viernes, 26 de diciembre de 2008

De cumpleaños (+28)

Siempre celebré con entusiasmo cumplir años hasta que llegué a los dieciocho. En ese momento dejó de vetárseme la entrada a aquellos pubs y discotecas maquineras y bakalaeras que ansiaba frecuentar (y frecuenté hasta la extenuación) en mis años mozos y me sentí un adulto (sin serlo física y mentalmente). Después vendrían los 19, los 20, los 21 y hoy, los 28. Ya no los cuento con tanto entusiasmo. Quizás sea porque me voy haciendo mayor y aún sigo, eso dicen, siendo un niño aunque cada vez en un cuerpo más adulto (eso no falla). Siento una sensación extraña que me envuelve. Me miro en el espejo y veo que sigo siendo aquel niño que soñaba algún día con emular a Matías Prats (*) y ganar 200.000 pesetas mensuales con las que comprarme ese gran coche rojo con culo (lo tenía muy claro) como era el Volskwagen Vento (**). Veinte años más tarde, en un momento muy especial de mi vida como es el que atravieso, cumplo sobradamente algunos de esos objetivos (en lo periodística ni por asomo, pero hago mis pinitos) y sin embargo me siento aún incompleto. Y no será porque no he cumplido ya metas, ilusiones y sueños que para otros son inalcanzable, no. Afortunado (o eso creo) en la amistad con personas que me demuestran que merezco la pena; en el amor (por fin) con alguien que realmente me da todo lo que necesito sobradamente y me fortifica mi opinión de que no me equivocaba saltando aquel precipio tan escarpado y profundo; en el trabajo copando casi por completo mis aspiraciones periodísticas; etc, etc, etc. Y sin embargo (y repito esta manida coletilla que me prometí post más abajo no volver a escribir), con 28 tacazos en el cuerpo siento que me faltan muchas cosas y no precisamente materiales aunque en estos días ronden por mi cabeza sueños que empiezan por K terminan por A y casi alcanzan los 30.000 euros (ahí es nada). Hoy vuelvo a soplar las velas, ya con números porque si no no hay pastel que les pueda dar cobijo, y lo voy a hacer con la misma ilusión que antaño en la calle Ronda, cuando la calle era practicamente mi casa y mis canicas y los trompos de púa mis herramientas de trabajo. No prometo que deje escapar alguna lagrimilla melancólica por los que ya no están y por los que no van a poder estar a mi lado en este momento pero sí que, como cada año -porque para eso nací a finales y siempre fui el más chico de mi clase-, intentaré ser un poquito mejor como persona, trabajador, amigo, hijo, novio (y todas esas facetas). De momento, con los treinta más cerca de lo que imaginaba y con planes de futuro a corto/medio plazo, volveré a sonreir en éste mi cumpleaños.
El año pasado, en este mismo día y en este mismo espacio (***) afirmaba que "El caso es que, sea lo que sea, siento que voy camino de lo incierto porque no se lo que pasará mañana y tampoco me importa. Disfrutaré internamente de este momento y, como cada año, pediré volver a celebrarlo, porque eso, obviamente, será muy buena señal". Me reafirmo en lo dicho. Hay cosas que nunca cambiarán y una de ellas es que, como dicen algunos que me conocen, soy de costumbres fijas... Veremos si dentro de 365 días sigo pensando lo mismo (o no).

(*) http://es.wikipedia.org/wiki/Matías_Prats_Cañete
(**) http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:VW_Vento_rear_20071212.jpg
(***)http://norbertol.blogspot.com/2007/12/camino-de-lo-incierto.html

1 comentario:

  1. Cariño te aseguro que una tarta de cumpleaños puede dar cobijo a 28 velas, porque yo las sople en julio (es posible creeme).
    Ahora prepara tu cuerpo serranito que hoy es un día de sorpresas ;-)
    Te espero ansiosa en la city.
    Nuevamente FELIZ CUMPLEAÑOS y UN BESOTE MUY GRANDE.

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