sábado, 21 de marzo de 2009

Día de los meones


Primer día pateándonos las calles de Bruselas. Agotador. Así podría definirse la experiencia vivida hoy. Satisfactoria, también. Atomium, el niño meón, su hermana janneken (escondida), el Parlamento Europeo, la basílica de Bruselas, la catedral (una copia barata de Notre Damme), la Gran Plaza con el ayuntamiento más esplondoroso que he visto en mi vida, un gofre "asesino" de fresas y nata, y un sinfín más de experiencias que quedan ya para siempre en mi tintero. Me está viniendo muy bien estos aires europeos para darme cuenta de muchas cosas, quizás demasiadas. Debo de confesar que hoy he comido más de la cuenta, aunque no he sido el único.
y es que mi primer viaje familiar al completo está deparando situaciones y conversaciones muy interesantes y productivas. Una semillita ha comenzado a germinar y apunta maneras. Las mismas que mi amigo el Manneken, el niño más famoso y meón de Bruselas del que casi paso de largo si no veo a un centenar de japos acribillándolo a flashazos. Es tan pequeño!!! (como yo, como diría una que yo me conozco). La comida no es tan buena como esperaba pero siempre queda pertrecharse por la mañana con el desayuno continental porque energía estamos gastando a raudales: en el Metro ya nos conocen como los trotamundos.
Para resumir, de notable, así calificaría a la ciudad de Bruselas si no fuera porque es más sucia que Almería (y eso ya es mucho decir) y porque a pesar de contar con el prestigio que sólo una capital europea que es que y que se le presupone, hay otras de menor calado que le ganan de goleada (en riqueza artística, of course).
Mañana Gante y Brujas, quedan sólo poco más de 8 horas para volver a ponernos en marcha y casi la lío perdiendo las cien fotos que hemos hecho hoy (malditas SD).

P.D. La foto, como era previsible, mi gente descansando tras un intenso día de pateo en uno de los muchos parques de Bruselas con el Arco del Cincuentenario de la Independencia de Bélgica a sus espaldas.

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