lunes, 22 de noviembre de 2010

Santo y seña

Levantaba poco más de medio metro del suelo y ya me quedaba con cara de embobado viendo los informativos de TVE. Mi fascinación por el periodismo me llevó a escribir mis propias crónicas de la muerte de David el Gnomo. Cualquier redacción que nos pidiesen en el colegio se convertía en una verdadera prueba para contar con pelos y señales todo lo que brotaba de mi imaginación. Era el primero y el último en marcharme de la biblioteca de Alhama y aún mi ficha de préstamos de libros sigue siendo de las más abultadas del pueblo. Cuando llegué al instituto me convertí siempre en el comodín para los juegos de Trivial entre cursos por mis variados conocimientos, adquiridos en su mayoría por mis ansias de leer y culturizarme. Y como era obvio, cuando nadie sabía la labor que quería desempeñar en el futuro, la profesión de periodista se repetía de forma incesante en mi mente. Sota, caballo y rey. Estaba claro.
Tras un intenso y largo periplo universitario en Sevilla y seis años trabajando en medios almerienses he recibido mi primer galardón. El Instituto Andaluz de la Juventud ha premiado la labor de la sección, Vivir en Almería, de Diario de Almería por su esfuerzo y dedicación por y para informar de los jóvenes. Ahí estaba yo. Aferrado al atril mientras un millar de personas me escuchaba desde la oscuridad en el Auditorio Maestro Padilla de la capital almeriense. Gracias, muchas gracias, fueron mis primeras palabras. Acababa de cumplirse un sueño, el de un niño que soñó algún día que sería periodista. Allí, en las primeras filas, la mujer más importante de mi vida lloraba desconsoladamente. "Te quiero mamá", grité para finalizar el discurso. Antes hubo también agradecimientos para mi familia, mis amigos y mi novia, que siempre me han acompañado en los buenos y en los malos momentos.
Ahora, el premio, un gran rosco de mármol descansa en una estantería de mi casa, resplandeciente, ejemplificando un sueño. Ya es el santo y seña de mi morada. Todo es posible. ¿Verdad?

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Enhorabuena, Nor!!!. Te lo mereces porque tienes vocación de periodista, eso que a muchos/as nos faltó cuando nos dimos cuenta que había que vivir para trabajar (y no al contrario, como debería ser).

    Ser periodista no es un oficio es una forma de vida. Está en cada uno/a dedicir si la toma o la deja, si le compensa o no...

    Sigue esforzándote por hacer un buen trabajo cada día. ¡Larga vida al derecho a la información!. Un abrazo desde Málaga.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Muriel!!! Me has sonrojado con tanto piropo jaja. Yo simplemente hago cada día mi trabajo lo mejor que puedo y parece ser que alguna vez lo he hecho muy muy bien y mira lo que ha pasado :D
    Un abrazo y Feliz Navidad malagueña ;-)

    ResponderEliminar