lunes, 17 de febrero de 2014

Amor de amores

Nunca imaginé que podría llegar a cotas tan altas. Pero así ha sido. Ver esa carita triste, deslucida, llena de lágrimas y cansada, muy hastiada me produce un dolor inimaginable. Mi pequeña descendencia pasa por su primera racha en baja forma y mi cuerpo y mi ser están en estado de alerta. Jamás habría apostado por una reacción así. Antaño egoísta y egocéntrico, ahora todo lo contrario. Yo ya no soy yo conmigo mismo. Forma parte de mí y la necesito. Lo que le pase a ella me pasa a mí. Si mi retoño sufre insomnio lo compartimos. Si no tiene ganas de comer, cierro la boca. Es mi lucero y se merece todo y más. Ahora entiendo a mi madre. Esto es más complejo de lo que un adolescente puede siquiera imaginar. Pero merece la pena. Un poco de apiretal y crucemos los dedos. Mi amor de amores cierra los ojitos. Toca descansar y dejar de toser. Mañana ansío su sonrisa. Será entonces cuando empiece de nuevo a vivir.

jueves, 6 de febrero de 2014

Francisco Hernández Latorre, un hombre mayúsculo


Murió como vivió. Sin hacer ruido, sin molestar a nadie. En Aguadulce, su localidad de adopción, le conocían como Paco El Gordo. Nació y se crió en Alcudia de Guadix (Granada). Era un tipo especial y con un gran corazón. Y no es un tópico, tenía un corazón más grande de lo normal. Paradojas de la vida, ese mismo motor, que durante casi 70 años bombeó con fuerza, fue el que terminó claudicando ante la vida y arrebatándole su sueño de disfrutar de sus cuatro nietos este verano en la playa. Lola, Sofía, Guillermo y Celia ya le echan de menos. Sus cuatro hijos, Marvi, Esther, Paco y Alfonso aún más.