martes, 14 de febrero de 2012

Desde Manises con amor: HOY no es San Valentín




Quizás nunca me lo pediste. Y por eso demostrarlo se hace aún más fácil y necesario. Nunca lo celebraste porque nunca lo estuviste realmente. Podría ser cualquier otro día, cualquier otro momento, con cualquier otro chico. El caso es que te topaste conmigo en el camino y entre goles, abrazos, miradas e intereses varios te encuentras en otra situación diametralmente opuesta. Ahora piensas y expresas sin rubor todo lo contrario. Sin duda, estás levitando. Esa sonrisa tan peculiar, tan infinita en la forma y en el tiempo, te delata. La soledad te añora pero tú ya cerraste la puerta hace tiempo a su vuelta. Dijiste "Sí" en un altar y te lanzaste al vacío con la convicción de que no te ibas a caer y no lo hiciste. Ahí sigues, flotando, a tres centímetros del suelo, obviando la crisis económica, disfrutando con un euro en el bolsillo y las cuentas bancarias a cero. Tu felicidad no precisa del dinero, ni tampoco de lo material. Tus sonrisas y también tu mirada, la que se tornó en cristalina no hace mucho, se recargan de forma infinita con mi presencia. No necesitas más. Eres una privilegiada porque has alcanzado un estatus que muchos multimillonarios no rozarán nunca por muchos euros que tengan. Lo tuyo no tiene precio porque nunca se lo pusiste, porque jamás sopesaste si sería bueno o no y eso lo hace aún más especial. Porque, parafraseando a Mikel Erentxun, detrás del vendaval, detrás del desafío, detrás de las banderas, detrás de la razón, detrás del corazón, detrás estabas TÚ. Sin inmutarte, inalterable, con tus Converse rosas y ese aire desenfadado, repartiendo de forma altruista alegría y buenas vibraciones. Así es imposible negar lo evidente. 
   También es inevitable dejarse llevar como lo hiciste de blanco radiante bajo los acordes de Ricky Martin y aquella canción titulada Lo mejor de mi vida eres tú". Rompiste de un mazazo los miedos, los prejuicios, sabías que no te equivocarías, que lo conseguirías. Y lo hiciste. Ese es tu espíritu de superación, el que nunca te deja desfallecer, el que te obliga a levantarte y te hace conseguir todo lo que te propongas. Porque para ti nunca hay penas, todo tiene su lado positivo.
   Por todo eso, y por otras muchas cosas que me guardo en el tintero y que tú bien sabes, desde aquí, desde mi pequeño rincón de Manises, ese que tanto me gusta, te confirmo que hoy no es San Valentín, lo es todos los días, fuera de modas y consumismos capitalistas. En eso radica nuestro triunfo.

TE QUIERO