viernes, 6 de diciembre de 2013

De despertadores en paro

Las semanas se hacen largas, soporíferas, infructuosas, irrelevantes. En este contexto está claro que se requieren cambios. El PC ha dejado de ser un refugio en las noches. Llego tan cansado y estresado del trabajo que es difícil desconectar. No hay fuerzas para machacar el teclado y el ratón. El chaiselongue y la tablet son un escenario idílico en estos momentos. Estoy agotado mentalmente. Increíble, pero cierto. Necesito unas vacaciones, es indudable. Cerrar los ojos y no depender del despertador. Escuchar los susurros de mi Lola y disfrutar de ella 72 horas ininterrumpidas. Soñar es gratis. Ya queda menos.


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