sábado, 14 de septiembre de 2013

De desagradecidos


El mundo, por desgracia, está lleno de ellos. Abundan en todos lados. La desidia y la prepotencia son sus señas de identidad. Se creen merecedores de todo. Las malas formas son su sombra. Son los desagradecidos, esas personas que minusvaloran tu trabajo, tu forma de actuar con ellos, que rechazan tu mano y te propinan una puñalada en cuanto pueden. Que te amenazan, te vilipendian, te pisotean. Ese tipo de personas que se creen en posesión de la verdad absoluta. Ayer me topé con uno de ellos. Aprendí algo: indiferencia. Esa es su mejor medicina. No hay que alimentarlos. La vida les dará su merecido porque no todo vale. El final está cerca para ellos...

2 comentarios:

  1. ¿Indiferencia?
    No puede ser. Son caníbales de la vida diaria. Una bofeteda sin manos, es lo mínimo.

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  2. No merece la pena. Devolverles la moneda es alimentarlos y darles alas y fuerzas. A los trolls hay que dejarlos que mueran por inanición...

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