Tranquilidad

No paro de repetirme constantemente una palabra en mi mente. No sé si lo hago porque me he obsesionado con ella o, por el contrario, porque realmente se ha colado en mis pensamientos sin darme cuenta. Tranquilidad, ese es el término. Tranquilidad a la hora de tomar decisiones (léase el post inmediatamente por debajo de este). Tranquilidad cuando estoy tranquilo. Tranquilidad para tener la mente relajada. Tranquilidad a la hora de trabajar. Tanta tranquilidad me embriaga que voy a terminar borracho de no estresarme. Ayer volví a sentir esa sensación. Acostado bajo la protección de una sombrilla ante los incensantes rayos de sol en las playas de San José. Buen tiempo, buena compañía y sobre todo, tranquilidad. Cerré los ojos y por un momento desconecté de todo. Ni el trabajo, ni el amor, ni las miles de preocupaciones que me pinchan constantemente pudieron romper ese momento. Quiero repetirlo de nuevo. Quiero volver a sentirme tranquilo. Ya me va tocando vivir el lado bueno de la vida. Espero con los brazos abiertos. Pero por si acaso, mañana me voy de tapas con mi gente. La búsqueda no cesa...



Cinco de la tarde. Playa de San José. Yo, en primer plano, capturo un momento de tranquilidad en un lugar, que para mi gusto, es paradisiaco. A mi lado están, el incombustible Monty y Giants. Gran tándem, sin duda.
NOTA: La imagen está censurada debido al inoportuno topless de la mujer rubia que está a mis espaldas. No se pueden herir sensibilidades.