lunes, 23 de abril de 2007

Raíces

Echar de menos algo es una sensación muy sencilla y a la vez compleja que cualquier humano puede llegar a experimentar. Basta con ser un materialista para dejar de sentirla. Yo en una etapa lo fui. Descuidé aquello por lo que realmente merecía la pena luchar. Hoy puedo respirar con alivio. El sol del Andarax, ese que te escandila mientras te dejas embriagar por el aire puro que destila esa tierra virgen, ha vuelto a ensañarse con mi frente y ha conseguido que aquello que estaba adormilado y perdido volviera a renacer. Abro los brazos...

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Una tarde de abril en Canjayar. Estela y su mirada. El momento lo capta mi nueva Casio Exilim EXZ 1000 (10 megapixel powah)

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