domingo, 12 de julio de 2009

Zapatero (que no ZP)


Yo crecí en una zapatería. Se llamaba Zapatería LOAM. Lo que viene a ser la unión de mis dos apellidos: López y Amate. Allí entendí lo sacrificada que es la vida mientras la veía venir y pasar agazapado tras el mostrador y bajo las faldas de mi incansable y trabajadora madre. Allí, cerca de la iglesia de Alhama, entre zapatos, forjé parte de los valores que ahora me hacen ser quien soy. Otros los adquirí mientras jugaba al trompo y a las canicas en la calle Ronda y, otros tantos, haciendo lo propio imitando a los médicos, y manipulando Clics (Playmobil) y Gijoe en la calle Barrilerías. Todas ellas, ubicaciones de mi Alhama natal. Y es que siempre me consideré un zapatero, de los remendones. De los que saben darle segundas y terceras oportunidades a las personas porque siempre se puede enmendar un error. Hoy me he dado un baño redentor. Para olvidar y dejar entrar el aire puro mientras contemplaba desde mi terraza La Envía aferrado a una nueva persona. Manolo García y su Zapatero remendón hacían el resto: Mándame en un sobre tu sonrisa rota, yo te la compongo, que soy zapatero, que soy zapateron remendón...
Así son las tardes de domingos. Entre zapatos y los calores de un verano que ojalá pase pronto.

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