De Reyes Magos y de ser ilusos (y portarse bien)

Llegó el día en el que la sorpresa se convierte en protagonista. Los Magos de Oriente hicieron anoche aparición por mi casa (de mis padres, ya hay que concretar) y volvieron, como viene siendo habitual, a sorprenderme. Pero no solo a mí (que también), sino que también lo consiguieron con ese chucho sin "marca" que se ha colado en mi vida por la puerta de atrás y que ya ocupa un lugar muy importante en mi corazón (y en mi apartamento). Ayer se afanaba, sin éxito, en alcanzar el regalo que los Reyes Magos le dejaron durante la noche (unos buenos palitroques de piel tuttifruti de sabores). Pobre iluso. No sabe que su gran presente, el que debería de valorar cada día, es que salió del infierno que es la Perrera Municipal de Almería para disfrutar de la libertad. Esa que se le habría esfumado en un par de semanas con una inyección que le habría provocado el sueño eterno. Por eso me sentía esta mañana orgulloso mientras abría mis regalos y de reojo lo veía disfrutar. Porque he salvado una vida y a pesar de ser un medio bodeguero andaluz medio can barriobajero lo quiero con locura. Porque yo siempre fui de Crube y no J´hayber, de Avia de oferta y no Nike o Adidas, pues con el can idem, así somos.
Y sobre mí, pues como era de esperar. Grandes esbozos de alegría y caras de sorpresa. Los que me quieren no se han olvidado de mí y ha habido detalles de todo tipo y para todos los menesteres. Algo que demuestra que no me he debido portar muy mal en el 2008 que hace unos días despedía con pena (y nostalgia). Y debo reconocer que me he levantado con la misma intriga e ilusión que cuando tenía 10 y 12 años (a lo Tom Hanks en Big). Así soy yo. Y después a currar. A volver a informar a los almerienses que cada día confían en nuestro periódico. E iluso de mí, que al igual que Patán, debería darme cuenta de que mi gran regalo es el trabajo que tengo (y más en los tiempos de crisis que corren). Así somos mi can sin "marca" y yo.
Mañana más...

(En la foto, Patán buscando su regalo que finalmente encontró entre tantos y tantos envoltorios de papel -gracias Mamá, Conchi, Violeta, Javi...-)