
Y es que ha caido entre mis manos un juego titulado Singularity. Un shooter en primera persona ambientado en la Segunda Guerra Mundial y en nuestros días que, sin hacer mucho ruido, ha conseguido lo que otros aclamados videojuegos como Metro 2033 o Far Cry 2 no habían hecho: engancharme.
Con mucho escepticismo comencé su instalación y tras los primeros compases de juego no andaba yo muy convencido. Parte de culpa la tiene la Xbox360 y mi cómodo sofá. Pero acuciado por darle trabajo a mi Crossfire de ATI 5870 (para quién no entienda mucho de esto son dos tarjetas gráficas) quise hacer el esfuerzo de darle una oportunidad. Bendito fue el momento!! Desde que comencé a pegar un par de tiros con una Centurión a zombies desalmados y con malas pulgas, hasta ahora, convertido en héroe nacional, con un poder sin igual (la Singularidad) me debato entre darle más tiempo a Dan Brown o a mi yo "digital".
No spoilearé nada del videojuego porque es de mal gusto comenzar a jugar sabiendo lo que tienes por delante, pero sólo diré que merece muy mucho la pena. Gráficamente no raya el nivel de juegos como el mentado Metro 2033 o el afamado Crysis, pero sus bazas están en su gran jugabilidad y en puzzles que a los nostálgicos nos llevan a recordar obras de arte como Half Life.
Lo dicho. Tras ver a España vapulear a Alemania, sacar a mi hijo perruno a miccionar y otros menesteres de aseo personal me toca seguir demostrando que cuando aprieto el gatillo no paro. Es lo que tiene llevar pegado a un ordenador desde los 16 años con ese Pentium 200 MMX...
una pregunta, que cuenta tu contador???
ResponderEliminarEs la hora actual en España ;-)
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