viernes, 20 de marzo de 2009

Flamenqueando

Parecía que nunca llegaría este día. Y si no que se lo digan a mi madre que tachaba con mucho ahinco cada jornada a la espera de este 20 de marzo. Y la experiencia, aunque agotadora, no ha decepcionado. Y eso que llevo desde las cinco de la mañana en pie para tragarnos casi 7 horas de tren; media de metro; 4 de espera en la impresionante T4 de Madrid y poco más de dos para asentar el culo definitivamente en Bruselas. Ciudad sucia, negra, oscura, maloliente, llena de inmigrantes (nosotros también), pero con dos personas muy especiales: Violeta y Javi (hermana y cuñado para los rezagados). Estoy contento. Mi madre y mi rubia mucho más. Y mi hermana y Javi aún más tras ver la cantidad de jamón, aceite de oliva, chorizo ibérico y demás riquezas culinarias españolas que les hemos traído desde la Iberia. Mi primer intercambio verbal con un belga ha sido en flamenco y debo reconocer que si no tengo a Javi cerca no tengo pantalones de salir del Aeropuerto de Bruselas (hay que estudiar más idiomas -apuntado en objetivos para 2009-). El reencuentro ha sido bonito, entrañable... en un Hotel NH de cuatro estrellas (ahí es nada). Más de una lágrima ha salido de paseo y yo he cogido de rebote la suite, la mejor habitación del hotel, para los próximos tres días. Y encima me confirman que tengo incluído el desayuno de buffet libre tipo continental... Preparaos belgas!!! Arriba España!!! Ahora, metido en un pisito de 25 metros cuadrados, hogar de mi hermana, me doy cuenta de que mi apartamento no es tan pequeño. Eso sí, a casi 3.000 kilometros de España echo de menos a Patán. Me cuentan que anoche no paró de llorar. Si al final no voy a ser tan mal amo. Cuando vuelva prometo darle un hueso de esos que tanto le gustan. Poco más que contar de nuestra primera jornada en Bruselas. Ahora cena española y mañana a patearnos la ciudad y gastarnos por las calles más oscuras de la ciudad más europea por antonomasia (y luego digo que Erentxun no ha dejado legado en mí...).

Mañana, más.

P.D. La foto, en mi lujosa suite. Así soy yo.

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