Llega el momento. Mi maleta ya está lista y va cargada de un positivismo inusitado si se tiene en cuenta los meses que corren de crisis económica. Me voy de vacaciones. Unas merecidísimas vacaciones, agregaría. Playas, sol, caipiriñas y ballantines naranjas aderezados con gambitas y chupitos. Buen cóctel para una semana que tiene visos de convertirse en inolvidable. Me tocaba, vuelvo a ser reiterativo pero debo repetírmelo hasta la saciedad. Tengo que creérmelo. Tras meses y meses cargado de trabajo, dando capotazo a las preocupaciones, llega el relax. Te veo dentro de una semana mi querida Almería. Espérame, por si las moscas...
Mi destino... Barbate
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