sábado, 30 de agosto de 2008

De divas musicales


Su voz me cautivó a princpios de febrero de 1997 con "Say what you want" y desde aquel día se convirtió en parte fundamental de mi vida. Y es que hay veces que la música te transmite tantas sensaciones que es imposible, tras sentirlas, desconectarte de ellas. Hacía ya años que no había sentido las arrebatadoras ganas de escuchar un disco de manera constante: en la ducha, comiendo, durmiendo, cenando, en el coche, en el trabajo, donde sea... Esa fuerza ha vuelto de las manos de mi gran diva musical, Sharleen Spiteri. La voz de Texas, mi grupo favorito a nivel internacional, vuelve al panorama musical, pero esta vez en solitario con un discazo bajo el brazo que se titula "Melody" ("Melodía") y el primer single "All the times I cried" ("Todas las veces que lloré"). Es un estilo años 50, tipo Nancy Sinatra y Françoise Hardy. Un sonido completamente nuevo con una gran banda, cuerdas y metal, que ha grabado en varios estudios (Satelite, Park Lane) y en su casa de Glasgow. Compuesto y producido por ella misma, con la ayuda de gente como John McElhone, compañero de Texas y Bernard Butler. Otras de las canciones que componen el disco son "Try" ("Intenta"), "I wonder" ("Me pregunto"), "Keep me waiting" ("Hazme seguir esperando") o "Where did I go wrong?" ("¿Dónde me equivoqué?).
Tras escucharlo en menos de 48 horas la friolera cifra de 50 veces (y quizás me quede corto) debo de confesar que es un disco que te llega, que transmite tantas emociones que es increible que esté cantado en inglés, del que apenas entiendo las letras que lo componen. Ni que decir tiene que lo recomiendo encarecidamente. Es alegre, melancólico, reflexivo, profundo, y un sinfín de calificativos que lo hacen, literalmente ÚNICO.
Quizás sea una opinión demasiado subjetiva marcada por la gran pasión y devoción que tengo por esta escocesa o puede que haya llegado en un momento en el que en el plano sentimental y laboral me encuentro bastante a gusto e influya positivamente mi veredicto. No lo se. El caso es que mientras escribo estas líneas sigo tarareando su primer single y lo seguiré haciendo durante mucho tiempo. La espera era ya demasiado larga (tres años desde el último disco de Texas, Red Book) así que volver a escuchar a Spiteri ha sido como un jarro de agua refrescante en medio del desierto.
Con él, las tardes de gimnasio que se avecinan serán más livianas y las noches de sofá acompañado de Mojito casero (Bacardi blanco y Limon&Nada Toque Hierbabuena) más divertidas. Ya tocaba Spiteri...

Por cierto, ya queda sólo un día de Feria. Ya casi os vislumbro añoradas vacaciones... :-D

jueves, 28 de agosto de 2008

Mi niña


A mi niña le gustan las nubes (de azúcar y las del cielo también). Le encanta pasear cogida de mi mano por la orilla del mar mientras me mira y sonríe sin parar. A mi niña le fascinan las atracciones de Feria y ríe a carcajadas cuando la gravedad se disipa entre vueltas y vueltas en una montaña rusa. Huele a rosas y sus palabras pululan por el aire suavemente como molinicos de viento. Las que la han escuchado cantar afirman que lo hace como los ángeles, y es que, como persona es así también. A mi niña del mar le gusta que le abracen y le den muchos mimos. Disfruta como nadie cuando le susurro al oido que la quiero y le beso en la mejilla, ese gran moflete rosado. Mi niña es muy extrovertida y presume de mí allá donde va. Hace lo suyo mío y lo mío suyo porque así es. Mi niña ama en su máxima expresión y sus ojos la delatan cuando la miro. A mi niña le ruboriza que le diga que es lo más bonito que ha parido madre y cierra los ojos cuando le beso en el cuello. Mi niña odia a los que me odian y no duda en blandir su espada si alguien osa hacerme daño. A mi niña no hay quien le gane en memoria. Aún se acuerda de las palabras exactas con las que abrí las puertas de su corazón. Mi niña es mi disco duro portátil (de tropecientos Gigas de Información). Es mis ojos y mi palpitar. Cuando camina, el mundo gira a su alrededor, porque ella no lo sabe, pero es el centro de todo. A mi niña le encantan los niños, quizás por eso, ella tenga esa sonrisa tan cristalina y juvenil. Mi niña es pura energía, pura de alma, y energética fémina. Cuando ella se va yo dejo ya de ser yo. Porque yo sin ella ya no soy nada. No se lo digo, pero ella lo sabe. Mi casa ya huele a ella. Ella es mi casa y yo su cerrajero. Yo y mi niña, mi niña y yo. Como el sol y la luna o Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón o Hansel y Gretel. Mi niña es rubia y de ojos claros y cristalinos. Mi niña ya es mujer, pero aún sigue siendo mi niña. Niña del mar, del océano, de las olas errantes de mi corazón perdido. Protectora de los malos presagios y bienhechora de mis ilusiones. Mi niña es grande, de corazón, de alma, de cuerpo, de bondad, de sentimientos, de yo que se que más. Yo soy chico con mi niña, porque nunca debí crecer sin estar junto a ella. A mi niña le faltan más sonrisas y menos penas. Le gusta escuchar música a todo volumen y tararear a Erentxun frente a mis oídos. Mi niña roza la perfección, porque ella es más bella en su imperfección. Es el diamante nigeriano en bruto, libre de impurezas y petrificado por la salvaje naturaleza. Cultura y mi niña son sinónimos. A veces se confunde, pero confusa es más interesante. Distraida, sencilla, coqueta. Dulce, salada, sensual, sentimental, pasional. Mi niña es todo y nada a la vez porque de ella surgen los sentimientos más puros jamás sentidos. A mi niña le gusta saltar y mirar al cielo y descubrir, que justamente debajo de él estamos los dos. Unidos por un sentimiento infranqueable. Mi niña no es ilusa, pese a ser mi niña. Ella es yo. Yo soy ella. Dos en uno. Uno por dos. Cero. Cuatro. Setenta. Que más da. Ella es mi niña me salgan o no las cuentas. Por eso, mi niña, del mar, de las nubes, de las cataratas perdidas del Niágara, del tórrido cielo y enigmático agujero negro. Por todo eso y por muchas cosas más:

TE QUIERO, MI NIÑA...

miércoles, 27 de agosto de 2008

Ecuador de Feria


Hace días que tengo abandonado este mi espacio. Las largas e intensas jornadas de Feria, aderezadas con copazos en Guarapo, despertares aciagos en la redacción y siestas pronunciadas durante el mediodía son razones bastante justificadas para este autismo bloguero. Ando ya por el ecuador de la Feria y mis energías comienzan a ser ya escasas. Además, son días de andar en la montaña rusa. Ayer se fue mi niña del desierto, Maluma. De nuevo comienza la cuenta atrás para que en julio de 2009 vuelva a estar en nuestros brazos. De nuevo, mi cuarto vuelve a ser mío (y podré dormir sin sobresaltos). También ha habido reencuentros, y de los buenos. Viejos amigos que siempre andan en la recámara pero que aparecen cuando menos te los esperas. Por ellos y con ellos he brindado más de una noche con mi Ballantines. Entre tanta foto y entrevista siempre hay un hueco para sonreir y conversar con gente que realmente aporta cosas interesantes a mi vida. Y también es un día de aniversarios. Cinco meses han pasado ya desde que diera comienzo mi aventura con mi niña del mar (el barco navega viento en popa y a toda vela). Comentar que no hay foto que acompañe este escuesto escrito porque todas están almacenadas en Almería Actualidad y por ahora no tengo ni pendrive ni ganas de copiármelas. Eso si, lo único que hago, y de manera constante, es tachar los días que quedan para mis vacaciones. Si no me fallan las cuentas ya quedan cuatro... Pues eso.

Edito para introducir la mencionada despedida de la niña del Scirocco. Javi, Loli, Violeta, Conchi y el menda posamos con ella en sus últimos minutos en tierras almerienses. ¿Vendrás el año que viene rebelde fémina?

sábado, 23 de agosto de 2008

De Feria

Llegó el día, el fatídico día, más bien. Comienza la Feria de Almería, y el menda, por cuarto año consecutivo se convierte en el reportero más richarachero y festero de la noche casetera almeriense. Todo el que quiera verme puede hacerlo en la Caseta Municipal junto con los compañeros de la televisión Interalmería. Armado con camara, lápiz y papel me preparo para lidiar cada noche con los miles de almerienses que quieren verse retratados al día siguiente en las páginas del Almería Actualidad. Dicen que la experiencia es un grado, y parece ser que llevar ya tres ferias a cuestas me ha permitido optar con más facilidad a este título honorífico de periodista feriante nocturno. Comienza pues la cuenta atrás para mis ansiadas vacaciones (segunda parte) del 1 al 21 de septiembre. Ya quedan sólamente 8 días. Al resto de mortales que vayan a disfrutar estos días de jolgorio y alegría desearles las máximas congratulaciones. Yo estaré en el frente para mantenerles informados y sacar lo mejor de ellos en nuestro especial de Feria. Os espero...

miércoles, 20 de agosto de 2008

Fuera de cobertura

Hoy todo aquel que ha intentado contactar conmigo se ha quedado con las ganas. Y no es porque me haya entrado un aberrunto autista y me he encerrado en mi casa con cuatro candados. Hablo del teléfono móvil. Tras más de nueve años portando este simpático aparatejo y despegándome de él solo durante minutos, hoy he tenido la oportunidad de pasar de él durante 24 horas. Un despiste, el estrés del trabajo o yo que se que me han privado durante todo un día de su presencia. Un reto, sin duda, en la sociedad movildependiente en la que vivimos de la que pocos pueden jactarse. Y debo de confesar que no lo he echado en falta para nada. Es más, hasta uno se siente más libre cuando deja de depender de un aparato transmisor de radiaciones y uno de los símbolos del capitalismo más exacerbado. Al fin y al cabo no me escondo y quién me busca siempre me encuentra -aviso para navegantes-. Mañana volveré con mi "mascota", a la cruda realidad pero prometo que repetiré la experiencia. Seguro.

martes, 19 de agosto de 2008

De cine


Es curioso. Me puedo tirar meses y meses sin percibir el olor a palomitas y la dureza de las butacas de un cine y luego, a bote pronto, zamparme 4 ó 5 películas en dos semanas como ha sido el caso. Ha habido espacio para todo pero me quedo, sin duda, con dos que han conseguido transmitirme la magia que sólo el cine puede emanar. Una es de murciélagos, bueno en singular, y otra de un robot un tanto cabezota y enamoradizo. Las razones son simples. Una por hacerme ver que la vida es tan impredecible que no se puede encasillar y la otra por hacerme sentir cosas sólo con gestos y miradas en lenguajes mudos. Unicamente por eso vale la pena pagar esos 6 euros más el plus de las palomitas y ese tanque de coca-cola. Porque hay cosas que sólo y exclusivamente se pueden vivir en una sala de cine (y esto no es una alegoría en la defensa del séptimo arte frente a la piratería). Por eso, sigamos con la racha. ¿Este miércoles que tocará?

lunes, 11 de agosto de 2008

De guinness



El desafío era complicado. No requería un gran esfuerzo físico a no ser que se considere como tal el levantamiento continuado de vidrio durante un corto periodo de tiempo. Pero lo conseguimos. Ya hay nuevo récord guinness en ingesta de cerveza en una hora de duración. Dieciocho cañas, sí dieciocho, lustraron nuestras secas gargantas aderezadas con todo tipo de pescado y marisco en Bar Felipe, Carboneras (primo que no falte de ná!!!). Luego llegaría la 'muerte tenía un precio' mientras nos revolcábamos como lagartos al sol en la playa carbonera. Antes, la noche del sábado, hubo que morir también en un centro almeriense con sus pubs semidesérticos (viva el Creamfields y Aguadulce por llevarse a todo cani andante)y por la tarde (voy para atrás como los cangrejos) disfrutar de Cabo de Gata en estado puro con una cala casi desconocida para mí (al final voy a tener que retractarme de haber premiado al litoral de Cádiz por encima del de mi tierra).
Ahora, pasado un día desde aquello, vienen a mi mente recuerdos del año pasado (http://norbertol.blogspot.com/2007/08/de-perros-flauta-y-desayunos-de-vlvula.html o http://norbertol.blogspot.com/2007/08/balances-y-balanzas.html) cuando vivía las semanas como si fueran sábados y no había limites o techo que frenara esa desidia festiva. Este finde ha sido uno de esos. De los que nunca están de más pero que muchas veces son difíciles dibujar. La verdad es que me he quedado con muy buen sabor de boca, nunca mejor dicho (y si no que se lo digan a mi maltrecho estómago ahora). Y como he dicho y redicho muchas veces desde mi terraza a grito limpio: ¡Esta es mi vida! (con mi gente, que no falte).

P.D. En la foto, el menda, Monty, Giants y Sera tras los 18 cañazos mezclados ahora con rones, whiskeys y pasteles de postre.
P.D. (2) Para ampliar la información nada mejor que un enlace imprescindible: http://murciglero.blogspot.com/
P.D. (3). Los enlaces, desconozco aún porqué, no funcionan como link directos así que dejo la dirección para "copiar y pegar" ;-)

sábado, 9 de agosto de 2008

De momias y exámenes (ya no soy virgen)


Me hace gracia pensarlo pero no paro de hacerlo. Un anónimo, como casi todos los que se atreven a escribir en este mi rincón, me pedía un poco de más coherencia en mis escritos y no tantos altibajos emocionales para lo que me recomendaba cambiar un poco la temática de mis aconteceres. Antes lo dice antes pasa. Hoy no me apetece hablar de si estoy cambiando o no, de si antes era más o menos cariñoso o si estoy feliz o no con lo que hago o dejo de hacer. No es el turno hoy de eso, precisamente porque como vida es como un parque de atracciones puedo estar arriba o abajo dependiendo del momento, y hoy me toca estar arriba (mi posición favorita). La historia tampoco es nada del otro mundo pero a mi me ha hecho reflexionar sobremanera. Ayer tuve la brillante ocurrencia de ir a ver La Momia 3 y el fiasco no pudo ser mayor. Semejante pestiño no debería de estar permitido siquiera que saliera en DVD. El caso es que antes y durante la película puede atiforrarme de fanta de naranja. La misma que me permitió horas después salir airoso de mi primer test de alcoholemia. Un educado Guardia Civil me pidió amablemente en una redonda que situase el coche en el arcen y tras explicarme la metodología del test me encomió a que soplara durante cuatro segundos. Fueron interminables, lo reconozco. Y eso que no había probado ni una pizca de alcohol. Mi primera vez fue más intensa de lo que me esperaba. Ya no soy virgen. Y me pregunto ahora, ¿por qué alguna que otra vez he sido capaz de coger el coche habiéndome tomado aunque sea tres Heineken? La lección ya la he aprendido. Ni se me ocurrirá ir a ver la Momia 4 (lo juro por lo más sagrado) ni poner en riesgo mi vida (y mi cartera porque vaya sablazo me habrían pegado si hubiera dado positivo) de manera innecesaria. Amén

(En la foto, el tambor de palomitas que ayer cayó para matar el aburrimiento del bodrio hollywoodense y mi 'soplador' del test de alcoholemia)

jueves, 7 de agosto de 2008

Reflexiones desde la terraza maldita

Yo antes no era así. Es la frase que no paro de repetirme una y otra vez en la cabeza. No se si en el pasado era mejor o peor, pero al menos estaba más a gusto conmigo mismo y lo que es más importante, nada forzado. El paso del tiempo me está endureciendo tanto que ya casi que no me reconozco. Con unos cuantos kilos de más (que espero dejar en la cinta de una máquina del gimnasio proximamente) y con menos pelo. Así podría definirme físicamente respecto a hace un año, o dos, o incluso tres. Yo antes no era así, y lo noto. No estoy dando lo que recibo y muchos menos de lo que merezco realmente. Yo antes no era así...

martes, 5 de agosto de 2008

Rompiendo la monotonía

Ya me lo dicen mis amigos muy a menudo: "lo que no te pase a ti no le pasa a nadie". Y que razón tienen, más que un santo. Ando un tanto atolondrado aún tras volver de las vacaciones y para un día que salgo temprano del trabajo (dígase las 8 de la tarde, otros pensarán que qué tarde) no se me ocurre otra cosa mejor que hacer tras llegar a mi casa que encerrarme en la terraza y esperar más de una hora de reloj para que me rescaten. Obviaré los detalles de tan altruista "secuestro" porque no es caso de que el personal cuando lea estas líneas se parta el coxis al precipitar sus posaderas contra el suelo ante un ataque de risa, pero si comentaré que en tan preciado tiempo me dio tiempo a darme cuenta del vacío y la opresión que pude llegar a sentir al verme privado de mi libertad. Puede parecer una tonteria pero la imposibilidad de hacer nada en nueve metros cuadrados de terraza se convierten en toda una pesadilla. Mal sueño, que por otro lado, me ha dejado con secuelas. Y es que ahora miro con recelo el ventanal y las veces que he salido hasta ahora para contemplar el gran paisaje que tengo como vecino lo he hecho tomando medidas de seguridad importantes (vamos, una silla empotronada para evitar el cierre de las puertas correderas). El caso es que ahora sonrío al pensar la situación vivida y percibo que, por momentos, rompí con una monotonía (la de trabajar, dormir, comer, trabajar y así en un ciclo infinito) que comenzaba a ser un hastío absoluto. Eso sí, no lo recomiendo, no seamos malpensados...