sábado, 9 de agosto de 2008

De momias y exámenes (ya no soy virgen)


Me hace gracia pensarlo pero no paro de hacerlo. Un anónimo, como casi todos los que se atreven a escribir en este mi rincón, me pedía un poco de más coherencia en mis escritos y no tantos altibajos emocionales para lo que me recomendaba cambiar un poco la temática de mis aconteceres. Antes lo dice antes pasa. Hoy no me apetece hablar de si estoy cambiando o no, de si antes era más o menos cariñoso o si estoy feliz o no con lo que hago o dejo de hacer. No es el turno hoy de eso, precisamente porque como vida es como un parque de atracciones puedo estar arriba o abajo dependiendo del momento, y hoy me toca estar arriba (mi posición favorita). La historia tampoco es nada del otro mundo pero a mi me ha hecho reflexionar sobremanera. Ayer tuve la brillante ocurrencia de ir a ver La Momia 3 y el fiasco no pudo ser mayor. Semejante pestiño no debería de estar permitido siquiera que saliera en DVD. El caso es que antes y durante la película puede atiforrarme de fanta de naranja. La misma que me permitió horas después salir airoso de mi primer test de alcoholemia. Un educado Guardia Civil me pidió amablemente en una redonda que situase el coche en el arcen y tras explicarme la metodología del test me encomió a que soplara durante cuatro segundos. Fueron interminables, lo reconozco. Y eso que no había probado ni una pizca de alcohol. Mi primera vez fue más intensa de lo que me esperaba. Ya no soy virgen. Y me pregunto ahora, ¿por qué alguna que otra vez he sido capaz de coger el coche habiéndome tomado aunque sea tres Heineken? La lección ya la he aprendido. Ni se me ocurrirá ir a ver la Momia 4 (lo juro por lo más sagrado) ni poner en riesgo mi vida (y mi cartera porque vaya sablazo me habrían pegado si hubiera dado positivo) de manera innecesaria. Amén

(En la foto, el tambor de palomitas que ayer cayó para matar el aburrimiento del bodrio hollywoodense y mi 'soplador' del test de alcoholemia)

No hay comentarios:

Publicar un comentario