Mensajes y controversias de un periodista que cuenta historias en Diario de Almería y que no reniega de su lado más freak con las tecnologías. Si quieres, sígueme: @Norbertolopez1
Existen pero su circunstancial existencia les hace muchas veces desaparecer sin encontrarse. En raras ocasiones confluyen y ocupan un mismo espacio a una misma hora y se produce un big bang. Es la aguja del pajar, el Wally de New York, el diamente perfecto en la veta kilométrica. Cualquier simil se queda corto para describirlo. Por suerte yo ya puedo hacerlo. He encontrado a mi alma gemela. El suelo ya se ha resquebrajado, las paredes cimentadas han caido por su propio peso. Ya nada es lo mismo. Es el momento. Ya sé donde está Wally, la aguja y ese impoluto diamante del que tantas veces he hecho alusión. Se ha cerrado el círculo. Ahora toca perfilarlo, acariciarlo, moldearlo, darle color e incluso hornearlo, para que el frío nunca origine las temidas grietas. Ya no hay nada más que hacer porque realmente todo ya está dicho.
Ante cualquier disyuntiva que asalta muchas veces la mente, la mejor opción es siempre tomar una decisión rápida, felina, sin paliativos ni concesiones baratas. Así nunca habrá resquemores por haber meditado en exceso la solución al entuerto. Una máxima que hasta el momento funciona y que permite al presente recorrer estadios vitales hasta ahora desconocidos, no se si por falta de experiencia o por pavor a degustarlos. Sea como fuere, el estado actual, tras dar esquinazo de la forma más limpia y brillante a la disyuntiva aparecida en el camino, se presenta optimista con visos de sorprender a impropios y poco extraños.