Pensamientos extraños

Día atípico este sábado que ya ha dado de mano. Planes que se han quedado en el tintero. Otros que han brotado y de la misma forma han vuelto a desaparecer. Mucho trabajo y demasiada tranquilidad en la Redacción aderezada con un par de pizzas y un Almería resultón que ha caido sin dignida frente a un Atlético de Champions. Ha sido un sábado raro. De pensar en quién no debo haciendo lo que debo (o no). De llamadas a deshoras y conversaciones extrañas con gente distante. Tampoco ha faltado una huida a La Envía con Patán a mis espaldas. No ha habido alcohol, mujeres ni amigos. Sólo silencio y Call of Duty 4 Modern Warfare. Descarga de adrenalina y tensión a tiro limpio. Y ahora, en la más absoluta calma toca ir al sobre. Olvidar lo ocurrido. Lo que no ocurrió. Y lo que me habría gustado que ocurriera. ¿Por qué es tan complicada a veces la vida? ¿se cumplirá esa profecía que me persigue como una sombra desde hace años? Confío en que no. Quizás no me lo merezca. O sí. Mañana más (dentro de unas horas)...

De diez

De sobresaliente. Así podría calificar el puente que me he fabricado para estar con mis viejos amigos universitarios. Ha habido de todo y para todos los gustos. Una apasionante carrera de kart en la que quedé último tras reventar mi rueda delantera derecha (en la sesión de calificación fui el décimo de dieciseis participantes). Una pequeña niña que me devolvió la sonrisa (tremenda Carlota). Un reencuentro esperado y a la vez inesperado con Miguel, el niño que se hizo hombre y que cogió 20 kilos en el camino jaja. Whiskey, morcillas, y pizzas. Acelerones de 0 a 100 km/h en un Golf que zumbaba demasiado y conducido por un "caracol" que nunca me falla. Momentos para evadirme en la campiña de Badajoz, entre encinas y pinos. ¿Me lo podía pasar mejor? Dudo que sí. Hay que repetirlo. No puedo estar siete años de nuevo sin ver a los que me hicieron creer que la vida es mucho más que una amalgama de casualidades. Qué buen sabor de boca me queda y eso que la vuelta, con el título en mi mano de Licenciado, fue más amarga de lo deseado por los recuerdos que dejaba en la capital andaluza... Volveré, seguro.

La foto, si se la compara con la que hay justamente debajo de este post demuestra que siete año más tarde, a pesar del tiempo transcurrido, no hemos cambiado tanto (o si?)

De karts, Portugal, Badajoz, Sevilla y otras cosas

Hoy tengo metidos los nervios muy adentro de mi estómago. En un par de horas literalmente me pongo al volante de mi querido C4 Rojo Lucifer para emprender un viaje deseado y por otro lado, histórico. Tras más de 7 años sin vernos, vuelvo a reencontrarme con un antiguo compañero de piso y estudios universitarios. Miguel, el hijo de Logrosán, ese pueblo perdido de Cáceres. Cuatro días que van a dar mucho de sí. Sevilla, Portugal, Badajoz, Logrosán... Él ya tiene descendencia, mujer, casa y puro. Yo me quedé en el apartamento y el perro. Esto es así. También habrá tiempo para fogar mis ansias de velocidad en un circuito profesional de karts portugués a 130 Km/h (dios me coja confesado). Recoger a mi Jedi informático, y también compañero de piso, David, para realizar juntos mi primer viaje a Extremadura. Tengo grandes expectativas forjadas en mi mente. Habrá tiempo también para dormir en una tienda de campaña, pasar por la Facultad de Comunicación de la capital andaluza para recoger mi título de Periodista All The World y comerme alguna que otra morcilla y choricillo en Badajoz, al aire libre, en barbacoa. Variado, diferente. Ya toca. Respirar aires puros, alejado de los malos rollos y los quebraderos de cabeza. Me lo merezco.
Ellos me "soportaron" durante seis años. Hoy me toca reencontrarme con ellos. Miguel y David. Logrosán y Chiclana. Ya tocaba.

P.D.1. Foto tomada el 23 de Junio de 2002. Ya ha llovido mucho desde entonces...

Pensamientos

Día tormentoso. Mucho trabajo. Estrés. Pocas horas de sueño. Noche de trasfondo futbolístico. Hoy no tengo ganas de nada. Quizás tampoco mañana. Ni siquiera el jueves o el viernes. Ya no hay miércoles de cine. Ya no hay retorcijón de estómago. Como el Almería, tras asegurar mi permanencia, la vida ha perdido un poco de chispa. Y mañana más curro. Mañana a luchar contra tiempo y marea. Contra mi mismo y todo aquel que se interponga en mi camino con palabras malsonantes y aires de grandeza. ¿Quién se acuerda ahora de mi?. No es fácil elegir. No lo digo yo. Hay dos mil formas de vivir y yo he creado la dos mil uno. Así soy. Para lo bueno y para lo malo. Para lo regular y lo excelente. Un errante errado. Esta es mi vida.