miércoles, 1 de octubre de 2008

De clones


¿Hay alguién más perro que yo? Sí, mi Patán. Ha llegado de rebote y amenaza con quedarse para siempre. Ya tiene cama, comida y juguetes (a la espera por falta de liquidez económica de su caseta para la terraza) y también unas ganas locas de hacerme feliz. Su primer día no ha sido de los mejores: se despide de su hermana y madre; pilla un resfriado intenso por salir por primera vez a la calle; le pinchan para ponerle una vacuna; le cortan las uñas y encima cambia de hogar. Tremendo. Pero como perro inteligente que es (dicen que se parecen a sus amos y la verdad es que estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación), ha necesitado sólo un minuto para saber cuál es su cama (donde ya duerme plácidamente) y otros dos para hacer sus necesidades básicas en la terraza (ya se ha estrenado en ambas el jodío). Y siguiendo con ese dicho de perro=amo, el chucho (porque pedigrí si acaso tiene en la pata derecha estilo dálmata) traga pienso como una mala bestia (ya apunta maneras de barriga cervecera). Ya puedo decir que comparto mi casa y que las frías noches de invierno no estaré solo. Esto huele y pinta bien. ¿Habrá llegado ya el momento de dejar de ser tan narcisista?

No hay comentarios:

Publicar un comentario