viernes, 4 de enero de 2008

De corderos, villanos y enfermos (de amor)

La vida es un cóctel cargado de condimentos, a cada cual más especial y raro. Al agitarla puedes combinarlos y conseguir brebajes totalmente diferentes. Un día puedes tomarte el que sabe a cordero. Ya se sabe, ese que te convierte en la persona más buena del mundo y que asiente sin rechistar. Sólo sabe trotar y seguir al rebaño comandado por el pastor y que te libra, que suerte (nótese la ironía), de tener que preocuparte por nada más. Pero es que puedes seguir agitando el cóctel y conseguir el del malo malísimo, el villano de turno, vamos. Y entonces te transformas en el ser más cruel y despreciable del universo. No quieres saber nada de nadie y tu cometido es predicar y producir el mayor dolor posible. Falta me haría (nótese nuevamente la ironía). Finalmente, entre los millones de posibilidades, te puede tocar el de enfermo (de amor). Un estadio que te sumerge en un mundo de idealizaciones y en el que los problemas de a pie (hipotecas varias y pagos atrasados, por ejemplo), pasan a un segundo plano. Lo cotidiano prácticamente se desvanece y los sentimientos afloran de manera exacerbada. De este combinado a más de uno le gustaría atragantarse y, sin embargo, se conforma con imaginarlo. He de apuntar en mi defensa que yo ya estoy borracho. ¿Pero de cuál de los tres?. Una respuesta tan sencilla como hablar con unas u otras personas que pululan por mi vida para saberlo. El caso es que hoy me he sentido cordero, villano y enfermo. ¿Seré tanto de uno o tan poco de otro, o mucho de ambos o de los tres o de ninguno?. Me guardo la respuesta. Quién debe de saberla la conoce de antemano.

Ronan Keating - When you say nothing at all

Desenpolvando viejas canciones de mi gigantesco y laberíntico disco duro he encontrado esta que acompaña a mi post. Dice todo y no dice nada. Un tiempo pasado que fue bueno y otro que se avecina que, seguro, será mucho mejor. Porque como siempre digo y no me cansaré nunca de hacerlo: La vida puede ser maravillosa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario