lunes, 14 de julio de 2008

De moscas en bocas ajenas

Primer día de vacaciones con balance agridulce. Sabor a donuts por lo bien que se está desenvolviendo eso de compartir coche, casa, cartera, consola con tres personas más y encima divertirte a raudales. Todo eso aderezado con unas playas de ensueño y un tiempo envidiable. Salado porque no suele ser una constante pero de vez en cuando me da por hablar más de la cuenta y lío pelotas que no deberían siquiera existir. Vamos, lo de en boca cerrada no entran moscas no es un dicho que ponga mucho en práctica. Es la nota discordante (y vaya desafino) que me deja un tanto alicaido. Lo de ser bocazas no se hace sino se nace y yo de eso tengo hasta carrera universitaria. Por eso, pese a estar a más de 500 kilómetros de distancia del embrollo y del embrollado por mi gran boca, LO SIENTO. Ya ha aprendido la lección y no voy a equivocarme de nuevo. Prometido (y de paso no me trago más moscas ajenas)

1 comentario:

  1. formatearas mi ordenador, que ha vuelto a petar, y estaremos en paz

    ResponderEliminar