martes, 19 de mayo de 2009

De diez

De sobresaliente. Así podría calificar el puente que me he fabricado para estar con mis viejos amigos universitarios. Ha habido de todo y para todos los gustos. Una apasionante carrera de kart en la que quedé último tras reventar mi rueda delantera derecha (en la sesión de calificación fui el décimo de dieciseis participantes). Una pequeña niña que me devolvió la sonrisa (tremenda Carlota). Un reencuentro esperado y a la vez inesperado con Miguel, el niño que se hizo hombre y que cogió 20 kilos en el camino jaja. Whiskey, morcillas, y pizzas. Acelerones de 0 a 100 km/h en un Golf que zumbaba demasiado y conducido por un "caracol" que nunca me falla. Momentos para evadirme en la campiña de Badajoz, entre encinas y pinos. ¿Me lo podía pasar mejor? Dudo que sí. Hay que repetirlo. No puedo estar siete años de nuevo sin ver a los que me hicieron creer que la vida es mucho más que una amalgama de casualidades. Qué buen sabor de boca me queda y eso que la vuelta, con el título en mi mano de Licenciado, fue más amarga de lo deseado por los recuerdos que dejaba en la capital andaluza... Volveré, seguro.

La foto, si se la compara con la que hay justamente debajo de este post demuestra que siete año más tarde, a pesar del tiempo transcurrido, no hemos cambiado tanto (o si?)

2 comentarios:

  1. Dejando aparte el tema "de peso", que no le impidió hacer la vuelta rápida al cabrón (yo sigo pensando que su coche era el que más corría de todos, o quiero pensarlo, jejeje =D), el miguelín se ha convertido en un padre barbudo, o sea ha cambiado una mijilla :-D. Tu y yo estamos como siempre, chiquitín, partiendo la pana, jejeje XD

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  2. Para nosotros dos los años pasan más lentos y nos maltratan menos jaja. ¡Estamos igual!. A ver si nos vemos pronto caracoles que los buenos amigos te hacen pasar ratos inolvidables ;-).

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