Tardes de domingo

Tarde tonta la de hoy. El Almería vuelve a casa con una derrota en las islas Baleares. Mi protector (Patán, se sobreentiende), con el estómago tocado no ha parado de vomitar. Laura Pausini ha estado rondando más de la cuenta el winamp y el móvil ha sonado poco. Día tranquilo, a fin de cuentas. De esos en los que la mayor preocupación es tener que levantarse del sofá para coger una cerveza mientras te tragas las últimas pelis de Viggo Mortensen -tremendas 'Promesas del Este' y 'Appaloosa'-. También ha habido tiempo para darle duro a golpe de katana y shuriken al Ninja Blade. Diez horas de juego y ventilado, eso sí, en cuatro días, que ya uno se cansa de matar tantos zombies y termina con la cabeza saturada. Y por ende, un puente relajado. Sin mover el coche más de lo necesario. Tomando el sol en mi terraza y mirando al horizonte y perdiendo la mirada en el extenso mar. Respirando aire de sierra, puro, y a la espera de tiempos mejores. Ya no hay tiempo para más distensión. Mañana toca volver a la cruda realidad. Se acabó la Semana Santa y con ella el momento para la redención...

Al toro: