miércoles, 15 de diciembre de 2010

De deseos (en el abismo de la treintena)

A escasos cinco días de volver a saborear esa palabra que tanto gusta a los españoles como es Vacaciones, he tenido un presentimiento de esos que sólo afloran en los momentos más cándidos, etapas que todo sea dicho llevan tiempo sin hacer acto de presencia delante de mis narices. El caso es que he presagiado que el 2011 depara muchas sorpresas, tanto laborales, como familiares, como sentimentales, hasta perrunas, ya puestos. Calzando ya para ese momento los treinta, y con más de un amigo, y de dos, y de tres, y de cinco, con la vida más que encauzada (y apalgatada), me veo tomando decisiones de largo recorrido, más allá de lo que te obliga Movistar si te agencias un Iphone 4, es decir, 24 religiosos meses de clavazo constante.
Proyectos que empiezan a fraguar, otros que recorren el camino contrario, e ideas que aunan unos y otros y que tienen más buena pinta a medida que pasa el tiempo y envejecen, lo mismitico que el vino.
Por si acaso, para no perder las buenas costumbres este año estreno Belén de los Playmobil, y es que no hay nada mejor que verlo al entrar en casa para esbozar una sonrisa. Un buen bálsamo para sentir que no se envejece a pesar de que se haga cada segundo que pasa.
Próximo destino, tras volver a escudriñar mis juguetes favoritos: la cama (para seguir soñando).

1 comentario:

  1. cariño en breve cuarta nochevieja juntos y un nuevo aniversario! Que rápido pasa el tiempo, ahora montamos el belén juntos... El año que viene un árbol ;-)

    ResponderEliminar