucho y me hice un poco más hombre, y que llevaba tiempo sin mencionar.
Por esta razón, este día, el 25M, en el que IU reapareció como el Ave Fénix, lo recordaré siempre. Más allá de inclinaciones políticas, más allá de tendencias o discrepancias, más allá de todo eso y de más, estarás tú, Juan.

Un abrazo republicano

jueves, 15 de marzo de 2012

De paternidades


Una noticia casposa, desenfadada, jocosa, con un punto de obscena, cargada de cariño, amistad, como no, sinceridad, con enjundia, con alevosía, con desparpajo, con mucho humor, y, sobre todo, veraz.

Sí, voy a ser padre.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Análisis del Samsung Galaxy Note, un terminal que crea tendencia



Grande y sorprendente. Son quizás los dos calificativos que mejor podrían definir la sensación que produce tener un Samsung Galaxy Note en la mano –en otros casos en dos-. Después viene la típica broma de si necesitas una grúa para transportarlo o si tu miembro viril es tan pequeño que necesitas llevar algo en el bolsillo de gran envergadura para subirte el ego, etc…
Bromas aparte, el Galaxy Note, de aquí en adelante Note, es un teléfono pensado para un público muy específico. Aquellos que sólo realizan llamadas y escriben un par de sms al día deben de huir de él como de la peste. Quizás también deban de hacerlo aquellos acostumbrados a utilizar redes sociales, aplicaciones de mensajería como Whatsapp y otros productos que requieren conexión de datos pero que, en su inmensa mayoría, no precisan de una alta legibilidad. Para el resto, es decir, un 10% o menos de los apasionados de la telefonía móvil, el Note les viene como anillo al dedo.
Y me explico. Superada la primera hora con él, en la que el tamaño parece un hándicap bastante importante, éste factor se convierte seguidamente en su gran virtud. Abrir una página de internet y no tener que realizar apenas zoom para poder leer su contenido o hacer una fotografía y mostrarlo en todo su esplendor a los retratados en la misma en esa pantalla es una experiencia inigualable. Sus colores vivos, su gran nitidez, su resolución 720p (1280x720) y la vistosidad que produce el Note en color blanco (es el caso del mío) lo convierte en el rey de reyes.
Atrás queda la “diminutez” del Galaxy S2 que ahora utiliza mi mujer. De hecho, me parece un juguete, y ya no hablamos si se le compara con otros Smartphone como el iPhone 4s o el HTC Sensation. Idem. El que lo adquiera ya no querrá volver a estos terminales. Ya no querrá una pantalla menor de 5,3 pulgadas. Ahí es donde Samsung ha conseguido su particular “matchpoint”: En conseguir un terminal a medio camino entre las tablets y un Smartphone que aúna lo mejor de cada uno de ellos sin apenas desmerecerse tras su “operación quirúrgica”.
Y digo lo mejor de cada uno de ellos porque aúna portabilidad  -con matices- y una duración de batería más cercana a la de una tablet y que deja en pañales a cualquier Galaxy SII o iPhone que se precie. Y matizo lo de portabilidad. Es grande, lo reitero. Pero es portable y en mi caso, que utilizo por mi profesión tanto vaqueros como pantalones de vestir o de pinzas lo puedo llevar perfectamente. Su secreto está en que es muy fino y eso lo hace muy fácil de introducir en el bolsillo. Pierde, eso sí, la sensación que me producía en Galaxy SII que cuando lo llevaba en el bolsillo creía a veces que no estaba debido a su ligereza.
Entrando en detalles más técnicos y de usabilidad, es un terminal rápido en la ejecución de aplicaciones. Y lo que es más importante, al tener el tamaño que tiene permite, al menos en mi caso, escribir mucho más rápido con las dos manos los mensajes. Las transiciones en los menús son casi instantáneas gracias a su doble procesador a 1,4ghz.
En lo que concierne a su potencial multimedia, ni que decir tiene que es de sobresaliente. Reproducir un vídeo, un mkv, un divx o cualquier otro formato es una delicia. Como diría alguno, “se lo traga todo”. Lo mismo pasa con la música y las listas m3u que genera uno de los reproductores de música más influyentes, como es el caso de winamp. De 9,5. El medio punto se le resta en que el sonido no es tan fuerte como en otros terminales. Es inferior al Galaxy SII y notablemente inferior al Nokia N8. No todo puede ser perfecto.
Otra de sus virtudes, entre las mucha que atesora, es su gran capacidad de almacenamiento ya que al permitir soporte de tarjetas microSD junto a los 16Gb internos que trae, ofrece al usuario la posibilidad, como es mi caso, de llevar 48gb de música, fotos, vídeos, trabajos, etc.
Es en este apartado donde quiero hacer ahínco. Su gran potencial y su versatilidad, hacen del Note un miniordenador o un “killertablet”. El que lo tenga ya no querrá una tablet, como ha sido mi caso al vender la Galaxy Tab  3G de 7 pulgadas por desuso. Y también, el que lo tenga dejará más de un día y de dos y de tres el ordenador o el portátil apagados mientras consulta sus páginas webs favoritas tumbado en el sofá y escucha, de forma paralela, su música preferida a través de unos altavoces Bluetooth (algo que los fans de Apple ya quisieran para sí mismos).
Por ello no es aventurado señalar que el Note es un todoterreno que abre un nuevo camino en la industria de la comunicación móvil que va a sentar precedente. Ya llegarán los clones de otras marcas como es el caso de LG con su Optimus Vu. Pero el tanto para Samsung ya está en su casillero.
Además, para ir finalizando, la actualización del Note con Ice Cream Sandwich no va a hacer nada más que mejorar la sensación de fluidez y la autonomía de un terminal que ya de por sí va sobrado en este sentido.
Por esta razón, pienso que la elección del Note, en mi caso, es más que acertada, y que para aquellos indecisos a lo que les echa para atrás su tamaño o los prejuicios de qué pensarán cuando me lo saque del bolsillo para hablar con él, que “salgan del armario”. No se arrepentirán…

martes, 14 de febrero de 2012

Desde Manises con amor: HOY no es San Valentín




Quizás nunca me lo pediste. Y por eso demostrarlo se hace aún más fácil y necesario. Nunca lo celebraste porque nunca lo estuviste realmente. Podría ser cualquier otro día, cualquier otro momento, con cualquier otro chico. El caso es que te topaste conmigo en el camino y entre goles, abrazos, miradas e intereses varios te encuentras en otra situación diametralmente opuesta. Ahora piensas y expresas sin rubor todo lo contrario. Sin duda, estás levitando. Esa sonrisa tan peculiar, tan infinita en la forma y en el tiempo, te delata. La soledad te añora pero tú ya cerraste la puerta hace tiempo a su vuelta. Dijiste "Sí" en un altar y te lanzaste al vacío con la convicción de que no te ibas a caer y no lo hiciste. Ahí sigues, flotando, a tres centímetros del suelo, obviando la crisis económica, disfrutando con un euro en el bolsillo y las cuentas bancarias a cero. Tu felicidad no precisa del dinero, ni tampoco de lo material. Tus sonrisas y también tu mirada, la que se tornó en cristalina no hace mucho, se recargan de forma infinita con mi presencia. No necesitas más. Eres una privilegiada porque has alcanzado un estatus que muchos multimillonarios no rozarán nunca por muchos euros que tengan. Lo tuyo no tiene precio porque nunca se lo pusiste, porque jamás sopesaste si sería bueno o no y eso lo hace aún más especial. Porque, parafraseando a Mikel Erentxun, detrás del vendaval, detrás del desafío, detrás de las banderas, detrás de la razón, detrás del corazón, detrás estabas TÚ. Sin inmutarte, inalterable, con tus Converse rosas y ese aire desenfadado, repartiendo de forma altruista alegría y buenas vibraciones. Así es imposible negar lo evidente. 
   También es inevitable dejarse llevar como lo hiciste de blanco radiante bajo los acordes de Ricky Martin y aquella canción titulada Lo mejor de mi vida eres tú". Rompiste de un mazazo los miedos, los prejuicios, sabías que no te equivocarías, que lo conseguirías. Y lo hiciste. Ese es tu espíritu de superación, el que nunca te deja desfallecer, el que te obliga a levantarte y te hace conseguir todo lo que te propongas. Porque para ti nunca hay penas, todo tiene su lado positivo.
   Por todo eso, y por otras muchas cosas que me guardo en el tintero y que tú bien sabes, desde aquí, desde mi pequeño rincón de Manises, ese que tanto me gusta, te confirmo que hoy no es San Valentín, lo es todos los días, fuera de modas y consumismos capitalistas. En eso radica nuestro triunfo.

TE QUIERO

lunes, 2 de enero de 2012

Amor y periodismo, el binomio perfecto

Ni era el más galán de los caballeros, ni tampoco el más introvertido. Quizás por eso, por dejar intuir lo que ocultaba tras sus alargadas gafas negras de intelectual, consiguió captar su atención años atrás. Siempre pensó que era una historia imposible, y más cuando ella lo vio de la mano de otra mujer, en pose acaramelada, sin darse cuenta de que estaba ahí, vigilándolo, siguiendo sus pasos. Su vida también tenía sus altibajos y dejarse llevar, soñar, pensar aunque fuera en la intimidad de su casa, que encontraría algún día la felicidad era posible. Se lo merecía. Lo decían todos el día que la vieron vestida de blanco entrar radiante y feliz a la iglesia, mientras aquel periodista, en la otra punta del templo, intentaba sin lograrlo contener sus lágrimas. Pero para llegar a ese momento pasó algo más de medio año. Antes hubo tiempo de poner en práctica y vivir in situ aquello que se denomina amor a primera vista. Todo el mundo habla de él pero nadie conoce a una persona cercana que lo haya experimentado. Siempre lo hacen su primo de Granada, o la tía de Cuenca... Ambos en aquellos inicios de enero, de hace exactamente un año, lo sintieron. Las miradas se cruzaron. Las manos temblaban a pesar de que ambos intentaban aguantar el nerviosismo sonriendo y mirando al otro fijamente, queriendo evitar sin éxito, que el otro se percatase de que cuando el amor aflora nos volvemos vulnerables, cristalinos, naturales, incluso, idiotas, siempre en el buen sentido de la palabra.
Lo que era, a priori, una reunión laboral entre periodista y fuente informativa, terminó convirtiéndose en el inicio de una historia de amor que hoy día sigue cimentándose más y más. Gajes del oficio o no, nadie podrá dudar que nunca una información fue tan rentable en términos sentimentales (y en otros que es mejor omitir).
El caso es que, con las cartas encima de la mesa, y una visita inesperada (aunque deseada) fueron motivos suficientes para cristalizar este momento de conexión en todos los sentidos. Algo, que viene a desmentir aquello de que los periodistas son los seres con mayor tasa de divorcio y desencuentros sentimentales.
Así son ellos, la morena de miradas cristalinas y sonrisas infinitas y el periodista rellenito y resultón con dotes de charlatán dulzón.
                                       !Felicidades!