Mensajes y controversias de un periodista que cuenta historias en Diario de Almería y que no reniega de su lado más freak con las tecnologías. Si quieres, sígueme: @Norbertolopez1
viernes, 11 de mayo de 2012
Donde dije digo, digo diego...
Si hay algo que deteste en una persona es la innata facilidad que tienen algunos para desdecirse en aquello que han afirmado y dejar entrecaer que lo que uno ha escuchado es muy diferente de lo que debería de haber interpretado. Lo odio, sin duda. Y por desgracia, en mi profesión pasa muy a menudo. Políticos, artistas, personas de la calle que primero te cuentan una cosa y cuando la ven al día siguiente publicada en el periódico se desdicen y montan en cólera porque lo que han leído no se ajusta a la realidad. Y sucede en la inmensa mayoría de veces porque no hay de por medio una grabadora de voz o un teléfono móvil que capture todas esas palabras que luego se volatilizan en el imaginario de estos 'desdichores' profesionales.
Lo peor de todo es que incluso intentan minar tu moral y herir, o intentarlo, tu sensibilidad y profesionalidad. Por suerte, conmigo no pueden. La experiencia es un grado, dicen. Y tras varios y desgraciados encontronazos de este tipo, la fórmula para actuar pasa siempre por hacerlo con frialdad, dureza, contundencia y seguridad, mucha seguridad.
Así es la vida de un periodista de andar por casa. Y ojo, no me desdigo de nada de lo que apunto en estas líneas. Por eso siempre puedo levantarme y acostarme con la conciencia tranquila. Cuestión de personalidad y sensatez.
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