Fuera de juego

Esta noche he visto una de esas películas que sin esperarlo te hacen recapacitar sobre los derroteros por los que avanza tu vida. Fuera de carta, una comedia protagonizada por Javier Cámara, me ha dejado a mi en fuera de juego. Y no es que me haya planteado salir del armario, más que nada porque no entro y segundo porque lo mío con las mujeres no tiene nombre, si no que me ha ayudado a comprender que muchas veces el dejar las puertas medio cerradas o navegar en la ambigüedad no son el mejor modus operandi en la vida. Y quizás por ahí puedan venir mis quebraderos de cabeza. Centrándome en la película, debo decir que hacía tiempo que no me reía tanto y con tanta continuidad. Y es que antes de entrar ya me habían puesto una barrera invisible que a golpe de cabezazos he tenido que romper (ahora me arrepiento porque pienso que habría sido mejor agacharse y no enfrentarse a ella), y por eso me extraña tanto la efusividad y el disfrute del momento vivido. El caso es que ahora, sentado en mi sofá y abrumado por el silencio que sólo La Envía Golf puede conferirme, me doy cuenta de que el linier se ha equivocado y no era yo quien estaba en fuera de juego. Quién lo estaba realmente era otra persona. Yo ya he marcado mi camino y no me salgo de la línea. ¿Será mucho pedir que te respeten? Yo creo que no...