domingo, 19 de abril de 2009

Día de tormenta

Dolor de cabeza. Mareos varios y pocas ganas de ver la luz del sol. Así amanecí ayer tras una larga, tormentosa, extravagante y temperamental noche de marcha con el AC. Debo de confesar, desde mis adentros, que tenía muchas ganas de volver a hacerlo. Había un colapso mental, diluvios universales, que había que evacuar. Y se fueron. Simplemente. No se si este es el camino adecuado o no. Ni tan siquiera me he parado a pensar en qué pasará mañana. No lo sé, ni tampoco me importa. Las cosas pasan a veces tan rápido que no te da tiempo a ir asimilándolas. Es así por más que intente estructurar mi vida.
Me duele estómago y es hora de dormir. De desconectar. No hay tiempo para más. Patán pliega las orejas. Ya sabe que dentro de un par de horas toca ducha. La misma que tengo en estos momentos en mi cabeza. Maldito alcohol...

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