viernes, 18 de julio de 2008

Amores de verano


(Vejer de la Frontera)

Las merecidas vacaciones comienzan a tornar a su fin. Es pronto aún para hacer balance de unos días tan intensos y cargados de sensaciones, muchas de ellas utópicas hasta hace tan sólo un par de años. Muchas veces pienso que debería haber tenido más en cuenta los sabios consejos de mi madre y quizás todas estas experiencias habrían tenido lugar antes de lo deseado. En cualquier caso, como suele decir el refrán, "nunca es tarde si la dicha es buena" ¿no?. Hoy las miradas se han dirigido a Vejer de la Frontera. Pueblo de interior, blanco, majestuoso. Enclavado en lo alto de un monte jactándose de poseer un sitio privilegiado dentro del valle gaditano, presumiendo de sus vistas y abrazado por unas impetuosas murallas del siglo XI que aún hoy siguen en pie y que salvaguardan miles de pequeñas casas blancas conectadas entre si por serpenteantes calles y empinadas curvas. Me he enamorado, lo reconozco, de Cádiz y sus pueblos, sus playas, su gente... Lo peor de todo esto es que mi idilio gaditano tiene los días contados. Como todo amor de verano tiene un final anunciado. Al menos me quedo con otro, uno que se mantiene pase lo que pase y que no tiene en cuenta estaciones, situaciones o recaidas. Es mi gran tesoro. Un presente caido del cielo que poco a poco va madurando, como los buenos vinos, y que tiene visos de final de cuento de hadas. Mi madre es feliz. Yo también. Esto es así y ya me tocaba. Mañana un repaso más a las playas gaditanas por Los Caños de Meca y se acabó...

3 comentarios:

  1. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡El KOALA ha vuelto al sur y está veraneando contigo!!!!!!!!!

    Qué atrevido vestuario.......

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  2. Ya decía yo que los "entendidos" del lugar estaban muy alborotados jaja!!. Y del vestuario, a no ser que por atrevido entiendas que muestro mis esbeltas piernas, nótese la ironía...

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  3. Tienen pinta de votantes del PP!!!

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