lunes, 23 de marzo de 2009

Lluvia de diamantes

Lluvia y muchos diamantes. Diamantes y mucha lluvia. Ese ha sido el binomio que nos hemos encontrado hoy en nuestra visita a Amberes, la capital de la joya más codiciada y cuna del pintor Rubens (uno de mis favoritos por razones obvias). El tiempo volvió a ser el que se esperaba a todas luces en el centro de Europa y la sombrilla ha sido nuestra principal arma para capotear el temporal. La retirada a un restaurante italiano tras recorrer a trote las principales calles de la ciudad y ver los cuatro monumentos importantes -nada que ver con Gante- de esta urbe cosmopolita y más cercana en su fisionomía a las que estamos acostumbrados en España ha sido la única opción para rehuir de la ducha gratuita. Ahora echo más que nunca de menos el sol de mi Envía Golf y el calorcito, y a Patán.
Sabor agridulce entre tanta joya. Esa es la sinopsis de una jornada intensa y cargada de cansancio. Mañana el plan de viajar a Amsterdam se ha truncado por la previsible tromba de agua que va a caer en la capital holandesa. Otra vez será. Toca dormir un poco más de la cuenta y aprovechar para darle un poco de más uso a la Visa.

A dormir.

P.D. Amberes significa literalmente "mano lanzada". La susodicha extremidad descansa en una gran avenida de la ciudad. La encontramos.

1 comentario:

  1. Hola Noooor!!! sabes quien soy?? acabo de llegar a tu blog a través de tuenti, y es que me parto con tu literatura: me encanta!! No sabía que habías ido a ver a la penqui de tu hermana a Bruselas (hace que no contesta a mis mailsssss...la voy a matar). Enfín, que me encantan las fotos, y tus entradas...te seguiré. Besos, Bárbara.

    ResponderEliminar