domingo, 5 de mayo de 2013

Gracias chicas

Hoy es un día especial. Hay dos razones para explicarlo. La primera, la menos importante de largo, es mi vuelta a este rincón de expansión y sinceridad tras casi un año alejado de él. Lola, mi Lola, tiene mucha culpa de ello. La segunda también tiene que ver con ella, y aún más si cabe. Hoy su madre y su abuela están de celebración. Su padre y ella son muy afortunados. Sus madres, sus progenitoras, les dieron la oportunidad de disfrutar de este efímero paso vital en la mejor compañía. Sus guardaespaldas personales nunca han dejado de preocuparse por ellos, de mimarlos, de quererlos, de educarlos, de regañarles, de animarles, de respetarles. Por eso tienen tanta suerte. Nunca podrán agradecérselo. Tampoco creo que lo requieran. Ellas son así. Una sonrisa les basta. Quizás también una mirada cargada de sentimientos puros, cristalinos, infinitos. Ambas nunca les faltan. Padre e hija pueden presumir de tener esa facilidad de regalar esos gestos de forma innata.
Por eso, a pesar de no pedirlo, a pesar de no esperarlo, a pesar de sonar cursi. A pesar de que os queremos de manera incalculable y no es preciso recurrir a estas líneas. A pesar de todo eso y de otras muchas cosas que se quedan en el limbo: Gracias chicas.