sábado, 3 de mayo de 2008

Incómodas escamas

La semana que ahora torna a su fin lo hace llevándose un importante lastre que me impedía, a veces, incluso dar un mísero paso. De nuevo, tras reencontrarme con las jornadas laborales interminables y un teléfono móvil que echa humo, vuelvo a darme cuenta de lo valorables e importantes que son la gente que tengo a mi alrededor. Y es que sigo, como ya se ha convertido en una sana costumbre, quitándome esas incómodas escamas que fueron forjadas a fuego lento en mi ser. Ya quedan pocas, y por suerte, están localizadas. Con paciencia y un poco más de tiempo terminarán cayendo, seguro. El caso es que sigo en ese camino que tanto he añorado trazar y poco a poco, con menos tapujos y antifaces, me acerco hasta esa verja naranja impoluta y brillante. Un simbolismo muy aferrado a esa palabra tan bonita llamada "libertad" (sentimental, física y espiritual, toma ya). Ya queda menos y las nocivas escamas son pocas y cobardes. Esto está hecho...


Una imagen vale más que mil palabras. El estado anímico con el que afronto cada día una jornada laboral se resume así. Esta semana, a pesar de lo acontecido, no ha podido tumbar los ánimos. Let´s go

1 comentario:

  1. "me acerco hasta esa verja naranja impoluta y brillante"
    No podía ser de otro color ehh
    Y no hay pistachos junto a la verja naranja?

    ResponderEliminar